Granada

Zuloaga y Falla cautivan a más de 40.000 personas

  • La exposición realiza un recorrido por el trabajo conjunto de los dos creadores a través de diferentes fondos documentales

La exposición Ignacio Zuloaga y Manuel de Falla: historia de una amistad, que puede visitarse en el Museo de Bellas Artes de Granada desde el pasado 30 de junio, ya ha cautivado a más de 40.000 granadinos y turistas.

Organizada por el Patronato de la Alhambra y la Acción Cultural española (AC/E), recorre a través de más de un centenar de piezas la relación personal y los proyectos profesionales desarrollados en común por los dos creadores durante la primera mitad del siglo XX.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 18 de septiembre de lunes a domingo de 10 a 20 horas, está comisariada por José Vallejo y Pablo Melendo y en ella se realiza un recorrido cronológico desde 1913 el 1939 por el trabajo conjunto de Zuloaga y Falla a través de una amplia documentación epistolar compuesta por más de doscientas cartas, fotográfica, periodística, obra plástica del pintor y musical del gaditano con el fin de "contextualizarlo en su época histórica, un extraordinario periodo de la modernidad artística".

La exposición cuenta con piezas prestadas por el Museo Ignacio Zuloaga-Castillo de Pedraza y el Archivo Manuel de Falla, además de otras procedentes del Museo Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional del Teatro de Almagro, el Ayuntamiento de Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife, coleccionistas particulares, Instituto Cervantes de París, Museo de Arte Nacional de Cataluña y Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre otros. Desde el propio Patronato de la Alhambra se organizan visitadas guiadas totalmente gratuitas todos los sábados a partir de las once horas.

Las investigaciones indican que probablemente Falla y Zuloaga se conocieron antes de lo que se tiene constancia y sería en París en el año 1910 . Pero no es hasta 1913 cuando se puede demostrar la amistad por la existencia de pruebas documentales. Es en esta fecha cuando, según explican los comisarios, arranca la exposición y lo hace con la carta en la que el compositor solicita ayuda y consejos para la puesta en escena de La vida breve. Su amistad les anima a trabajar juntos en diferentes proyectos. El último encuentro entre ellos tuvo lugar en 1932, cuando Falla decide alojarse en casa de Zuloaga antes de su viaje a Argentina, donde morirá en 1946. El último testimonio de su amistad es una carta de despedida que los dos supieron que era un adiós definitivo.

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