La autoexploración mamaria, un consejo con caducidad

Diariamente se introducen en la rutina diaria prácticas sencillas que, en un principio, pueden ayudar a prevenir enfermedades. Pero cuando pasa un tiempo y se estudian los resultados de esas rutinas personales, hay actividades que no cumplen con su objetivo inicial y, por lo tanto, pasan al segundo plano en las recomendaciones médicas.

Es lo que ha pasado con la autoexploración mamaria, hasta ahora recomendada como uno de los métodos de prevención y detección precoz del cáncer de mama. Con un examen periódico en casa se esperaba aumentar el diagnóstico de la enfermedad, pero su utilidad real es mínima.

"Si un método de diagnóstico no sirve para disminuir la mortalidad, directamente no sirve", explica el jefe de Ginecología del Hospital Materno-Infantil de Granada, Francisco Montoya. Y es lo que le ha pasado a la autoexploración de mamas.

Expertos mundiales han confirmado también la falta de evidencia científica sobre sus ventajas. Ya se han publicado dos estudios (uno en 2003 y otro este mismo año) que llegan a la misma conclusión: se desaconseja la palpación mamaria de forma rutinaria.

Lo que no quiere decir que haya que pasar de autoexplorarse todos los meses a no hacerlo nunca. Se puede hacer cada cierto tiempo, pero lo fundamental para la detección es el control médico.

Porque, además, está dejando inconvenientes como el aumento de consultas médicas y el crecimiento de biopsias innecesarias, ya que arrojan resultados benignos. Además, se puede caer en una falsa confianza.

En definitiva, la cuestión es que la mujer no tiene conocimientos sobre las irregularidades del pecho que pueden ser un signo de alarma y se generan demandas asistenciales innecesarias.

Hay muchos factores que afectan a la mama y que dominan sólo los médicos. En los senos hay pequeños nódulos de grasa que unos meses se notan más que otros: según la edad el pecho tiene más grasa o más fibra y deja más fácil al tacto la detección de bultitos... Son mil cosas a tener en cuenta.

Por todo esto, el doctor Montoya asegura que el único método de detección eficaz del cáncer de mama son las mamografías. "Además, hoy día se aplican también otros como las resonancias", pero que tienen más inconvenientes como el tiempo y el coste.

"No se ha demostrado que la autoexploración sea eficaz, lo que no significa que se deje de hacer. En un principio piensas que puede funcionar sin tener la base científica pero después se comprueba que no", matiza el experto.

Además, la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom) reconoce ya esta realidad y parece que no incluirá ésta práctica en sus nuevas guías con consejos sobre cáncer de mama.

También hay asociaciones que cuestionan su funcionalidad. Por ejemplo, en una guía editada recientemente por laboratorios Roche en colaboración con la Federación Española de Cáncer de Mama, se dice: "Hasta ahora, los estudios no han demostrado que el autoexamen, por sí mismo, reduzca el número de muertes por cáncer de mama. Por lo tanto, no debe reemplazar la exploración médica reglada ni la mamografía".

Las mujeres de más de 50 años que están incluidas en el programa de mamografías tienen ya el mejor método de diagnóstico. Las más jóvenes pueden hacer esta exploración de forma esporádica y basarse en los controles médicos. Aunque, si se observan cambios en la estructura o apariencia de las mamas, a cualquier edad, hay que acudir al especialista.

La recomendación hasta ahora para el autoexamen mamario era realizarlo a partir de los 18 o 20 años una vez al mes, a poder ser después del inicio de la menstruación y si no, cualquier día pero siempre el mismo cada mes.

Consta de una serie de palpaciones frente al espejo para ver la forma, acostada y en la ducha, de modo que sea posible detectar posibles anomalías o durezas y terminar con una exploración del pezón.