Albayda, el barrio de los cristales rotos
El incremento de robos en el interior de los coches ha motivado que las policías Naciona y Local hayan dispuesto un dispositivo especial de vigilancia
Las balizas V16, objetivos de los ladrones
Tres detenidos más en Granada por el dispositivo especial contra los robos en coches de Albayda y zona Norte
No hay que andar mucho en la Avenida Argentinita, en el barrio de Albayda, para dar con la prueba del delito: restos de la luna de un coche hecha añicos. Cuatro metros más adelante, más de lo mismo: cristalillos esparcidos sobre el asfalto. En la Avenida Federico García Lorca se repite la escena.
No es de extrañar que patrullas de las policías Nacional y Local hayan establecido un dispositivo especial para prevenir robos en el interior de los coches en el barrio de Albayda. Llama la atención un barrio aparentemente tranquilo esté últimamente en el punto de mira de los rateros de poca monta. La cercanía de lugares más conflictivos en la zona Norte y de la Estación de Autobuses podría ser una explicación. Otra, como apunta la Policía Nacional, podría estar en las balizas V16, que serán obligatorias en todos los automóviles a partir del primer día del próximo año. Si hace unas décadas eran las radios de los coches, parece ser que ahora son estos aparatos los que se han convertido en ese oscuro objeto del deseo por parte de los amantes de lo ajeno que quieren obtener un pingüe beneficio con algo que en el mercado cuesta entre 30 y 50 euros.
El Cuerpo Nacional de Policía ha confirmado que las balizas de señalización luminosa V16 se están convirtiendo “en unos de los objetivos más grandes de estos ladrones”. Estas balizas están siendo objeto de polémica, de un lado por la obligatoriedad de su compra para todos los conductores como por su utilidad real en carretera. La venta de este tipo de dispositivos se ha disparado en los últimos meses y se ha convertido en un negocio lucrativo.
Tres nuevas detenciones
El operativo policial se saldó este miércoles con tres detenidos, uno de ellos, de 39 años, es un viejo conocido, porque fue arrestado el pasado lunes, además de tener numerosos antecedentes policiales. Los otros dos hombres arrestados, de 42 y 35 años, actuaban en pareja y son residentes en un piso de acogida.
Tras la jornada, son 18 los que ya han sido pillados con las manos en la masa por parte de las patrullas policiales desde que se pusiera en marcha el dispositivo especial de seguridad.
Inquietud vecinal
Lo que está ocurriendo en el barrio de Albayda no es ajeno a muchos de sus vecinos. Incluso, algunos afirman que los casos de robo no se circunscriben a los coches, sino también en las cocheras de las urbanizaciones. Es el caso de Alba, quien asegura que “desde el pasado mes de mayo se están produciendo robos, incluso a plena luz del día”. Señala que se habla que desde la pasada primavera “han roto los cristales a más de doscientos coches, incluso a veces sin que luego roben nada”. Asimismo, esta vecina del barrio dice conocer vecinos a los que les han robado en el trastero: “Sobre todo se llevan bicicletas”.
La misma sensación de cierta inseguridad tiene Francisco, que regenta un taller de bicicletas en la Avenida Federico García Lorca, que reconoce que últimamente “he visto en el suelo muchos cristales rotos de las ventanillas de los coches”. Asegura no fiarse mucho por la creciente inseguridad y que por eso “a las siete de la tarde sigo trabajando pero cierro la puerta con llave”.
Cristina y David, otros dos vecinos, saben de la situación que últimamente se vive en el barrio. “Se ven lunas rotas y se oye que también están robando en los garajes. Dicen que hay más vigilancia policial, pero no se ve mucho que haya más patrullas”, dicen.
Las trabajadoras de una conocida cafetería-pastelería señalan que no han tenido ningún problema, pero que han oído hablar de que “hay chicos que rompen los cristales de los coches; incluso, el otro día una mujer se quejaba de que le habían rajado las ruedas”. También lamentan que en los alrededores de la Estación de Autobuses “hay tiradas muchas jeringuillas”.
Indignación
Lo que causa enfado entre los vecinos es saber que uno de los arrestados ayer también lo había sido dos días antes. “¿Cuántas detenciones necesitan?”, se pregunta Alba, a la par que pide que haya más vigilancia y más policías.
Una de las trabajadoras de la afamada pastelería lo tiene claro: “El problema es que en España no hay penas”.
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