Nuevos tiempos para las relaciones con EEUU y nuevos tiempos también para el equipo de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con una remodelación que planificó hacer efectiva después de su cita con Obama. En cinco días, la política española ha dado un giro de 360 grados. Ese vuelco se ha producido al son de una frenética agenda internacional que ha culminado con una reunión exitosa con el presidente de la mayor potencia mundial, poniendo fin a una tensa relación de cinco años con EEUU, y al son también de una renovación de caras en el Ejecutivo para afrontar con más garantías la crisis económica.

En el plano internacional, tras unos cuantos breves encuentros sobre la marcha, Zapatero mantuvo ayer en Praga ese esperado cara a cara con su homólogo de EEUU, Barack Obama. Ambos mandatarios participaron en la cumbre EEUU-UE en la capital checa y aprovecharon para reunirse por espacio de 45 minutos. Con ese encuentro, el Gobierno rompe la racha de cinco años de distanciamiento con la Casa Blanca, teniendo en cuenta que nunca llegó a mantener un encuentro con el anterior presidente norteamericano, George W. Bush, salvo en contadas llamadas telefónicas y durante la cumbre del G-20 en Washington el pasado 15 de noviembre, donde Bush le recibió, como al resto de líderes, en el vestíbulo de la Casa Blanca.

El Centro de Congresos de Praga albergaba pasadas las 15.00 horas la reunión entre Obama y Zapatero. Tres cuartos de hora más tarde ambos mandatarios daban por concluida la reunión y declaraban sus primeras impresiones. Obama recalcó que ha "disfrutado mucho" trabajando con Zapatero estos días de citas internacionales -la cumbre del G-20 en Londres y el 60 aniversario de la creación de la OTAN en Estrasburgo- y añadió que espera que la "sólida relación" que tienen en la actualidad los dos países, sea "incluso más fuerte". "Estoy contento de poder llamarle mi amigo", señaló.

El primer encuentro bilateral celebrado entre España y Estados Unidos desde hace cinco años comenzó con un apretón de manos entre ambos dirigentes, tras lo cual, Obama pasó un brazo por los hombros del mandatario español, creando un clima más informal y amistoso.

Flanqueados por dos grandes banderas de España y de EEUU, ambos mandatarios se dieron hasta cuatro apretones de manos mientras se elogiaban mutuamente. Obama reconoció que ha disfrutado del trabajo de Zapatero durante los días en los que han coincido en Europa, tanto en la reunión del G-20 en Londres como en la Asamblea de la ONU en Estrasburgo, al mismo tiempo que resaltó que se tome "muy en serio" sus responsabilidades y la influencia de España en el mundo. "Es alguien que no sólo entiende claramente la extraordinaria influencia de España en el mundo, sino que también se toma muy en serio esas responsabilidades", dijo.

Tras la reunión, Zapatero declaró que para España se abre un "nuevo tiempo" en las relaciones entre ambos países y que el propósito de su Ejecutivo es "colaborar" con el presidente Obama por un "nuevo orden mundial de paz más justo", en la "lucha contra la pobreza" y con el objetivo de "abrir un tiempo mejor para las nuevas generaciones".

El primer saludo en persona entre ambos mandatarios tuvo lugar durante la celebración del G-20 en Londres, donde conversaron sobre la crisis financiera internacional y donde comentaron algunas aficiones comunes. Obama, además, aprovechó ayer la reunión oficial con Zapatero para trasladarle su interés por visitar España, si bien matizó que dicha visita se podría preparar con tranquilidad más adelante. Durante el encuentro, también abordaron asuntos como Oriente Medio o Irán, así como América Latina, mientras que Obama agradeció a Zapatero su contribución a Afganistán con 450 soldados para reforzar la seguridad de las elecciones.

A su vez, fuentes presentes en la reunión revelaron que Zapatero le trasladó a Obama que su decisión de retirar a las tropas de Iraq en 2004 motivó que se empañaran las relaciones.