Las charlas de prevención del uso de vapeadores llegan a los colegios de Primaria en Granada: "Un alumno de primero lo llevaba en la mochila"

Profesionales sanitarios y docentes se alían para intentar evitar que el consumo de cigarrillos electrónicos se perciba como algo inofensivo por parte de los escolares

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Manifestación de escolares contra el vaper en las actividades del Mes de la Salud 2024 y III Feria de la Salud de Santa Fe.
Manifestación de escolares contra el vaper en las actividades del Mes de la Salud 2024 y III Feria de la Salud de Santa Fe. / cedida por Miguel ángel castro
A. A.

27 de enero 2025 - 06:15

"Incluso vamos a escuelas de Infantil". En el tema de los vapeadores y cachimbas del tradicional dilema de si hablar de un determinado tema con un menor puede tener como efecto que le pique la curiosidad y acabe por probar qué es eso de lo que se le quiere prevenir ha quedado superado. Miguel Ángel Castro, enfermero de referencia escolar de la Unidad de Gestión Clínica de Santa Fe, explica sobre la extensión del uso de cigarrillos electrónicos entre menores que "se ha desarrollado una cultura muy peligrosa" en la que los más pequeños son buscados como clientes por las empresas que se dedican a la comercialización de estos productos tabáquicos.

Castro lo tiene claro. "Utilizar vapeadores les acerca al tabaco y a otros consumos". Puede suponer daños para la salud de los menores y es un riesgo que se perciba a estos cigarrillos electrónicos como inocuos, con la pátina que da la falsa creencia de que incluso pueden ayudar a dejar de fumar.

"Un alumno de primero de Primaria lo llevaba en la mochila". Por eso, ante la situación de "tsunami que nos viene", las charlas preventivas e informativas llegan incluso a los centros de Infantil, donde el alumnado es menor de seis años. El objetivo es, sobre todo, llegar a los padres, informarles a través de sus hijos.

El sanitario cuenta que, bajo formas atractivas y como sustitutivos que se creen inofensivos del tabaco, los vapeadores y cachimbas han encontrado un nicho de mercado en la infancia. "Se han regalado en primeras comuniones, en cumpleaños...", cuenta Castro.

En el CEIP El Torreón de Las Gabias el pasado mes de noviembre se impartió una charla dentro de la actividades de promoción de la salud entre los escolares. Los propios escolares, cuenta el centro en su web, contaron que "hay jóvenes que incluso coleccionan los vapeadores no recargables porque son llamativos, vienen de colores y de distintos sabores".

Luis Pinto, presidente provincial de la asociación que representa a directores de colegios de Infantil y Primaria y Residencias Escolares (Asadipre) en Granada y director del CEIP Fuentenueva, señala que las charlas sobre los peligros para la salud de los vapeadores son uno de los temas que a los centros de Primaria (etapa que va de los 6 a los 12 años) se les oferta desde el equipo de enfermeras de referencia. Sobre las experiencias que se dan dentro del aula a nivel provincial, Pinto agrega que el escenario varía en función del centro. Sí reconoce que hay colegios en los que se les ha tenido que quitar el vapeador a un alumno. No es algo generalizado, apostilla el director, que destaca la importancia de informar a los menores convenientemente.

En esa tarea están profesionales como Elvira Soler Ruiz, enfermera referente de centros educativos y desde diciembre enfermera especialista en Familias y Medicina Comunitaria. De su experiencia Soler saca varias conclusiones: Por un lado, los menores sí saben lo que es un vapeador, aunque lo que no tienen claro es lo pernicioso que puede ser para su salud.

"Tienen la sensación de que es vapor de agua", señala sobre la percepción que menores y padres tienen. Soler explica que la proliferación de este tipo de productos se produjo cuando la norma restringió el consumo de los cigarrillos tradicionales. En la necesidad de un "recambio generacional", las compañías exploraron nuevos formatos, atractivos, de colores, sabores y que incluso incluyen en su etiquetado que no tienen nicotina. "Dicen que son sin nicotina cuando tienen un 3%. Un cigarrillo tiene un 8%", advierte la sanitaria, que además recuerda que estos productos suman otros componentes que también deben ser tenidos en cuenta como aerosoles o aromatizantes.

Charla en un centro educativo sobre los cigarrillos electrónicos.
Charla en un centro educativo sobre los cigarrillos electrónicos. / cedida por Miguel ángel castro

Cuando las profesionales sanitarias entran en las aulas les preguntan si saben lo que es un cigarrillo electrónico o una cachimba. "Algunos se ponen hasta mal porque sus padres los usan", señala sobre el impacto que les supone tener esa información de mano de profesionales de la salud.

Además se les habla claro de la higiene, o de la falta de ella, en elementos como cachimbas. "Las mangueras no se limpian y pueden estar llenas de hongos y bacterias. Ellos piensan que es vapor y que es higiénico porque se cambia la boquilla". Y es, justamente y según explica Soler, todo lo contrario.

"También les hablamos del coste económico", señala la enfermera. Es cuestión de tiempo que esto, lo más evidente, se apuntale con los resultados de estudios que ya están en marcha sobre las consecuencias en la salud de los menores. "En Estados Unidos ya hay investigaciones que señalan problemas respiratorios que se reagudizan", explica Castro. Un producto nuevo con consecuencias sanitarias nuevas y para las que, posiblemente, todavía no hay incluso tratamientos, especifica este profesional.

En esta línea se pronuncia el neumólogo pediatrico Alfredo Valenzuela Soria. "Vemos a pequeños con asma grave de entre 11 y 12 años que ya han vapeado". Los problemas respiratorios no son consecuencia del uso de estos cigarrillos electrónicos, pero se ven agravados precisamente por su consumo. Por lo que ven en las consultas pediátricas, hasta un 30% de los menores de 14 años han vapeado alguna vez. Entre las causas, según Valenzuela Soria, están que "es difícil decirle a un niño que no" y la "falsa sensación de seguridad" que se tiene sobre estos productos, que se presentan con olores frutales, nada que ver con lo que es el tabaco tradicional, y formatos llamativos, de colores y formas atractivos.

El Ministerio de Sanidad, en un informe publicado en 2023, asegura que uno de cada cuatro estudiantes de 12 y 13 años (lo que equivale a primero de ESO) declara haber consumido alguna vez cigarrillos electrónicos. El 9,5% reconoce haber fumado en pipas de agua.

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