En el año 1957 no estábamos para muchos lujos, pero… un día es un día, que dirían los novios, padrinos, familiares, testigos y autoridades que se contaban por docenas, mientras los asistentes lo eran por cientos. Recién entrada la primavera se casaba en la basílica de las Angustias la guapa señorita Loli Linares con el apuesto joven catalán Jorge Planas, en ceremonia oficiada por el arzobispo don Rafael García y García de Castro, asistido por don Basilio Romero, celebrando la misa de velaciones el superior de los Hermanos de San Juan de Dios, el padre Rafael M. Saucedo, ante la presencia del padre Arcoya.

Las crónicas de sociedad daban pelos y señales de tan suntuoso enlace. "Ella lucía rico traje, modelo falla de seda natural y encaje chantilly con velo de tul ilusión, y él vestía etiqueta". Los novios hicieron su entrada a los acordes de una marcha nupcial; ella del brazo de su padre y padrino Moisés Linares y el novio con su madre y madrina doña Ramona Badia.

Curiosa y muy importante debía ser la boda cuando firmaron como testigos el "todo Granada"; nada menos que el alcalde Manuel Sola, el presidente de la Diputación López Nebrera, el rector de la Universidad Sánchez Agesta; Eladio Fernández Nieto, comandante jefe de la Policía Armada; el comisario de Policía señor Vozmediano; los directores de Patria e Ideal, Bugella y Lozano; el locutor de Radio Granada José Real; directores de bancos, tenientes de alcalde, concejales, el jefe de Sanidad, los delegados de Sindicatos e Información y Turismo, etcétera; y así hasta casi cien firmas.

Finalizada la misa se ofreció un banquete para unas 500 personas en el Hotel Nevada Palace. Hotel de lujo para boda de postín y comensales de fuste. No hubo miseria en la entonces miserable Granada de 1957. No se menciona el menú pero sí la enorme tarta nupcial de ocho pisos coronada por una graciosa parejita de novios, obsequio de la dirección del hotel.

La popularidad de Moisés Linares en Granada lo fue tanto por los céntricos almacenes de tejidos que regentaba en Puerta Real como por su activa participación en aquellas 'Subastas de Ilusiones' que cada año por Navidad se celebraban desde Radio Granada con Pepe Real al micrófono y a beneficio de los niños acogidos en la Clínica de San Rafael regentada por la Orden de San Juan de Dios. Se intentaba abrir una instalación que diera cabida a 400 camas.

Muy populares fueron las pujas animadas por las Peñas Bar Sevilla y D.D.T.; alguien recordará la gran paella montada en el Cortijo Las Cruces; a Juan Roda Juanini vestido de torero y volteado por un novillo o a Moisés Linares arrastrando una carretilla, gestos populares que tanto calor daban a las subastas en aquellas noches oscuras de una Granada triste que sin embargo se hacía especialmente generosa para una buena causa. Porque había otra Granada, la Granada humilde, la que se arremolinaba el Día del Guardia en Puerta Real, la de los juguetes parroquiales de segunda mano, la de la Toma sin altercados frente al Ayuntamiento, la que no celebraba bodas lujosas en céntricos hoteles porque, como en la casa de uno…

Hoy sabemos que los herederos de aquel joven matrimonio regentan una importante industria catalana de nombre Planas Linares que, al menos por parte de madre, tiene raíces granadinas y a la que deseamos larga y próspera vida.

Bodas de postín en las Angustias las ha habido varias; una de las últimas más sonadas es la de la cantaora Estrella Morente, que, aunque hija de gitana, no apareció en la humilde carreta cuya rueda errante adorna la elocuente bandera de esta antigua etnia, sino en lujoso coche de caballos, con lluvia de flores y miles de curiosos para contraer matrimonio con el guapo Javier que además de torero es Conde.