Granada

El arzobispo consuma su golpe de mano en el Cabildo del Sacromonte

  • Javier Martínez coloca a canónigos de su confianza en sustitución de los dimitidos

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, culminó el pasado 19 de mayo la sustitución del anterior Cabildo que rige la Abadía del Sacromonte por sacerdotes afines a la línea más conservadora de la Iglesia. El nuevo abad es el canciller secretario del Arzobispado, Alberto Espinar Lara, que sustituye a Federico Rodríguez Ratia. El cabildo anterior dimitió en bloque por desacuerdo con los nuevos estatutos preparados personalmente por el prelado granadino que reducían sus atribuciones a asuntos secundarios relativos al culto y a la liturgia y dejaban en manos del arzobispo los relativos a la gestión patrimonial y económica.

Los antecedentes de la gestión arzobispal, que ha dejado en manos de los grupos más reaccionarios de la Iglesia, como los kikos y Comunión y Liberación, al que pertenece el propio Martínez, el seminario, la escuela de magisterio y la formación de los sacerdotes, hace temer que a partir de ahora la gestión de uno de los monumentos más emblemáticos de Granada, la Abadía del Sacromonte, pase a manos de los movimientos afines.

Según difundió ayer la web de la Diócesis de Granada la incorporación de los nuevos capitulares "forma parte del deseo de potenciar la recuperación de la Abadía a los siguientes fines: el cultivo de la vida cristiana en torno a la memoria de los orígenes cristianos en Granada y, más en general, en la Península Ibérica; el fomento de la cultura cristiana y de la educación cristiana como parte esencial de la misión de la Iglesia, que caracterizó a la Abadía desde sus orígenes; y la especial atención dada a las relaciones entre el Cristianismo y las iglesias orientales, y entre el Cristianismo y el Islam". La web atribuye la dimisión del anterior Abad a "motivos de salud" pero silencia las causas de la dimisión del resto de los canónigos.

Francisco Javier Martínez ha mantenido en secreto la reestructuración del cabildo del Sacromonte, lo que ha desatado, al mismo tiempo, numerosas especulaciones sobre sus planes sobre los cabildos de la Catedral y de la Capilla Real. Sin embargo, la única reforma que sí se ha emprendido y ha culminado hasta ahora es la de la Abadía sacromontana.

El complejo monumental está compuestos por las cuevas donde según la leyenda aparecieron los restos de los mártires sacromontanos junto a los libros plúmbeos; la abadía propiamente dicha, comenzada a construir en el siglo XVII, y el museo que contiene una extraordinaria colección de piezas artísticas relacionadas con su historia y la de los mártires, entre ellos San Cecilio, copatrón de la ciudad.

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