El número que acompaña a la Alhambra 1925, más conocida por los granadinos como la 'milnoh', no es para nada casual. Es la fecha en la que se inauguró la fábrica granadina de Cervezas Alhambra sobre una antigua granja de cerdos. La misma granja que le dio a la carretera de Murcia el nombre del camino de los cerdos. Fue en torno a la fábrica donde se configuró el barrio de San Ildefonso, que creció especialmente tras la Guerra Civil y cuyos vecinos tuvieron una vinculación con la factoría total. Según explica el ex presidente de la asociación de vecinos del barrio, Andrés Rodríguez, que ha trabajado durante 42 años en la empresa, por aquel entonces la escasez de agua en la zona era tal que las madres mandaban a los más pequeños a por agua a la fábrica, donde también era común ponerlos en fila "para purgarnos con levadura de cerveza", explica.

También aquí los jóvenes encontraban su primer empleo. Todo el mundo conocía en el barrio a alguien que trabajaba en las 'cervezas', donde los más jóvenes accedían en verano a su primer trabajo. "Más que una fábrica era un asunto familiar", bromea en este sentido Rodríguez, que recuerda que cuando él entró a trabajar, en el año 1959, estaban 350 hombres. Tiempo después, las máquinas se fueron haciendo hueco. Él intuía que esto aliviaría a los operarios de trabajo, pero con el tiempo, terminarían destruyendo empleo.

"Ahora todo es diferente", detalla. No obstante, tanto él como el actual presidente, José Manuel Montero, le tienen un especial cariño a una fábrica en torno a la cual nació un barrio en el que el verdadero protagonista es Fray Leopoldo de Alpandeire, cuyos restos mortales se encuentran en una cripta en la calle Divina Pastora a donde decenas de personas acuden cada día para rezar, pedir, pero sobre todo agradecer por los milagros cumplidos. "Tienen que arreglar esta calle porque para muchas personas lo primero que ven de Granada es la calle Divina Pastora para visitar a Fray Leopoldo. Una calle muy estrecha que no se merecen los granadinos", detalla.

También en San Ildefonso se encuentran otros espacios emblemáticos de Granada como el Hospital Real, fundado por los Reyes Católicos como hospital de enfermos y asilo de pobres y construido sobre un antiguo cementerio musulmán, que estaba a las afueras de la ciudad, o la parroquia de San Ildefonso, erigida en el año 1501 y que conserva una gran actividad religiosa que ha saltado incluso a redes sociales como Facebook.

Los límites del barrio son muy amplios, pues comprende partes históricas de la ciudad, como la Plaza del Triunfo y sus bellos jardines, con zonas más modernas como la Avenida de Madrid. "Los límites del barrio son desde la plaza del Triunfo, (Arco de Elvira), toda esta calle hacia arriba camino del Barrichuelo, el Paseo de Cartuja, el Campus de Cartuja, la calle Cardenal Parrado (solo el lado izquierdo), bajando hasta el Clínico y la avenida de Madrid camino de Constitución hasta la Normal", detalla Montero, que en septiembre tomará posesión de su nuevo cargo como presidente de la asociación.

Él ya repasa las necesidades de San Ildefonso, un barrio cuyos vecinos se han hecho muy mayores y donde los estudiantes resultan en demasiadas ocasiones molestos. "Casi todos los vecinos que quedan en el barrio son personas muy mayores", remarca. Por este motivo, la llegada de jóvenes al barrio es bienvenida. Sin embargo, les gustaría que viniese un tipo de gente más tranquila. "Los que alquilan lo hacen a cualquiera y luego el barrio está como está", explica el futuro presidente, que se queja de los ruidos y la gran cantidad de animales que estos estudiantes meten en las casas. Según cuenta, hay pisos que tienen hasta cuatro perros, lo que se nota también en las calles, pues no todos los que pasean a sus mascotas recogen los excrementos que éstas depositan.

Por otra parte, el futuro presidente de la asociación muestra la insatisfacción de los vecinos respecto a los autobuses, pues según explica el nuevo sistema de movilidad los ha dejado completamente aislados. "Antes teníamos varias líneas de autobús como la siete, la ocho o la C, pero ahora nos obligan a hacer transbordos, yo puedo pero... dígale a mi madre de 82 años que tiene que hacerlo...", explica indignado. El mosqueo se ha evidenciado todavía más tras la supresión de la línea U-3 que conecta Cartuja con el Zaidín hasta llegar, incluso, al Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS). Según él, les han incomunicado. Por eso ahora esperan que en el futuro Observatorio de la Movilidad, liderado por el PP y Ciudadanos, se escuchen las demandas del barrio de San Ildefonso. También tienen algo de miedo por el cierre del Clínico y el traslado de la Facultad de Medicina, que podría reducir la actividad comercial bajo mínimos y despoblar el barrio, por lo que ya apuntan soluciones. "Nosotros hemos pensado que se podría adjudicar a distintas empresas privadas cada planta para que se abriese una residencia de mayores que tuviese como obligación ofertar también camas públicas", destaca el presidente, que insiste que tan solo es "una idea" pero que esperan que el edificio no quede vacío. Pero no todo es negativo. La asociación celebra, por ejemplo, la inauguración de la nueva asociación de vecinos que les permitirá reunirse, hacer fiestas o llevar a cabo actividades. Las obras requirieron una inversión superior a los 20.000 a cargo del Ayuntamiento.

También pueden utilizar otros espacios como el Centro de Mayores de la Junta de Andalucía, donde se ofertan distintas actividades, pero también hay servicio de comedor, peluquería o clases para aprender a utilizar el ordenador o, incluso, Photoshop. Es aquí también donde muchos vecinos forman parte del coro lírico de San Ildefonso, que ha sabido ganarse al público con sus habaneras y boleros, que han hecho escapar más de uno una sonrisa... y alguna lágrima.