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Las clases continuarán presenciales en la Universidad de Granada (UGR) salvo "desastre tremendo"

  • La rectora insiste en que solo se replantearía cambiar el actual escenario de "semipresencialidad segura" si se supera la tasa de 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes

La rectora de la UGR, Pilar Aranda, en una imagen de archivo.

La rectora de la UGR, Pilar Aranda, en una imagen de archivo. / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

Una semana y un día. Eso es lo que lleva la Universidad de Granada (UGR) con las clases presenciales, tras la vuelta desde el pasado día 12 de abril al modelo de "máxima presencialidad posible" con el que se inició el curso y que quedó suspendido desde octubre tras el incremento de contagios de coronavirus en la provincia. Sin embargo, como ya avanzó a finales de marzo la rectora de la UGR, Pilar Aranda, la idea es y sigue siendo culminar el curso con este sistema bimodal que busca la máxima presencialidad posible. Tal es así que la mañana de este martes Aranda ha vuelto a insistir en que "las clases continuarán de la manera que se están desarrollando con la semipresencialidad segura".

La provincia ha empezado la semana con unan tasa de incidencia que se aproxima a los 500 casos, sobre todo en la capital. Granada ciudad acumulaba este lunes 476 casos por cada 100.000 habitantes, dejándola así a las puertas, otra vez, del cierre perimetral. Sin embargo, de darse este punto -el de superar los 500 casos-, el sistema de clases de la UGR no se verá afectado, pues solo se plantearía un cambio si se alcanzaran los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes, algo que, en palabras de la rectora, sería "un desastre tremendo".

"Las clases continuarán de la manera que se están desarrollando, con la semipresencialidad segura. Lo que nos ha trasladado la Consejería de Salud, a través del propio consejero, y así lo han dicho los medios de comunicación y así se ha indicado, es que mientras que no se llegue a una situación de 4,2, que sería cuando hubiese 1.000 casos por cada 100.000 habitantes -me han trasladado también que eso sería un desastre tremendo-, vamos a continuar como nos encontramos ahora mismo", ha dicho Aranda.

De esta forma, la rectora trata de zanjar la polémica que seguía sobrevolando a la comunidad universitaria sobre la posibilidad de que volvieran las clases online, las cuales se dejaron atrás, en su mayoría, hace una semana con la reinstauración del llamado Plan A de la UGR.

En concreto, este modelo de clases consiste en un formato híbrido que combina clases virtuales con presenciales, pero tratando de mantener la máxima presencialidad posible. Eso sí, mostrando flexibilidad con aquellos estudiantes que no pudieran retomar la presencialidad. En concreto, según se estableció en un protocolo de la UGR, hasta el pasado 16 de abril, podían solicitar la continuación con el sistema online los estudiantes en situación de vulnerabilidad; estudiantes internacionales que se encuentren residiendo en el extranjero; los nacionales que estén en el extranjero y tengan restringida la movilidad desde el país de residencia;, los estudiantes de movilidad nacional (Sicue) o internacional que estén actualmente en su país o provincia de origen; así como los estudiantes de otras provincias que hayan dejado de residir en Granada, debiendo estos últimos justificar una situación social o económica que le impida trasladarse a Granada.

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