Las células de la sangre pueden restaurar un corazón tras un infarto de miocardio
Investigadores de las Universidades de Granada, Jaén, Málaga y Miami y del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga han demostrado que las propias células de la sangre de pacientes que han sufrido un infarto de miocardio son capaces de restaurar el tejido dañado del corazón.
Se trata concretamente de las denominadas células progenitoras endoteliales (EPC), aquellas que están destinadas a convertirse en vasos sanguíneos, pero que los científicos han conseguido que se diferencien hacia células de músculo cardiaco, conocidas como cardiomiocitos.
Esta posibilidad de cambiar su función se debe a que se encuentran en una fase inicial en la que las células aún no están maduras y, por tanto, tienen plasticidad, se pueden reconducir para se conviertan en tejido cardiaco. La terapia consistiría en inyectar estas células en la zona de la lesión.
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