Vivienda

Prohibidos animales de compañía: sólo un 1% de las viviendas en alquiler en Granada permite expresamente perros y gatos

Dos mujeres abrazan a sus perros en la calle en el Día de San Antón

Dos mujeres abrazan a sus perros en la calle en el Día de San Antón / G. H.

El mercado inmobiliario en Granada se ha convertido en una especie de selva a la que, para encontrar una vivienda que cumpla todos los requisitos hay que entrar armado de paciencia. Además de los elevados precios, que no paran de crecer y registran máximos históricos en los últimos meses en la provincia, hay que sumar otros inconvenientes como los requisitos para acceder a ellas.

Sorprende un dato y una de las dificultades más comunes: pese a que en España hay 11 millones de perros y gatos, independizarse junto a ellos no es fácil. Según los últimos datos del portal inmobiliario Fotocasa y de la Fundación Affinity, en Granada solo un 1% de los propietarios que alquilan una casa o un piso permiten expresamente que puedan acogerse mascotas.

Este porcentaje es el menor en toda la provincia de Andalucía. El miedo a que los animales causen problemas y daños en el inmueble que aumenten costes de reparación, la posible suciedad que estos pueden añadir, así como el evitar conflictos de convivencia con los vecinos son las razones principales para ese rechazo a las mascotas.

En el otro extremo, las provincias de Cádiz y Málaga son las que más porcentaje de aceptación registra, aunque sigue sin ser demasiado elevado. Sólo un 5% de las propiedades en alquiler aceptan expresamente animales de compañía en estos territorios. La media andaluza se sitúa en el 3%.

Hay que tener en cuenta que convivir con un animal de compañía es una situación bastante generalizada en nuestro país. Según datos de Fundación Affinity, en casi la mitad de los hogares en España, en concreto en un 44%, viven animales. En este sentido, las limitaciones existentes para estas familias que quieren acceder a una vivienda de alquiler comprometen una necesidad básica

Estos datos se desprenden de un estudio del portal inmobiliario Fotocasa, que se ha aliado con la Fundación Affinity para visibilizar las dificultades que tienen a las familias con perros y gatos a la hora de alquilar una casa. Ambas entidades han decidido aliarse para mostrar algunas de las barreras que todavía existen para que los animales de compañía sean aceptados plenamente en nuestra sociedad.

Un requisito obligatorio para muchas familias

Según datos de Fotocasa, el alquiler en nuestro país supone el 23% del mercado inmobiliario y, de hecho, el número de viviendas en este régimen no ha parado de crecer desde la crisis económica de 2008. Cada vez son más los españoles que acuden al alquiler por motivos diversos: económicos, laborales, de flexibilidad, etc.

En España, solamente el 4% de los pisos en alquiler permiten expresamente el acceso a familias con animales, porcentaje que ha bajado respecto al 2021, donde la cifra se encontraba en un 5%. Esta cifra podría ser mayor si ambas partes, el propietario de la vivienda y la familia que convive con un perro o gato, llegan a un acuerdo.

En España, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), reguladora del mercado del alquiler, otorga a los arrendadores la potestad para aceptar o no animales en su propiedad.

Pero, ¿por qué los propietarios de viviendas no quieren aceptar a familias con animales de compañía?. Siendo el alquiler una opción creciente entre la población, ¿por qué siguen existiendo reticencias por parte de los propietarios?.

Una mujer transporta a su perro dentro de un bolso Una mujer transporta a su perro dentro de un bolso

Una mujer transporta a su perro dentro de un bolso / G. H.

Sigue extendida la creencia de que los animales de compañía pueden suponer un gasto añadido para el arrendador por los desperfectos que estos pueden ocasionar en la vivienda. No obstante, lo que parece preocupar más a los que quieren arrendar sus propiedades son los inconvenientes en la convivencia, como son los posibles ruidos u olores. En muchos casos, se alude a estos supuestos para obstaculizar el acceso a la vivienda a familias con perros y gatos.

La directora de la Fundación Affinity, Isabel Buil, ha asegurado que creen que la negativa por parte de los propietarios de viviendas a aceptar animales de compañía "responde más a los prejuicios que como sociedad arrastramos que no a la realidad".

"Las personas no quieren problemas y ponen los mecanismos necesarios para evitarlos. Lo más importante para un propietario es encontrar a la mejor familia para habitar su casa, y muchas veces, esta tendrá un perro o un gato con el que vive en perfecta armonía, orden y limpieza. Al descartar a las familias que tienen animales de compañía, se está perdiendo a un gran número de posibles candidatos que podrían ser perfectos inquilinos de la vivienda", ha valorado.

Buil cree que se debe desterrar la idea de que los animales son sinónimo de ruidos y suciedad, porque esa es una creencia que merma la igualdad de oportunidades de muchas familias a la hora de acceder a una vivienda.

Por su parte, la directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos, ha asegurado que la admisión de unidades familiares con animales ayudaría al equilibrio del mercado del alquiler, "donde muchas familias inquilinas son rechazadas de las candidaturas a la vivienda por el hecho de tener perros o gatos".

"En este sentido, existen instrumentos como seguros o cláusulas en el contrato que aportan seguridad y garantías a los propietarios, en el caso de que se produzcan desperfectos. En definitiva, es responsabilidad de todos conseguir una sociedad más respetuosa con los animales y sus familias", ha concluido.

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