Tres de cada diez autobuses aún no disponen de rampa para discapacitados
El Defensor del Ciudadano asegura que la queja del colectivo es generalizada · La próxima semana se reunirá con el gerente de la Rober para abordar el problema
"Mi convenio colectivo no me obliga a abrirle la plataforma". Es la justificación que, según el Defensor del Ciudadano, Melchor Sáiz-Pardo, han dado varios conductores de la Rober a algunos minusválidos que se han visto obligados a quedarse en tierra cuando pretendían acceder al autobús urbano.
Las reclamaciones, numerosas y de muy diverso calibre, se agolpan en su oficina, bien por parte de asociaciones o de particulares que, día a día, se enfrentan a las numerosas barreras arquitectónicas que les pone por delante la ciudad.
Tanto es así que la próxima semana tendrá lugar una reunión entre el gerente de Rober, Guillermo Robles, y Sáiz-Pardo, a petición de este último. En ella, el Defensor le planteará al responsable de la empresa concesionaria del servicio de transporte las quejas recibidas, la mayor parte de ellas relativas a que "no funcionan las plataformas" de acceso.
Otras quejas muy frecuentes se refieren a la negativa de los conductores a desplegar la rampa porque se ven "obligados a cumplir unos horarios fijados que se verían afectados si se tienen que bajar para montar el dispositivo", aseguró el Defensor.
Según explica Guillermo Robles, todavía un 30% de la flota de los autobuses de la empresa no dispone de estos dispositivos, si bien "desde que se aprobó la nueva normativa todos los vehículos que se han sumado al servicio lo incorporan".
Ante el requerimiento planteado por el Defensor, Robles anima a las personas afectadas a denunciar este tipo de situaciones en la línea de atención al cliente (900710900), ya que entiende que la actitud de estos conductores supone "un grave perjuicio para la ciudadanía".
Hasta el punto que, según afirma, se contemplan sanciones para los conductores que tengan este tipo de actitud, que calificó de "indeseable". "Si el autobús está dotado del sistema y el conductor hace trampa, entiendo que la postura puede ser sancionada, bien por la Rober o por el Ayuntamiento de la ciudad", concluyó.
Pero el problema de los discapacitados para acceder a los vehículos no termina aquí, ya que aunque el 70% de los autobuses urbanos dispongan de rampa, ésta pierde su eficacia cuando el vehículo no puede aproximarse al acerado.
Y esto ocurre, claro está, si las zonas de parada están ocupadas por coches estacionados, algo que se puede ver en la ciudad continuamente, sobre todo en horas determinadas del día.
Otro problema es que la rampa, al desplegarse, debe apoyar sobre el acerado. Pero si el autobús no se puede acercar lo suficiente, lo hace sobre el asfalto de la calle, con lo que la pendiente es mucho más pronunciada y no se puede subir con la silla de ruedas si no es con la ayuda de alguien que le empuje. Pero dificultades como estas son sólo "algunas" a las que se enfrenta el colectivo de discapacitados, según recordó Saiz Pardo, quien abogó por el consenso y la solidaridad para resolverlas.
No hay comentarios