Ayer y Hoy

El acoso sexual viene de lejos

  • El fenómeno del acoso sexual estaba ya en la mitología griega

  • El sátiro Pan, de donde viene la palabra pánico, fue el perseguidor de la ninfa Siringa

  • Y a la casta Susana la acosaron dos viejos verdes, según la Biblia

Susana y los viejos jueces acosadores que recoge la Biblia.

Susana y los viejos jueces acosadores que recoge la Biblia. / G. H.

El exceso de información nos abruma y esto nos hace creer que comportamientos tan desgraciadamente de moda como son las violaciones, el acoso sexual, los sátiros, las manadas, los voyeurs lujuriosos de playas, parques, aseos, etc. y hasta los viejos verdes, ya existían en la antigüedad, aunque mitificados por la literatura clásica greco-latina que nunca debiera ser olvidada.

Conocida es la antigua historia de Susana y los viejos jueces acosadores que recoge la Biblia (Daniel, 13, 10) y que tantas veces reproduce la Historia del Arte (Tintoretto, Veronés, Rembrandt, Coypel). Injustamente Susana fue acusada de adulterio por los mismos dos jueces que la quisieron violar.

Pan persiguiendo a Siringa. Escultura de Gilles-Lambert Godecharle. Pan persiguiendo a Siringa. Escultura de Gilles-Lambert Godecharle.

Pan persiguiendo a Siringa. Escultura de Gilles-Lambert Godecharle. / G. H.

Buscamos otro ejemplo significativo en la fábula de Pan y Siringa que ya Ovidio, el poeta romano del siglo I, relata en su obra Metamorfosis (I, 689); ahí narra que la ninfa Siringa "más de una vez había tenido que huir del acoso de los sátiros del bosque para preservar su virginidad". 

Pero un día el sátiro Pan, personaje de rasgos e instintos animales, la persiguió hasta que Siringa no pudo seguir huyendo al encontrarse con las aguas del río Ladón; pidió ayuda a las ninfas del río que la transformaron en cañas; cuando Pan fue a abrazarla solo consiguió resoplar sobre las cañas produciendo un sonido semejante al de una flauta; razón por la cual la siringa es hoy un instrumento musical tipo flauta de cañas. Parece ser que del nombre de este sátiro acosador llamado Pan viene la palabra pánico (horror pánico) que suele envolver a las víctimas acosadas.

'Apolo y Dafne', una obra de Bernini. 'Apolo y Dafne', una obra de Bernini.

'Apolo y Dafne', una obra de Bernini. / G. J.

Es rica la mitología en este tipo de encuentros más o menos amorosos o más o menos lujuriosos en los que se encuentran perseguidor y perseguida e incluso raptada. Otro ejemplo lo tenemos en el muy conocido mito de Apolo y Dafne que también recoge Ovidio (Metamorfosis I, 452). El apasionado Apolo persiguió a la joven Dafne que, acosada y acorralada, acaba transformándose en un laurel. "Una tenue corteza envuelve su blando tórax; frondosas hojas son su pelo, en ramas se transforman sus brazos, en raíces sus piernas, en copa de árbol su cara" (I, 549). Acaba siendo Apolo el símbolo de la lujuria, Dafne el de la virtud y el laurel el de la victoria.

Raptada fue Proserpina por su propio tío, el enamorado Plutón, mientras ella se bañaba tranquilamente en las aguas del lago Pergusa (Sicilia). Es verdad que luego la liberó, pero tras hacerle comer semillas de granada, producto que la obligaba a vivir con él seis meses al año; los otros meses vuelve con su madre Ceres, diosa de la naturaleza; son los de primavera y verano cuando la alegre Ceres fertiliza los campos, hace brotar las flores y recoger las cosechas.

Secuestrada fue también la joven Cloe por unos piratas de la ciudad de Metimna en Lesbos. Pero en el caso de la pareja Dafne y Cloe nada hay de acoso; es más bien la unión romántica y consentida de dos jóvenes que se acercan por vez primera a la bonita experiencia del amor aunque a duras penas tienen que aprender observando cómo yacen los propios animales (las manadas).

Ovidia en Constanza. Ovidia en Constanza.

Ovidia en Constanza. / G. H.

Esta novela pastoril fue escrita en el siglo II por Longho de Lesbos y puesto que tanto Dafne, niño abandonado en el bosque y amamantado por una cabra, como Cloe, también abandonada y criada en una cueva por una oveja, parece lógico que sus comportamientos amorosos se inspiren en la naturaleza animal.

Lo que ya resulta incomprensible es que en el siglo XXI todavía haya manadas, acosadores, sátiros y perseguidores lujuriosos que sigan manteniendo gestos brutos y comportamientos violentos típicos del mundo animal. Por lo que a lo mejor, más que encerrarlos en centros penitenciarios, ellos mismos prefieran especiales dependencias, tipo granjas, cuadras o establos con abundante pienso para que cuando salgan se lo piensen.

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