Las cestas siguen su reinado, pero metidas en cajas y estuches

Las empresas han perdido el hábito de invitar a sus empleados pero parece que no el de hacerles un regalo por estas fechas, sea de menor o mayor cuantía. Mario Teruel, propietario de Mario todo a cien -una empresa afincada en Atarfe centrada casi en la venta al por mayor de todo tipo de objetos para obsequiar a los invitados en las bodas, comuniones o para estas fiestas- cuenta que "se vende de todo", desde tapones para la botellas de vino a material de papelería. "De todo", insiste, y desde el año pasado, también en cantidad. "Hace ya dos años que la cosa está bien. La crisis ya ha pasado", opina Teruel.

En Navicesta, una empresa granadina especializada en la venta de cestas navideñas, el año pasado la cosa iba mejor que este según Yolanda Castro, la responsable de administración, aunque matiza que "muchos compradores lo dejan para última hora".

Los lotes que compran las empresas siguen siendo de los más baratos pero en lo que sí se ha notado la mejoría es que, en las cestas de sorteo para bares, los compradores no se decantan por lo más económico. "Los precios oscilan entre los 60 y los 300 euros y la mayoría se lleva cestas que rondan los 100 o los 150", tal y como explica Castro.

El jamón es un clásico que nunca pasa de moda, aunque se incorporen dulces nuevos, como las bolas de coco. Lo que más se ha modificado es el envoltorio. "Ahora los estuches se piden mucho, y también las cajas de madera. Las cestas bastante menos", cuenta la administrativa.