Granada

La aceituna loaime, el orgullo de un pueblo

  • Los olivos centenarios de Cogollos intentan resistir a la dura competencia con un aceite singular por su dulzura

En un sociedad de consumo donde manda la producción en cadena y muchas veces se olvida la calidad, hay ejemplos que se escapan como el de la cooperativa de San Antonio, que en el irreductible pueblo de Cogollos Vega resiste al competitivo mercado del aceite intentando salvar el 'oro verde' que se extrae de los olivos de casta loaime. El actual presidente de esta sociedad olivarera fundada en 1960, Esteban Martín, explica como esta variedad de aceite "única en el mundo" y centenaria tiene un hándicap respecto al que producen especies más populares . "Las aceitunas de los olivos loaime son de menor peso y rendimiento que el fruto de otras variedades como la aceituna marteña que tiene un rendimiento de hasta el 25% o la picual, que llega a superar en ocasiones más del 30", explica Martín, quien lamenta que muchos agricultores de la zona Norte de la provincia se hayan visto obligados a sustituir en sus fincas unos árboles por otros con el objetivo de sacar el máximo rendimiento.

Ante tal panorama, la cooperativa San Antonio tiene que redoblar sus esfuerzos para que se preserve una especia "en peligro de extinción" y que la marca de aceite Los Loaimes llegue a la mesa de la gente. Para ello está intentando implicar a todos los habitantes y agentes sociales de Cogollos Vega, donde, según un estudio de la Universidad de Granada, se encuentran 2.000 de las 6.000 hectáreas de este olivo que existen en el mundo, aunque podrían ser muchas menos actualmente. La última iniciativa ha sido la de aprobar un proyecto de conservación y repoblación de esta casta con el objetivo para el que la cooperativa ha firmado un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Cogollos y el Instituto Emilio Muñoz.

El plan es que los agricultores no arranquen y sustituyan esos olivos centenarios por otros más productivos. Por tanto, se está tratando de crear un plantel de olivos de la casta loaime a través de un sistema de nebulización y que lleguen al asociado de la cooperativa a precio de coste, tras haber pasado los correspondientes controles. Ahí es donde entrarán en juego los alumnos que cursan estudios de forestal en el Instituto Emilio Muñoz, que en sus cursos han realizado estás técnicas de nebulización y que las trasladarán a la realidad haciendo prácticas en la cooperativa de San Antonio.

Es una de las muchas acciones que están llevando a cabo los asociados para que los granadinos "prueben un aceite de la tierra". Y es que la gran fortaleza de Los Loaimes es un sabor mucho más dulce de lo habitual. "Muchos aceites del mercado nos deja al paladar un sabor amargo que a los consumidores no nos gustan", explica Martín, que en casi un año como presidente está intentando que la provincia conozca el producto de calidad que se genera en Cogollos. Aunque no es comercial ni su empleo directo es la agricultura, dedica gran parte de su tiempo a promover el producto visitando instituciones, cualquier sitio que pueda estar interesado. Este trabajo ya ha dado algunos frutos y ya se puede degustar la variedad Esencia de Cogollos en las elaboraciones del reconocido restaurante de La Ruta del Veleta y en varios establecimientos gourmet. Incluso, es el aceite con el que se cocinan los menús en los hospitales de la sanidad pública granadina. Además, en los próximos meses harán varias catas en puntos emblemáticos de la provincia. Son algunos de los pasos que va dando la cooperativa de San Antonio para conseguir que no caiga en el olvido de la historia una especie que ha sido y es un símbolo para su pueblo.

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