Granada

La bebida como vía de escape a la 'realidad'

  • La crisis y el paro, detrás del aumento en el número de adultos que bebe diariamente

Ahogar las penas en alcohol. Muchos granadinos encuentran en la bebida el único refugio para evadirse de sus problemas. La sede de Alcohólicos Anónimos que opera en la capital registra aldedor de 130 personas que buscan la rehabilitación. Celedonio C., colaborador de la asociación y ex alcohólico, afirma que "acuden muchos más pero les cuesta mantenerse".

De esta forma, en los últimos meses vienen observando un aumento en el número de granadinos que se acerca hasta la sede. En este sentido, Celedonio admite que la crisis y el desempleo influyen en este repunte, ya que para un alcohólico "si te encuentras abrumado por las dificultades acudes al alcohol como última vía, mientras que los problemas siguen estando ahí". Además, se convierte en un bucle sin salida pues "las personas que padecen alcoholismo encuentran más obstáculos a la hora de buscar o conservar un empleo".

Sin embargo, el perfil de la persona adicta ha experimentado asimismo un cambio, pues cada vez más mujeres y jóvenes piden ayuda a la asociación. El colaborador explica que "hay quien no sabe que es alcóholico, de forma que existe una barrera que no todos pueden ver y al cruzarla, la vuelta atrás es muy complicada". Fenómenos como el botellón provocan que la ingesta de alcohol se considere algo normal, y sea difícil percibir el umbral.

A diferencia de otras asociaciones, la crisis no les está afectando directamente. Su fuente de recursos son las contribuciones propias, por lo que no se ven perjudicados por la demora en los pagos de las subvenciones. Alcohólicos Anónimos tiene también otra sede en Motril, que trabaja con un grupo propio.

A título particular, Celedonio dejó la bebida hace ya 9 años. Reconoce que vivió un infierno en primera persona, durante más de 30 años de adicción. "Estuve a punto de perderlo todo, gracias a la asociación recuperé mi vida cuando tenía 43 años". Este granadino, a quien el paro también ha golpeado, asegura que "pese a estar desempleado, ahora es feliz porque sabe lo quiere y es libre para decidir si bebe o no".

Celedonio subraya que el alcoholismo no se mide tanto por el volumen de bebida que se ingiere, sino lo que significa para la persona en concreto, tanto desde el punto de vista físico como mental. "Yo vivía preso del acohol y no sabía ni a qué hora llegaba a casa". El colaborador pone de relieve que las familias y los allegados son los que más sufren porque son los que realmente "se dan cuenta de lo que pasan".

El ex alcohólico anima a todos aquellos que se encuentran en estas circunstancias a dejar la vergüenza atrás y acudir al centro para afrontar su enfermedad. "En la asociación nuestro lema principal es apoyar a aquellos que pasan por lo mismo que nosotros".

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