¿Hay que buscar la fosa de Federico?

La voz de todos los implicados es unánime al pedir que se preserve el entorno de Fuente Grande · Una vez que se proteja el lugar, los expertos apuestan por hacer nuevas catas en las otras posibles localizaciones históricas

¿Hay que buscar la fosa de Federico?
¿Hay que buscar la fosa de Federico?
Elena Llompart / Granada

22 de agosto 2010 - 08:58

La fosa de Lorca no estaba allí. Ni siquiera lo estuvo alguna vez. Los restos del poeta y de sus compañeros de triste viaje no aparecieron a pesar de que durante 51 días los expertos peinaron el perímetro vallado del parque de Alfacar a la búsqueda de alguna huella.

Los trabajos promovidos por Justicia comenzaron el 29 de octubre de 2009, aunque la excavación arqueológica se inició el 2 de noviembre y finalizó el 16 de diciembre. El resultado fue un chasco y echó por tierra el relato de siete décadas y los testimonios orales y escritos que apuntaban a que Federico fue fusilado y enterrado en ese paraje de Fuente Grande.

Así lo determinó, a principios de la década de 1980, una Comisión de Encuestas realizada por la Diputación. El objetivo del ente provincial era alzar un parque en memoria del poeta justo en la zona en que fue asesinado y enterrado. El 22 de julio de 1980, tras escuchar a numerosos testigos e investigadores, la comisión determinó que, con "dudas razonables", el terreno en que podían yacer los restos de García Lorca debía situarse "entre el paraje que se viene repitiendo en los testimonios y que se ubica próximo a los olivos y peñascos reiteradamente citados".

En base a esta documentación y a lo aportado en los libros El asesinato de García Lorca (Ian Gibson) y Miedo, Olvido y Fantasía (Marta Osorio), la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada ya presentó el 4 de septiembre de 2003 una solicitud al Ayuntamiento de Alfacar -a demanda de Genoveva Arroyo, hija política de Dióscoro Galindo, y de Francisco Galadí, nieto de Francisco Galadí Melgar, asesinados en la madrugada del 17 de agosto de 1936 y enterrados en el mismo lugar- para que le autorizaran excavar allí.

Pero además, el colectivo solicitó llevar a cabo los trabajos en dos enclaves más: "el semi desaparecido olivar que hay entre el Caracolar y el campo de fútbol de Las Pepinas" y "el entorno de la cañada del Colmenar". Entonces presidía la ARMG granadina Francisco González Arroyo, que posteriormente fijaría únicamente dos únicas ubicaciones en la solicitud presentada a Garzón: el punto interior del parque Lorca 37º14'41,38'' de latitud Norte y 3º33'12,25'' de longitud Oeste, así como 430 metros al sureste de ese punto, en el paraje de El Caracolar.

Una vez descartado el entorno del monolito, vuelve a la palestra lo que estaba escrito. En su libro Lorca, el último paseo, Gabriel Pozo recuerda y pone en común las otras posibilidades, aunque apunta una coordenada concreta por primera vez. Un punto que, según asegura, atiende a las coordinadas y un croquis que tres falangistas y un policía de la guardia del Comandante Valdés dejaron escritas.

Para mantener esta hipótesis, Pozo no olvida que los falangistas siempre insistieron en que el cadáver de Federico está donde lo fusilaron, tal y como se lo comentaron al subjefe provincial de Falange, el periodista Eduardo Molina Fajardo. Incluso un policía que trabajó en el gobierno civil al servicio del jefe de seguridad Julio Romero Funes se atrevió a marcar estas coordenadas aproximadas del lugar de la fosa: N37º, 14' 485'' W003, 32' 938''.

Este sitio se ubica en el campo de instrucción, en la curva frente al cortijo, entre el campo de fútbol abandonado y el olivar, bajo una capa de escombros de dos metros que fue vertida allí hace ahora quince años", precisa el estudioso.

En segundo lugar, Pozo cree que otra zona con probabilidades se sitúa a uno 80 metros del anterior, en la siguiente curva de la carretera, en la zona del Caracolar donde hay al menos dos fosas bajo los olivos. Y es que, según narraba el Capitán Nestares, durante el primer mes de Alzamiento camparon a sus anchas las escuadras negras y fusilaban en cualquier cuneta del camino del Obispo: desde la zona alta de la Alfaguara hasta las inmediaciones de Puerto Lobo. Sin embargo, a partir del 25 de agosto de 1936, él ordenó que todos los fusilamientos se hicieran en los Pozos de Víznar y se llevara un control de los fusilados. Asegura Nestares en sus apuntes que allí, en los Pozos, no hay enterrados más de 400 cadáveres.

La tercera zona con probabilidad, bajo el punto de vista de Pozos, es la de Fuente Grande, ya que en su entorno "hay muchas tumbas". Una de las zonas a tener en cuenta está debajo del área de recreo habilitada recientemente por el Ayuntamiento de Alfacar, mientras que la otra está justo enfrente, en el pinar; y las restantes se ubican en entorno inmediato de la fuente. En esa área Pozo asegura que "cuando hicieron los chalés a partir del año 1945 aparecieron muchos huesos pero la gente los tiraba, escondía u ocultaba".

Con todas estas hipótesis sobre la mesa, ¿habría que seguir buscando a Lorca?

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