Granada

De las cartas de amor a los paquetes de China

  • Correos cumple 300 años con una revolución en el modelo de negocio El comercio electrónico impulsa el tráfico de productos internacionales

De entregar las cartas de amor de amantes con familias enfrentadas a portar paquetes de compras por internet llegadas desde el otro punto del mundo. Así ha cambiado la vida de los carteros en los últimos 300 años, los mismos que cumple Correos como servicio público. Fue en 1716, una vez finalizada la Guerra de Sucesión, cuando la Renta Real se convirtió en Correos por orden del rey Felipe V. Desde entonces y ya como servicio público, Correos no ha dejado de crecer y cambiar su modelo para adaptarse a los cambios tecnológicos. Una modificación que han vivido muy de cerca los actuales carteros que recorren las calles de Granada. Personas como Antonio Antequera, que cada día camina por las calles del Albaicín para entregar las cartas y los paquetes de los vecinos de este bellísimo barrio, Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Antequera lleva vinculado a Correos alrededor de veinticinco años. Al principio lo hacía recogiendo la correspondencia en los trenes... algo que ahora mismo sería imposible dado el aislamiento ferroviario que sufre Granada. Por fortuna, los repartos ahora se hacen en su mayoría por carretera. Tiempo después, este vecino nacido en el corazón del barrio Fígares decidió opositar para convertirse en cartero, un trabajo que empezó a desarrollar en un primer momento en Madrid, después en Málaga y, finalmente en Granada, su tierra natal. Su zona de reparto es el Albaicín, donde todo el mundo le conoce. "Hay personas que solo les abren la puerta al cartero", explica Antequera con una gran sonrisa en su rostro. Su trabajo le gusta, aunque reconoce que al principio lo peor es encontrar las calles. "Iba con un mapa pero en apenas una semana ya empecé a ubicarme y a encontrar miradores de gran belleza que nadie conoce. Con el paso de los años, al final te sabes el barrio de memoria", reconoce Antequera, que ha visto cómo ha cambiado sustancialmente su trabajo tras el desarrollo de las nuevas tecnologías.

"Antes íbamos con muchos papeles para controlar quién recibe las notificaciones. Se escribía todo a mano. Ahora llevamos una especie de tablets, los códigos de barras sirven para leer los envíos y todo está localizado". Por cambiar, ha cambiado hasta el carrito donde porta las cartas adaptado para la entrega de paquetes tras el auge exponencial de las ventas por internet. En este sentido, Antequera apunta como este tipo de entregas le han dado vidilla a su trabajo. Con el descenso de las cartas más personales los carteros solo llevaban "malas" noticias a casa. Los extractos de los bancos, las facturas del teléfono o las notificaciones para el pago de impuestos, ITV o las temidas multas copaban los carritos y por consiguiente los buzones de los vecinos que convirtieron al cartero en el enemigo. "Había gente que no abría la puerta para no recibir nada de esto", explica Antequera. Sin embargo, con el nuevo modelo de negocio, donde la paquetería ha cobrado tanta importancia, los vecinos de Granada han recuperado la ilusión cuando ven al cartero. "Muchos te preguntan cada día para ver si les has traído el paquete que tanto esperan", detalla Begoña López, la cartera que tiene en sus manos el mítico buzón de la Alhambra y el reparto de la correspondencia de barrio del Barranco del Abogado, el balcón con las mejores vistas de Granada.

Dadas las distancias que separan estos dos puntos del centro, López realiza cada mañana sus trayectos en motocicleta. Lo que más le apasiona de su trabajo es el trato cercano con los vecinos y la zona donde trabaja, la Alhambra, una de las más concurridas de la capital. Como anécdota, López relata cómo el buzón de la Alhambra es el que más postales contiene de toda la ciudad. Recuerdos que envían a sus familiares los miles de turistas que visitan cada día el monumento.

No obstante, y a pesar de que poco a poco los granadinos han recuperado la ilusión en la llegada del cartero, a la pregunta sobre si echan de menos la circulación de cartas de amor donde el trazo de la letra simboliza el cariño del remitente, tanto Antonio Antequera como Begoña López lo tienen claro: "Eso lo echa de menos todo el mundo".

Los primeros doce carteros de España fueron nombrados en el año 1756 y repartían en los cuarteles o barrios de Madrid. Con el tiempo y tras la construcción de la Casa de Correos en la plena Puerta del Sol, se nombraron carteros en toda España.

En el siglo XIX "la evolución del servicio postal se convirtió en revolución tras la llegada del servicio del ferrocarril", explican desde Correos. Otro gran avance fue "la introducción del sello" en el año 1850, que supuso una auténtica innovación en la época porque los envíos pasaron a ser pagados por los emisores en lugar de los destinatarios y se abarataron las comunicaciones postales.

"Correos fue el internet del siglo XIX", explican fuentes del servicio público, que reconocen como las cartas se multiplicaron pasando de 18,5 millones a 75 en apenas vente años. También con Correos llegaron a España grandes inventos como el telégrafo o el teléfono. Otro dato destacable es que fue la primera empresa en incorporar a mujeres en su plantilla como telegrafistas. "Cuando en 1918 se aprueba la regulación del derecho a la mujer a trabajar en la administración pública, Correos llevaba ya 30 años con mujeres integradas en su organización", destacan las mismas fuentes.

Ya en el siglo XX, los cambios que se impulsan permiten la existencia de cartas urgentes, giros y reembolsos o el servicio aeropostal. A partir de 1962 se implantan los buzones domiciliarios y en 1981 el código postal con un único objetivo: clasificar de forma automática la correspondencia. En este sentido, tanto Antonio Antequera como Begoña López destacan la organización como principal cualidad del cartero. "Cada mañana vamos a la oficina a por el correo que repartiremos. El orden dentro del carro es fundamental para tardar lo menos posible".

El último gran cambio que también han vivido ambos carteros ha venido de la mano de internet. Correos ha iniciado un camino para convertirse en el mejor proveedor del servicio de comunicaciones, físicas, digitales y de paquetería dentro del plan de acción 100-300-1.500. Así, el lema de estos trescientos años de Correos se adapta perfectamente a esta filosofía: Tú cambias, nosotros contigo.

En un momento en el que los paquetes del comercio electrónico ganan un mayor protagonismo, las oficinas se han convertido en el principal eje de una empresa que, promoviendo un servicio más personalizado con un concepto de oficina titulada Tu Correos, pretende cubrir un servicio postal universal ahora que la globalización así lo ha motivado.

Un proceso para el que Antonio y Begoña también están preparados en estos tiempos en que el correo está siendo sustituido por los paquetes de China aunque todo el mundo sueñe con abrir el buzón y encontrar un sobre donde las palabras a mano nos devuelvan la ilusión.

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