Sanidad

El Albaicín lucha para que su salud sea “patrimonio vecinal”

  • Medio centenar de vecinos del Albaicín se concentran contra los traslados de médicos, la dilación entre citas y el deterioro de la atención

Carmen y sus vecinas llegaban pronto. Pedían sillas a los bares cercanos a su centro de salud para poder sentarse a la sombra. Son las 13 horas y el sol pica en la piel de estas señoras de entre 70 y 90 años que han decidido hacer la guerra desde dentro. Batalla de barrio por su “patrimonio”, la salud, a la que también se sumaban algunos vecinos jóvenes, aunque la mayoría eran “del barrio de toda la vida”, como comentaba una de las amigas de Carmen.

Su Centro de Salud se deteriora mes a mes por la falta de médicos en verano y los contínuos traslados no ayudan a la correcta atención sanitaria porque, tal y como denuncian, “70 años de historia médica no se puede resumir en unos minutos” a quien te acaba de conocer. “Este centro de salud es un desastre desde hace un año y medio”, sentencia Carmen mientras comenta con sus amigas cómo han ido evolucionando “los achaques” estos últimos meses.

Denuncian también que las citas pueden tardar más de 10 días y que ahora en verano es incluso peor, porque solo hay dos médicos para atender a una población de unos 10.500 pacientes –incluye el Fargue– porque no se realizan las sustituciones de las vacaciones.

Desde hace un año medio estos vecinos se enfrentan a caras nuevas cada mes, y aunque agradecen el trato de los médicos ‘nuevos’, son conscientes “del bajón” que ha dado este centro de salud que cuenta 30 años de historia en lo que a atención se refiere.

Marina García, una vecina del barrio que forma parte del grupo Amigos del Centro de Salud Albaicín, explica que tras mucho tiempo escuchando las quejas de los vecinos sobre la inestabilidad de la plantilla del Centro decidieron movilizarse. “La realidad es que los vecinos se están yendo, cada vez hay menos población por lo que necesitamos centros públicos de calidad”, explica García.

“Con el tema de los recortes se impone una tasa de reposición que solamente cubre las plazas de quien se jubila”, explicaba Félix Alonso representante de CCOO. En cuanto a la inyección a la Atención Primaria anunciada por Salud bajo los nuevos signos políticos de la Junta, Alonso señala que esa inyección existe, pero “son medias verdades” porque había un déficit muy grande de personal que no se ha podido cubrir. “Con la crisis se perdieron 1.500 plazas del SAS en Granada”, dice Alonso que no confía en que las se vayan a recuperar porque “las OPES se eternizan, aún estamos esperando que se resuelvan las de 2013”.

Adrián Cardo es uno de los Médicos Interno Residentes del Centro de Salud y también ha acudido a la manifestación junto a sus vecinos. Este facultativo señala directamente a la razón de ser de la medicina de familia: “no se puede abordar del mismo modo a un paciente sin saber todo lo que le ha pasado y sin conocerlo, la medicina de familia existe para llevar la sanidad a los barrios y tiene que ser accesible en espacio y en el tiempo”. También aborda el tema de la docencia, que dice, se ve menoscabada si no hay estabilidad en la plantilla y “rotan cada dos meses”.

En esta conversación vuelve a salir un nombre, el de la doctora Carolina Morcillo, que ha sido traslada del centro pese a su deseo de quedarse trabajando en el Albaicín. “Ha sido parte fundamental de la docencia también y se ha tenido que ir”, dice el residente.

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