Las agresiones que periódicamente sufren los autobuses en la zona norte de Granada han vuelto a parecer. La línea de autobús número 8 ha sufrido dos apedreamientos en dos días consecutivos, los pasados domingo y lunes 15 y 16 de agosto, respectivamente. Estos dos ataques se suman al del día 4 de este mismo mes, cuando un vehículo del transporte público recibía varias pedradas que terminaron por romper cuatro lunas del coche.

Estas dos últimas agresiones tuvieron diferentes desenlaces. Si bien las ocurrida el domingo también rompía cristales, solo fue una vidriera la que se quebraba, mientras que durante el ataque del lunes no hubo daños materiales, al golpear la piedra que se le lanzó en la chapa del vehículo. En ninguno de los dos hechos violentos se produjeron daños materiales.

Los sindicados de la empresa de transporte público de Granada –actualmente Alsa tras la absorción de la Rober– denuncian esta situación ante este medio, a través del presidente del comité de empresa, José Manuel Roldán, quien informó que estos hechos de los días pasados “se produjeron en el mismo lugar y en la misma línea que los del día 4”, esto es en la calle María Manuela de Casería de Montijo.

Según sus palabras, estos actos vandálicos cuyo coste acarrea un precio de unos “1.000 euros por cristal, coinciden con los periodos vacacionales de los colegios, como Halloween, Navidad, Semana Santa y verano”.Así, alarmados por los ataques del día 4, Roldán señaló que “ha habido contactos con el nuevo jefe de la Policía Local y se comprometió a que iba a reforzar la vigilancia por la zona con un dispositivo especial, enfocado a atajar estos actos, pero es algo cíclico que se repite con demasiada normalidad y esto es un gran problema, que ya se ve casi con normalidad algo que no lo es”.

Cristales rotos de la puerta del vehículo apedreado

Una de las medidas que se han empezado a tomar, es la “activación de un protocolo antivandalismo”, que consiste en el desvío de la línea que ha sido agredida, “según por donde sea la agresión, que suelen ser las líneas que atraviesan la zona norte, la 8, la 5, el N6… y, según la que toca, se toman unos desvíos alternativos que están fijados para cada línea”, aportó el representante del comité de empresa de Alsa.

Aunque “pedimos la máxima implicación y coordinación por parte de los dos cuerpos de la policía, la Policía Nacional y la Policía Local, para garantizar la integridad de los trabajadores y de los usuarios”, Roldán es muy consciente de que “esto no es solo un tema de la policía, es un tema del que tenemos que ir de la mano todos, empresa, sindicatos, policía, políticos y familias, porque es un tema de educación y si no se ataja, un día va a ocurrir una desgracia”.

El Ayuntamiento de Granada, por su parte, a través de la alcaldesa en funciones y concejal de Movilidad, Raquel Ruz, reseña con respecto a estos hechos que “estas agresiones al transporte público se vienen sucediendo periódicamente, ahora han comenzado de nuevo y estamos buscando soluciones junto con la empresa Alsa, a través de la policía loca y en colaboración con la policía nacional”.

Para ello, “estamos haciendo seguimiento a las agresiones para intentar identificar a las personas que las están realizando, porque creemos que son las mismas al concentrarse en unas zonas determinadas y también estamos haciendo acompañamiento a los autobuses en ese recorrido, para intentar persuadir a los posibles agresores de que cometan estos actos”, expuso Ruz.

Otra de las medidas que proponen desde el Ayuntamiento es “poner un botón del pánico, de llamada inmediata en todos los autobuses de esa línea para que los conductores puedan avisar a la Policía Local inmediatamente de cualquier agresión que se dé en esa línea”, además de “patrullas camufladas, agentes de paisano, y agentes dentro del transporte púbico que van a acompañar durante el recorrido para identificar posibles agresores inmediatamente”.

El gerente de Alsa, Valeriano Díaz, también habló sobre los hechos y comentó que “la colaboración de los conductores es fundamental y básica, están muy implicados y hemos hecho un protocolo con la policía y con Ayuntamiento” con el objetivo de “dar tranquilidad a la gente, con protocolos de identificación, para conducción segura y para proteger a los usuarios y a los conductores”.