Un avión aborta el aterrizaje 'in extremis' por temor al viento

El aparato, procedente de Madrid, llegó a Málaga al negarse a parar en Granada

El experimento de Vueling en Granada está llegando a su fin.
Redacción / Granada

06 de septiembre 2008 - 01:00

Pánico e incertidumbre. Estas fueron las sensaciones que vivieron anoche unos 150 pasajeros de un avión que tendría que haber aterrizado en Granada y que en último momento no lo hizo por determinación personal del comandante, que abortó la maniobra supuestamente por el viento pese a que no era un día de aire fuerte en el aeropuerto.

La línea, Madrid-Granada de la compañía Iberia, tuvo problemas desde el principio. Tendría que haber salido a las 18:30 pero finalmente lo hizo dos horas más tarde. Según relató a este periódico uno de los pasajeros, el cambio fue por una avería y tuvieron que esperar a coger el otro avión, que acababa de aterrizar en Barajas procedente de Ginebra.

Un cambio inesperado que provocó también el caos a la hora de organizar los asientos ya que no cuadraba ningún número de asiento.

Aunque dos horas tarde, el avión despegó sin problemas y realizó su ruta hasta el aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén, donde vino el gran susto para los pasajeros.

Según uno de los afectados, la maniobra de pérdida de altitud previa al aterrizaje se había realizado sin problemas. Cuando los pasajeros esperaban tocar tierra de un momento a otro, es decir, cuando el avión estaba ya casi pegado a pista, el aparato dio un fuerte acelerón que paró la respiración a las más de 150 personas que viajaban dentro.

Sin llegar a tocar tierra la velocidad del avión volvió a elevarse en segundos hasta que de nuevo cogió altura. Fueron momentos de pánico. No en vano, por la mente de todos pasó el trágico accidente de Barajas del pasado miércoles 20 de agosto, por lo que en el interior de la nave se vivieron segundos difíciles que parecieron horas.

Una vez recuperada la altura necesaria para mantener el vuelo, los pasajeros escucharon por los altavoces del avión la voz del comandante, que les informó de que el viento en pista estaba por encima de los límites y que no podía aterrizar, por lo que se cambiaba el aeropuerto de destino y emprendieron rumbo a Málaga. Tiempo en el que los corazones de todos los pasajeros palpitaron con más intensidad de lo normal.

Pero el hecho no está claro. Fuentes del aeropuerto de Granada aseguraron anoche a este periódico que no hacía demasiado viento en la pista y que después de la hora de llegada prevista, aunque tarde, de este avión, aterrizaron otros vuelos sin problema.

Lo único que llegan a explicar es que el avión venía dos horas tarde y que cuando iba a realizar su aproximación a la pista el comandante no creyó oportuno aterrizar y emprendió vuelo al aeródromo más cercano, el de Málaga, donde llegaron aliviados.

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