2026: ¿El año de las compañías medianas y pequeñas?
"Las asociaciones y las ONG tenemos que empezar a pensar en la autogestión"
Voluntad, vocación de servicio y no tener miedo a vivir en la inseguridad son algunas de las claves que da este cordobés de nacimiento y granadino de corazón para ser capaz de entregar las 24 horas del día a los demás
A sus 50 años, Ignacio Pereda cuenta orgulloso que nunca ha cotizado a la Seguridad Social. Abogado, Trabajador Social y Orientador Familiar, Ignacio tuvo claro desde pequeño su sueño: entregar su vida a los demás y levantar una Fundación que pudiera ofrecer los valores de una familia a personas sin recursos. Con 22 años dejó su Córdoba natal y se vino a Granada, donde trabaja desde hace 28 años en su proyecto, que es su sueño. En su Fundación no hay dinero, pero sobran las ganas.
-En un momento en el que no hay recursos económicos, le están ustedes sacando las castañas del fuego a las administraciones.
-Yo creo que en este momento en el que estamos las asociaciones humanitarias estamos jugando un papel sobre todo de motivación y de creación de ilusión en las personas que menos tienen. Lo más importante es sembrar esperanza en aquellas personas que lo tienen más difícil.
-¿Hay que estar muy loco para abanderar un proyecto de estas características?
-Sobre todo hay que pensar en que vivir en la inseguridad y en lo incierto no es fácil. Más que estar loco tienes que ser una persona arriesgada, pero también es cierto que exige una entrega del cien por cien.
-Por muy arriesgado que uno sea, no todo el mundo es capaz de entregar su vida a los demás.
-Yo creo que todos tenemos un papel importante en este mecanismo, todos tenemos interiormente la capacidad de líder pero hay que sacarla. Todos tenemos un liderazgo interior que a veces no está suficientemente desarrollado, y cuando hablo de líder me refiero a ser una buena persona en primer lugar y a desarrollar todas las potencialidades que uno tiene. Todos tenemos cosas buenas que aportar.
-¿Es más fácil la vida cuando uno es creyente?
-La creencia siempre es buena porque es un apoyo. La creencia, en lo que sea, es buena porque es un refuerzo, un empuje. Pero lo importante es que de esa creencia se pase a la coherencia y ésta forme parte del vivir diario. Aquí en la Fundación tenemos el sentimiento de que hay que vaciarse mucho porque hay muchas personas (y de muy diversa índole) a las que hay que atender y eso requiere un desgaste importante, pero se retroalimenta con la satisfacción de ver que la gente es un poco más feliz.
-Ha conseguido crear usted una comunidad de 95 personas. ¿Qué es para usted una familia?
-La familia significa compartir responsabilidades, distribuir tareas, aplicar la ternura, el cariño y el afecto. Todos tenemos algo que dar pero hay que darlo; aunque sea poco, hay que hacer el gesto.
-No debe ser fácil gestionar una comunidad de estas características en una época con tantas necesidades...
-Cada día cunde el desánimo, sobre todo cuando hay un grupo muy numeroso y sigue sonando el teléfono y siguen llegando demandas. A veces te sientes triste y desbordado, porque quieres pero no puedes, porque te falta el espacio, las fuerzas y el tiempo material. Entonces el papel que tenemos que adoptar es el de sembrar esperanza, ilusión y crear riqueza en la medida en que podamos, aplicar todas las competencias que tenemos (que son muchas) para poder generar riqueza. Y también ayudarnos unos a otros y apoyarnos.
-¿Hay suficientes ayudas para las organizaciones humanitarias?
-Ahora que soy presidente de la Plataforma de Voluntariado en más de una ocasión hablo de la necesidad de empezar a plantear cómo autogestionarnos. Cómo podemos realizar proyectos, generar riqueza para que las mismas organizaciones puedan primero subsistir y luego derramar su acción para que sea conocida. Aquí hemos trabajado con la asociación de Parkinson, con salud para la mente, con discapacitados... Tenemos que ayudarnos los unos a los otros y no hay que quedarse quieto, hay que buscar salidas que las da el que tú y yo nos pongamos a crear, a diseñar algo nuevo.
-¿Qué es para usted la felicidad?
-Es la persecución permanente de tu sueño..., que no acaba nunca, porque el sueño siempre lo puedes ver mejorado.
-Parece que en esta sociedad queremos tapar a toda costa el sufrimiento.
-El sufrimiento está muy pegado a la vida, igual que la muerte. Por eso hay que ser consciente de que hoy eres feliz y mañana de repente ocurre algo y todo cambia. Hay que estar preparado para estar equilibrado en los momentos buenos y en los no tan buenos, esto también es un aprendizaje, también es formación.
-Igual es que somos demasiado individualistas.
-A veces el individualismo viene por ese mecanismo que genera la obsesión por el dinero. Cuando el dinero deja de ser parte troncal aparecen otras ideas, otras formas de vida, es lo que yo llamo nuevas formas de economía de vida, y es lo que hacemos aquí. Fíjese que el 99% de las personas que hay aquí no tiene ingresos, lo que generamos es para poder subsistir. Es más importante generar ilusión que capital. Y también es importante generar belleza, no solo se trata de comer y dormir sino de que la gente se desenvuelva en un entorno bello que ayude a las personas a sentirse mejor.
No hay comentarios