La cobertura aérea que proporcionan los helicópteros se ha demostrado clave en las tareas de control de los incendios forestales, principalmente en las zonas más abruptas o de difícil acceso. Pero para que estos aparatos cumplan con su papel cuando se produce un siniestro es clave tener en marcha un sistema que 'sustente' la demanda de agua que conlleva apagar un fuego. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía cuenta en la provincia de Granada con 150 balsas, construidas a lo largo de los últimos años, en las que se pueden llegar a almacenarse hasta 150 millones de litros de agua para abastecer a los helicópteros. De media, cada una de esas infraestructuras puede almacenar aproximadamente un millón de litros aunque las hay que duplican esta capacidad, y otras que almacenan 'apenas' medio millón de litros.

Con esta media de capacidad de un millón de litros por balsa y si se tiene en cuenta que cada aeronave puede transportar unos 1.000 litros, hasta 150.000 aeronaves de transporte y extinción podrían proveerse de las balsas del Infoca en la provincia en una jornada. Aunque esta situación es imposible, lo cierto es que un mismo punto de agua puede servir para que varios helicópteros carguen agua. En el caso de ser necesaria esta operación, la carga se hace de manera ordenada, indican desde el Infoca.

También hay que señalar que no todos los helicópteros tienen la misma capacidad. Mientras que los de transporte y extinción, como ya se ha dicho, pueden transportar unos 1.000 litros, los bombarderos tienen una capacidad de 4.500 litros.

Estas balsas de las que se surten las aeronaves el Infoca no son las únicas reservas hídricas con las que cuentan los aparatos que participan en las tareas de control y extinción de incendios forestales. Las aeronaves también pueden proveerse de agua en otro medio centenar de albercas -pertenecientes a particulares- y de diez embalses distribuidos por toda la provincia.

El mantenimiento de los puntos de toma de agua el Infoca se realiza durante la precampaña -es decir, desde octubre hasta junio, cuando el riesgo de incendio es bajo o medio- y del mismo se encargan los técnicos de los Centros de Defensa Forestal (Cedefos).

A pesar de que la necesidad de agua es mayor en verano -por el elevado riesgo de incendio- estos depósitos están operativos todo el año. Para su llenado, lo normal es el empleo de canalizaciones desde alguna acequia o manantial próximo. Sin embargo, en algunas ocasiones el almacenamiento de agua se consigue mediante una bomba de agua, impulsada por energía que se obtiene a través de placas solares. Una tercera opción es la que se da en la zona del litoral, donde se emplea agua del mar, directamente, sin necesidad de ningún tipo de infraestrestructura.

El proyecto de construcción de balsas comenzó en 2003. Para determinar dónde se instalan se tiene en cuenta la legislación medioambiental y se acometen de tal manera que el impacto ambiental sea el menor posible. También se ubican en lugares protegidos, como puede ser el Parque Natural de Tejeda, Alhama y Almijara, un espacio sensible en que no existía ningún punto de agua donde se pudiera surtir una aeronave y donde en 2006 se construyeron cuatro depósitos.