Agricultores de Granada piden una solución urgente a la situación del cultivo del cereal

La asociación agraria Asaja ha llevado a cabo este jueves en Granada una acción reivindicativa para reclamar soluciones urgentes a la grave situación que, según han denunciado, atraviesa el cultivo del cereal, "arrinconado por la baja rentabilidad, el aumento de costes y la falta de apoyo institucional".

La protesta, celebrada en la céntrica Fuente de las Batallas de Granada capital y en la que han participado agricultores con camisetas con el lema donde hay cereal hay campo, donde hay campo hay futuro, ha consistido en la instalación de una mesa informativa, la recogida de firmas de apoyo y la lectura de un manifiesto sobre la situación de este cultivo.

Según el sector, el precio medio que recibe el agricultor apenas alcanza los 0,19 euros el kilo, el mismo que hace 40 años, mientras que los costes de producción ascienden a 760 euros por hectáreas, incluyendo semillas, abonos, combustible, maquinaria y mano de obra "bajo amenaza de nuevos aumentos en los costes".

Ese aumento se debe especialmente al encarecimiento de los fertilizantes, debido a los aranceles sobre productos procedentes de Rusia y Bielorrusia, el incremento de la demanda global, el alza energética y los problemas logísticos.

Para cubrir gastos y obtener beneficios, el agricultor debería cobrar al menos 0,22 euros el kilo con unos rendimientos mínimos de 3.500 euros por hectárea, sostiene Asaja.

"Pero la realidad es que, a pesar de que este año se ha incrementado la cosecha en la provincia, superando previsiblemente las 150.000 toneladas (frente a las 93.999 del año pasado) los rendimientos medios han bajado a 2.500 kilos, lo que agrava aún más la situación económica de los productores", han denunciado.

De esta forma, Asaja asegura también de que el cultivo del cereal se va abandonando progresivamente en favor de otros más rentables en la provincia, como el almendro o el olivar.

Por todo ello piden a las administraciones medidas como el control efectivo de las importaciones de cereal, garantizando la trazabilidad y condiciones de producción similares a las exigidas dentro de la Unión Europea y compensaciones directas a los productores por el incremento "desproporcionado" de los costes.

También solicitan un tratamiento específico en la nueva Política Agraria Común (PAC), con ayudas directas al cereal que reconozcan su valor ambiental, estratégico y social, entre otras.