QUE acertado es el refrán No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy. Dicen que San Expedito vivió en el siglo III y la iglesia católica lo recuerda cada 19 de abril desde que fuera canonizado por el Papa Clemente X en 1671. Aunque las dudas sobre su vida y hasta su existencia mantienen cautamente reservada su celebración, es sin embargo muy popular entre la gente más necesitada y se venera en multitud de países de todo el mundo cristiano. Tal vez porque algunos lo asocian al dinero, por eso en muchas loterías guardan su estampa metida en sal.

En Granada su figura de escayola policromada se venera en la Iglesia de San Antón, custodiado por las monjas del Monasterio Capuchino de la calle Recogidas. Ahora lo están restaurando, pero allí recibe a diario oraciones y peticiones de causas urgentes de fieles devotos que necesitan soluciones de hoy para mañana.

Suele aparecer el santo mozuelo haciendo la mili; vestido de legionario romano con coraza y túnica escarlata, porta la palma de laurel o la palma del martirio en su mano izquierda y muestra en la otra el crucifijo con la inscripción hodie, que significa hoy. Pisa con su pie derecho al cuervo que acaba de exhalar su último cras, palabra que en latín medieval significa mañana.

Se le considera por eso el patrón de las causas justas, urgentes y hasta imposibles; pero además, dicen resolverlas de forma rápida, expeditiva, hoy antes que mañana. Como debe ser.

Dicen también que el muchacho llevaba una vida disoluta y alocada hasta que un buen día decidió cambiar y convertirse al cristianismo. Se le apareció el demonio en forma de cuervo intentando hacerle aplazar su conversión con el clásico grito cras, cras (mañana). Pero él quiso dejar zanjado el asunto ese mismo día respondiendo: hodie, hodie (hoy). Tras su conversión, fue perseguido por el emperador Diocleciano, martirizado y decapitado con su propia espada en Melitene, Capadocia. El martirologio romano habla del soldado Expediti, militar en Armenia, lo sitúa junto a los también soldados mártires Cayo y Rufo; y aunque algunos textos lo nombran como legionario, otros le asignan el cargo de comandante de la XII Legión romana de nombre Fulminante.

Si unimos estas tres palabras: hoy, expedito y fulminante y las preferimos a las odiadas frases del "vuelva usted mañana" de Mariano J. de Larra; a la de "esto ya lo estudiaremos", "habrá que verlo", "mañana, que ahora no puedo", convendremos todos en que el venerado San Expedito de la Iglesia granadina de San Antón debería ser proclamado urgentemente santo patrón de los funcionarios vagos, políticos inútiles e inoperantes, jueces apoltronados, estudiantes perezosos e hijos mal criados. Se acabarían de una vez los retrasos en las gestiones, las listas de espera, los juicios eternos, los morosos recalcitrantes, los suspensos reiterados y los niños mal educados.

En este 19 de abril, San Expedito bendito, ruega por nosotros, no hagas caso de la moda, pisotea a los cuervos, líbranos de estorbos, extermina las pegas, actúa de manera fulminante y, aunque sea mucho pedir, sácanos por lo menos de la crisis que padecemos, pero… hoy antes que mañana. Dios te lo pague.