En los últimos años Granada ha vivido una auténtica revolución en materia de transporte. Las calles han sido tomadas por usuarios de bicicletas, segways, patinetes y patines que conviven o al menos lo intentan con el resto de usuarios de la vía. No es una tarea sencilla. Hay peatones atemorizados por el miedo de ser atropellados y ciclistas con pánico de ser arrollados por un coche. Ante esta situación, el Ayuntamiento de Granada ha decidido elaborar una nueva normativa. Bajo el título: Ordenanza Municipal de Circulación de peatones, ciclistas, movilidad compartida y vehículos de movilidad urbana, este documento busca poner orden y protegerlos a todos.

En la actualidad, Movilidad ya ha culminado un borrador que, según ha explicado la concejal del ramo, Raquel Ruz, será debatido el viernes en una nueva edición del Observatorio de la Movilidad. Un encuentro con el que el equipo de Gobierno socialista pretende debatir con colectivos y asociaciones el contenido para lograr un documento con el "máximo consenso”.

Una de las peculiaridades de esta nueva ordenanza es el protagonismo que brinda a la bicicleta. Después de años de peticiones por parte de colectivos como Biciescuela, el borrador afirma de manera rotunda que: “en su tránsito, las bicicletas y bicis asistidas disfrutarán de prioridad sobre los vehículos a motor pero no sobre los peatones”. A esto se agrega que, como norma general, circularán por la calzada. No obstante, “cuando exista algún tipo de vía ciclista se recomienda la utilización de la misma por razones de seguridad”. Además, cuando se efectúe un cruce de calzada, podrán utilizar los pasos de peatones “siempre que transiten por el mismo a pie”.

Las vías ciclistas, añade el borrador, “será usadas por ciclistas, pistas bici, aceras-bici y carriles bici que podrán ser utilizadas por patines, monopatines y similares no motorizados”. De hecho, los vehículos PMR también podrán hacerlo. La circulación en la calzada será preferentemente por el carril derecho, ocupando la parte central cuando exista aparcamiento en el lateral (para evitar caídas por aperturas de puertas de coches).

Además de regular el uso de la bicicleta, la ordenanza desgrana la normativa de vehículos especiales como patinetes y patines. También aborda un título integro centrado en empresas de tipo turístico y alquiler y establece itinerarios y horarios para los vehículos de movilidad urbana para evitar la saturación de las zonas de mayor afluencia turística.

Por otra parte incorpora el régimen de sanciones que se establecen en tres categorías: leves, graves y muy graves. Entre las últimas destaca circular con patinetes por la calzada, perturbar el tránsito de los peatones con estos vehículos o dejarse arrastrar en bici siendo arrastrados por otros vehículos.