Movilidad

La bicicleta en Granada capital: el plan de Ábalos en una ciudad gafada

  • El Consejo de Ministros aprobó el martes el plan de Estrategia Estatal por la Bicicleta

Granada vive su día a día sobre ruedas, pero no todos los usuarios gozan de las mismas condiciones. Si hacemos un balance entre los medios de transporte, muy posiblemente comiencen a caer sudores fríos a los apasionados de la bicicleta y no precisamente por el esfuerzo al pedalear. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda, que dirige José Luis Ábalos, ha puesto en marcha la Estrategia Estatal por la bicicleta con el objetivo de marcar un punto de inflexión en el impulso del pedaleo, que influirá en la movilidad de la capital.

La estrategia fue aprobada el pasado martes 8 de junio en el Consejo de Ministros y está recogida dentro de los Presupuestos Generales del Estado con una partida de 5 millones de euros destinados de manera específica a la bicicleta.

Renfe y Adif se suman al objetivo de la intermodalidad urbana. La operadora ferroviaria ha incorporado la obligatoriedad de que exista un espacio específico para la bicicleta en los nuevos trenes, mientras que Adif pone en marcha pruebas piloto de aparcamientos seguros para bicicletas.

Aunque nos encontramos ante un plan de índole estatal, debemos tener en cuenta que muchas competencias relativas a la movilidad son municipales, por lo que será necesario que los Ayuntamientos se comprometan con el plan de Ábalos para que la iniciativa funcione plenamente.

Históricamente, Granada no ha tenido una buena relación con la movilidad ciclista. La ciudad tan solo cuentan con 15 kilómetros de carriles bici que son "inconexos y poco operativos", según el hasta hace unos días concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Granada, César Díaz.

Sin embargo, la movilidad se ha convertido en un arma política en los últimos años. La apuesta de los gobiernos progresistas por una movilidad sostenible que sustituya el uso de vehículos propios a motor ha chocado con el pragmatismo conservador que prefiere no intervenir en los desplazamientos de la ciudadanía. Un ejemplo claro sería el caso del exalcalde popular José Torres Hurtado, que encontró un gran caladero de votos para el PP en las elecciones de 2003 con la promesa de eliminar el carril bici de la Avenida de Dílar.

Tramos como el de Camino de Ronda se ven constantemente interrumpidos por contenedores de basura, además, el carril está habilitado en una de las dos aceras, lo que dificulta una circulación fluida para los ciclistas.

"Nosotros abogamos por la eliminación de este tipo de carriles bici, el carril pacificado es la solución", cuenta Jordi Tatay, integrante de Biciescuela Granada y añade que "en el carril pacificado se puede circular a 30km/h, pero en el carril convencional tan solo a 10 km/h, porque no hay distancia de seguridad y es demasiado estrecho".

Tatay incide en que el modelo actual de carril bici es considerado erróneo por las asociaciones de ciclistas, "no es seguro ni adecuado, tan solo causa conflictos con los viandantes y no tiene en cuenta las necesidades de las personas con diversidad funcional, como, por ejemplo, las personas ciegas".

Respecto al nuevo plan de movilidad de Ábalos, desde Biciescuela Granada apuntan a que debería centrarse en mejorar la señalización e infraestructura de los caminos del área metropolitana, "necesitamos que se nos trate como a vehículos, proponemos la implantación de carriles de dos metros de ancho a ambos lados de la calzada, para así conectar con todas las salidas, evitando cambios de acera que muchas veces están dificultados por barreras físicas" y transmiten su preocupación respecto a la gestión futura "tememos que centren los esfuerzos en reforzar el modelo erróneo actual, con el que, además, muchos usuarios están aprendiendo a circular mal".

Tampoco ayuda el abrupto relieve de la ciudad que dificulta el desplazamiento por su verticalidad. Sin embargo, la implementación de motores eléctricos en el sistema de pedaleo podría ser una solución viable y, aunque es una opción cada vez más económica, aún no está al alcance de todos los bolsillos.

Entre los objetivos diseñados por el ministro Ábalos se encuentra, por ejemplo, el fomento del cicloturismo a través de la recuperación de antiguos trazados ferroviarios. Teniendo en cuenta la concentración de la actividad turística en el casco antiguo de la ciudad, así como las especificidades urbanísticas de la zona, se hace difícil imaginar las rocambolescas calles del Albaicín llenas de ciclistas.  

Granada es una ciudad que dificulta el uso de la bicicleta. En este sentido se ha demostrado que cuestiones como el estacionamiento seguro son un reto en Iniciativas privadas previas abandonaron la ciudad al poco de iniciar su actividad por culpa del vandalismo, algo que sacó los colores a una ciudad que amaneció en diversas ocasiones con las llamativas bicicletas amarillas en el fondo de los ríos Darro y Genil. Si estas imágenes se mantienen en el imaginario colectivo, es posible que muchos usuarios se muestren reacios a estacionar sus bicicletas en los puntos que se habilitarían una vez se implemente el plan de Ábalos.

Teniendo en cuenta que en Granada se ha conseguido trazar un tramo tan corto de carriles bici en dos décadas, la estabilidad política que permita la ejecución fructífera de planes de movilidad se hace esencial. La inestabilidad crónica del Ayuntamiento de la capital dificulta aún mas la ejecución de este plan estatal, debido a la necesidad de coordinación con el Gobierno central.

Sin embargo, es posible que la imperante necesidad de la mejora de la movilidad granadina empuje a los sucesivos gobiernos municipales a trazar planes afines a la estrategia del ministro Ábalos, ya que Granada sigue siendo una de las provincias más contaminadas del país, rebasando con creces el valor límite anual de dióxido de nitrógeno (NO2). Un plan de movilidad alternativo podría reducir notablemente estas emisiones mejorando la calidad del aire y la salud de los granadinos.

Así, la adhesión al plan de Ábalos queda en manos de los futuros responsables municipales. Existen precedentes que hacen ver que sería una ardua tarea, pero también hay indicadores que apuntan a una gran necesidad de apostar por nuevos modelos de movilidad. En la actualidad, en Granada hay siete ejes de carriles para circulación de bicicletas, a los que hay que sumar los carriles bus-taxi, que permiten la circulación de velocípedos.

El actual gobierno municipal de la capital presentó en el pasado mes algunas iniciativas que implican la recuperación del servicio de alquiler de bicis y patinetes, además, se anunció que el carril bici de Camino de Ronda quedaría habilitado como pista para corredores, a la cual los ciclistas no podrían acceder. Queda saber cuánto recorrido transitable queda para la actual administración tras el terremoto político que vive la Alcaldía de la capital granadina.

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