"Que otros cocineros copien mis platos es el mejor homenaje"
El chef belga Jacques Vanhoren se despide de los fogones el 18 de octubre
Después de 25 años detrás de los fogones del Restaurante Jacquy Cotrobro de Almuñécar, el chef belga Jacques Vanhoren, conocido por todos como Jacquy- se despide de la provincia de Granada el próximo 18 de octubre. Con el amor por su profesión intacto y haciendo lo que mejor sabe hacer: cocinar. Como colofón a una carrera de más de tres décadas -aunque sus primeros pasos los dio como pastelero con apenas 11 años-, el Hotel Playa Cotobro, en colaboración con el restaurante Chikito, celebrará el fin de semana del 16 al 18 de octubre unas jornadas gastronómicas en las que los platos de Jacquy Cotobro serán las estrellas de la carta.
Unos minutos antes de la presentación de las jornadas, que tuvo lugar ayer en el Chikito, un atareado Jacques Vanhoren reconocía que afronta la despedida "con mucha tristeza". Y no sólo por alejarse de la playa de Cotobro, de Almuñécar y de los miles de clientes -anónimos o célebres- que han pasado por su restaurante desde su inauguración a finales de los ochenta, sino también porque le "duele" despedirse de la provincia de Granada. Pese a que su intención es jubilarse -a los 70 años, después de una carrera futbolística profesional en el Lieja y de haberse ganado un nombre en el difícil mundo gastronómico cree habérselo ganado- Jacquy no se alejará del todo de la cocina. "Mi hija recoge la antorcha. Vamos a abrir un restaurante en Nerja, pero yo sólo seré el asesor técnico", explica. La decisión de trasladarse a Málaga tiene que ver con la caída del turismo internacional -que antes representaba un 90% de la clientela del restaurante Cotobro y que durante los últimos años apenas ha llegado al 40%- y con los "duros inviernos" de Almuñécar. "He intentado buscar algo en Granada, pero está fuera de mi alcance, así que no me queda más remedio que marcharme", indica.
El éxito de su establecimiento, que espera que su hija Patricia y su hijo Jean Paul sean capaces de repetir en su nueva aventura culinaria, se debe a "los buenos productos y a la capacidad de crear, de idear" que ha demostrado en sus más de 30 años como cocinero. "Hace un cuarto de siglo hacíamos una clase de cocina y ahora hacemos exactamente la misma. El hojaldre de langostinos -uno de los platos más famosos del Cotobro- nunca se ha cambiado porque el cocinero siempre ha sido el mismo. Y todo lo que hago lo hago con el corazón. Sé que hay muchos cocineros que han copiado platos míos y ese es el mejor homenaje", asegura, nostálgico. "Fui pionero y ahora hay muchos cocineros en Granada que me han superado, así que estoy muy orgulloso".
Para quien no haya disfrutado de las delicias del Jacquy Cotobro y de sus cien maneras de cocinar el foie, aún tiene la oportunidad de hacerlo hasta el próximo 18 de octubre.
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