El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, sorprendió el martes a los hermanos mayores de las 32 cofradías de Semana Santa al acudir, dicen que por petición propia, al pleno de la Federación de Cofradías, que presidió por primera vez.

La presencia del arzobispo era clara. Quería explicar el nombramiento por decreto de Antonio Martín como presidente de la Federación de Cofradías, decisión que se hizo pública a mediados de abril para sorpresa de todos ya que anulaba el proceso electoral previsto para junio.

Para algunos de los presentes las explicaciones fueron suficientes y para otros no. Pero lo que se hizo fue el silencio. Tras las palabras del arzobispo, ningún hermano mayor cuestionó públicamente las formas empleadas por el prelado. Y eso que había preparada una carta de disconformidad con el 'decretazo' firmada por más de la mitad de los hermanos mayores pero que finalmente, al ver la presencia de Martínez, no se entregó.

En el último punto, el de ruegos y preguntas, se leyó por parte de la secretaria el decreto y tomó la palabra el arzobispo. Según dijo, había tomado esta determinación "tras consultar y rezar" convencido de que "era lo mejor para los cofrades y las cofradías". También reconoció que se había podido equivocar pero pedía "confianza" y "perdón de antemano" si consideraban que se había equivocado ya que les mostró su apoyo y "amor" a las cofradías. Además, dio su apoyo público a Antonio Martín, para el que el actual presidente, Gerardo Sabador, pidió un aplauso para demostrar su confianza en él.

Lo curioso es que Martínez no dijo nada sobre las motivaciones políticas que sí nombró hace unos días en un programa de la Cadena Cope, donde dijo que justificaba su decisión en evitar la politización de la Federación de Cofradías.