Arrancan las obras de los apartamentos de lujo del Seda Club: así será su exclusivo interior

La obra, en el antiguo edificio de La Verdad, la ejecuta el arquitecto Carlos Quintanilla y los interiores son diseño exclusivo de Gastón y Daniela

La apertura está prevista para el primer trimestre de 2026

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Antiguo edificio de La Verdad, entre Trinidad y Romanilla.
Antiguo edificio de La Verdad, entre Trinidad y Romanilla. / G. H.

El proyecto de apartamentos turísticos de lujo del Hotel Seda Club de Granada está en marcha. Acaban de arrancar las obras en el antiguo edificio La Verdad, entre la Plaza de la Trinidad y la Romanilla, para su transformación en 16 apartamentos vinculados al hotel de 5 estrellas situado a pocos metros, en la Plaza de la Trinidad. La previsión es tenerlo listo para abrir en el primer trimestre de 2026, antes de la Semana Santa.

El proyecto de obra es del arquitecto Carlos Quintanilla. Ya se ha procedido a la demolición de los interiores necesarios y se está ya en la remodelación de las plantas del edificio, que mantendrá su estética exterior. Dentro, se contará con 16 apartamentos, 8 con una habitación y otros 8 con dos habitaciones.

Del diseño del interior, tanto la zona de recepción como las estancias, se encargará la firma Gastón y Daniela, que también colaboró en la decoración del hotel. Según ha confirmado el director del establecimiento hotelero, Ignacio Cabello, ya están fabricando el mobiliario, que será exclusivo para los apartamentos "siguiendo la estética del hotel, con líneas limpias pero también con mucha vinculación a Granada" siguiendo los colores y las texturas más típicas de la ciudad, como pueda ser la Fajalauza, pero actualizado para dar a los clientes un "refugio de calma y serenidad donde la belleza y los colores de la ciudad se entreven en cada uno de sus espacios". De hecho, la decoración textil en el hotel Seda es parte esencial del proyecto y lo volverá a ser en sus apartamentos. "La esencia del hotel Seda Club se fusiona con las texturas, colorido y riqueza de Granada... Alojarse aquí es encontrar un refugio de calma y serenidad donde la belleza y los colores de la ciudad se entreven en cada uno de sus espacios", recoge el documento de diseño.

Así serán las habitaciones.
Así serán las habitaciones. / G. H.

La paleta de colores reune tonos que van desde los terracotas, tejas carácterísticos de la arquitectura nazarí, pasando por el verde y el azul típicos de la cerámica local de Fajalauza.

En cuanto a las 16 habitaciones, buscan crear una "atmósfera cálida y pausada" con texturas que mezclan lo artesano con las líneas depuradas y toques un punto sofisticados. Los colores y maderas elegidas conectan con el Seda Club y los estampados geométricos y materiales como los azulejos recuerdan a la ciudad. Los armarios de las habitaciones serán abiertos inspirados en los antiguos baúles de viaje.

Imagen de una cocina de los apartamentos.
Imagen de una cocina de los apartamentos. / G. H.

El salón cocina de cada apartamento será un espacio abierto con mesa comedor que crea un lugar para compartir momentos de forma relajada. "Por ello, la cocina se trata como un elemento más de la decoración. Se integra en el salón igualando los acabados y haciéndo de ella un elemento sigular. Se inspira en las cocinas tradicionales con maderas oscuras, grifería latonada, azulejos aresanos", recoge el proyecto decorativo.

La recepción estará por la calle Lucena con un espacio que será continuidad de las zonas comunes de los apartamentos e irá en maderas oscuras, tonos tierras, ocres, cristal, ciertas líneas curvas que recuerdan arcos y otros elementos de la arquitectura local.

En la parte superior habrá una terraza panorámica que se prevé utilizar a futuro para eventos.

Toda la parte baja del edificio lo ocupará un local comercial, que aún está pendiente de definir. En principio está en alquiler para un proyecto que siga con las líneas y filosofía del hotel y los apartamentos de lujo, por lo que se haría una selección previa del posible negocio, aunque también se baraja un proyecto de restauración propio. La decisión última está pendiente de la propiedad.

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