Ni cerveza, ni copa de vino. La nueva Estrategia en Salud Cardiovascular del Gobierno español pretende que los españoles cuiden su corazón y parece que eso pasa por eliminar el alcohol de los menús de los bares, entre otras medidas. El Ejecutivo se ha apresurado a aclarar que no es una imposición, solo una sugerencia, pero en definitiva, se trata de otro asunto que puede traer grandes consecuencias para algunos sectores económicos, como ya ocurrió con las recomendaciones de la carne. 

Según los datos con los que trabaja el Ejecutivo, los problemas cardiovasculares están entre los motivos más frecuentes de ingreso hospitalario, junto a una amplia morbilidad. 122.466 personas fallecieron en 2017 por esta causa, siendo un 28,8% debido a enfermedades del sistema circulatorio, un 26,7% a tumores y un 12,2% a enfermedades del sistema respiratorio.

El equipo de Carolina Darias que ha liderado esta estrategia contempla acciones como "colaborar con establecimientos de restauración" para promover la dieta mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable "sin incluir en ella el consumo de alcohol".

Es decir, ni cerveza ni vino pero sí agua del grifo, que tendrá que ser gratis en base a la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular.

Otra de las medidas estaría relacionada con las máquinas expendedoras y los productos procesados. "Presencia y contenido de alimentos y bebidas en las cafeterías y máquinas expendedoras de las instituciones de la administración pública y todos los centros educativos, públicos o privados, de forma que mayoritariamente se oferten productos saludables y bebidas libres de alcohol" es lo que se indica en la nueva estrategia.

Hogares libres de humo

En la acción estratégica del plan se insta también a "ampliar los espacios libres de humo y promover los hogares libres de humo", es decir, realizar acciones para que no se fume en los hogares.

El principal problema que afecta a la salud cardiovascular, según diversos estudios, es la alta proporción de fumadores, especialmente entre mujeres y jóvenes. Junto a ello, la prevalencia creciente de obesidad, tanto infantil como adulta y el elevado consumo de alcohol y el abandono por parte de los jóvenes de la dieta mediterránea son las principales causas que afectan a la tendencia actual de las enfermedades cardiovasculares.