María angustias ramírez

"Ser ama de casa también es un trabajo"

Cansada de la rutina, aburrida de estar en la casa haciendo los mismos desayunos, los mismos platos, el mismo suelo… María Angustias Ramírez decidió que era hora de cambiar sus días. "Era como si todo en la casa lo hicieras y lo deshicieras, y así desde que te despiertas hasta que te acuestas. Era una monotonía que no me gustaba", explica. Con 57 años, María Angustias se incorporó al mundo laboral hace más de 20, y se siente muy feliz de ese cambio. "He sido ama de casa 15 años, y un día decidí que mis días no quería que fueran sentarme en la casa y esperar a que llegara mi familia, yo quería entrar en el mundo laboral porque quería sentirme útil", afirma. A los 34 años montó una juguetería con su cuñada en el municipio de Albolote, pero "los grandes almacenes se comieron el negocio", y tuvieron que cerrar. Su último trabajo, recepcionista en la residencia María Zayas de Belicena, es el que más le reconforta y con el que se muestra más orgullosa. María Angustias siente que tiene "responsabilidades", que "hago falta" y que a cambio, "recibo una remuneración".

"¿Sabe qué es trabajar todos los días en mi casa, haciendo la comida, planchando o fregando platos, y que nadie se dé cuenta de que eso también es un trabajo?". Esta granadina cuenta que, bajo su punto de vista, el trabajo de ama de casa no es agradecido. "La familia no se percata de que tú te preocupas las 24 horas del día de que todo esté bien en la casa y ordenado, pero parece que al no tener remuneración no es un trabajo de verdad".

Para María Angustias, trabajar en la residencia es el trabajo más serio que ha tenido. "Aquí tengo unas obligaciones, tengo un horario, y unos días que obligatoriamente tengo que ir, y me gusta sentirme que alguien me necesita. Aunque esté un poco más agobiada, quiero tener la cabeza ocupada y estar moviéndome".

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