Los chiringuitos se rebelan contra la prohibición del espeto
Más de una treintena de establecimientos del litoral han sido multados por Costas por asar sardinas en la playa, una costumbre centenaria que no quieren perder
Si ya son unas cuantas las voces que afirman que la Dirección Provincial de Costas mantiene una particular guerra contra la Costa Tropical, ahora les toca el turno a los chiringuiteros. Llega el verano y la prohibición de hacer espetos -por entender que se trata de una ocupación temporal no permitida- ha sido tomada al pie de la letra por esta Administración, con lo que ya el número de sanciones alcanza la treintena, de un total de 55 chiringuitos en todo el litoral granadino, lo que supone que más de un 50% ha tenido que rendir cuentas ante Costas.
Francisco Trujillo, presidente de la Asociación de Chiringuitos de la Costa Tropical anuncia que no se va a quedar de brazos ante una política de Costas Granada completamente discriminatoria con estos negocios. "No entendemos por qué se deja hacer espetos en todas las demás provincias y no aquí", explica. En otros lugares hubo movilizaciones y la medida no se aplicó.
Los chiringuitos han estado elaborando espetos a la manera tradicional desde el siglo XIX. Esta técnica se mantiene como uno de los platos más demandados. Después se prohibió fabricarlos en el suelo, ya que antiguamente los vendedores aprovechaban los cañaverales que crecían en las playas para espetar las sardinas, método que ahora se mejora gracias a unas pequeñas barcas giratorias en la playa, que constituyen una de las típicas postales del verano.
Los chiringuiteros se han adaptado a todas las exigencias, pero por lo que no están dispuestos a pasar es por prescindir de uno de sus principales reclamos. Y no se pueden hacer de otra manera, ya que es un pescado que debe su sabor a su manera de asarlo.
Trujillo afirma que "es una más de las medidas que pretende imponer Costas Granada" y está seguro de que va en contra de "los empresarios del litoral". Pero no se van a dejar amedrentar: "Tenemos varios procedimientos judiciales abiertos contra la Demarcación Provincial de Costas", comenta.
Creen que es demasiado grande el perjuicio económico que les puede causar esta prohibición como para acatarla. Mientras, les trae más cuenta pagar la multa que no ejercer la actividad o interponer un recurso contencioso-administrativo, aunque algunos sí han expresado su intención de abandonar.
A finales de este mes los chiringuiteros mantendrán una reunión con la directora general de Costas, Alicia Paz Antolín, para exponerle la situación. Advierten de que si no se tienen en cuenta sus argumentos adoptarán otras medidas "más contundentes".
Esta situación fue denunciada hace algunos meses por los Ayuntamientos de Motril y Almuñécar, que dicen estar hartos de multas y de "situaciones ilógicas" y ponen de manifiesto la falta de entendimiento entre algunos municipios y la Administración, aunque por parte de la Subdelegación del Gobierno y de Costas en Madrid niegan que existan malas relaciones.
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