Un cóctel de ADRENALINA

La provincia ofrece numerosas alternativas de ocio basadas en los deporte de riesgo: desde el piragüismo en el pantano del Colomera a la espeleología en las cuevas de Píñar

Un cóctel de ADRENALINA
Azahara Vigueras Borja/ Granada

30 de julio 2011 - 01:00

Si se hace una fotografía saltando por una cascada, en el interior de una cueva llena de estalactitas o escalando por una pared de 70 metros de altura, lo más probable es que alguien piense que está participando en el rodaje de una nueva película de Indiana Jones. Pero no. Antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por el impulso al saltar desde lo alto de una montaña, nadie grita acción. Y es que la llegada de las fuertes temperatutas y el calor, no tienen por qué significar sol y playa. De hecho, hay otras formas de refrescarse y experimentar nuevas sensaciones sin tener que coger el coche y conducir muchos kilómetros. Y para ello, Granada, puede ser un lugar idóneo.

Así que para el que se atreva a emprender esta aventura, el paisaje, el aire libre y la adrenalina serán sus compañeros de viaje. Un cóctel perfecto si tiene en cuenta que después de pegar el brinco, se refrescarán en el agua.

La provincia esconde algunos rincones para practicar deportes de aventura: piragüismo en el pantano de Colomera, espeleología en las cuevas de Piñar o escalada, rapel y tirolina( multiaventura) en los Cahorros. Para ello, no se requiere de un nivel de preparación muy alto, pero es conveniente la compañía de un buen guía. "En verano las actividades de agua son las más demandadas por el calor, pero el deporte estrella es el descenso de cañones en Río Verde, Otívar", comenta Nieves Blanco, gerente de la empresa Makalu Aventuras. Además, para aquellos que no quieran poner tan a prueba sus sentidos, en esta empresa también podrán montar a caballo o pasar un buen rato jugando al paintball con los amigos. "Las personas que vienen por primera vez, suelen repetir y algunos de ellos ya son clientes fijos" afirma Nieves.

Es el caso de José Manuel Rojas que lleva años dirigiéndose a Makalu porque considera que se pasa un "rato inolvidable y apasionate". A él le gustan mucho los deportes de riesgo y le entusiasman este tipo de actividades. Pero, además, se dirige a ellos como miembro de una empresa que se dedica a la preparación de actitudes como el liderazgo. "Es curioso, pero estas actividades nos ponen a prueba. Podemos llegar a conocernos mejor observándonos en este tipo de situaciones un tanto peligrosas" afirma Rojas. De hecho, muchos de los alumnos que finalmente se atreven a saltar por una cascada o introducirse dentro de una cueva jamás habían imaginado hacerlo.

El perfil de las personas que contratan estas actividades es muy variado. Muchos de ellos no suelen ser los típicos aventureros intrépidos que serían capaces de hacer puenting. Amas de casa, jubilados o familias enteras.Desde veinteañeros inquietos hasta personas de cuarenta años de edad. Con hijos, en pareja o con amigos. Incluso, extranjeros que vienen desde Italia o Alemania. "Los erasmus también son clientes habituales. Hemos tenido hasta equipos de rugby ingleses y despedidas de soltero. Además hemos realizado estas actividades con personas sordas o invidentes. Todos son bienvenidos", explica Nieves.

El descenso de cañones es la actividad que más interés despierta y también la más peligrosa. Se realiza en Río Verde porque tiene caudal todo el año, "aunque la mejor época es a partir de Semana Santa, cuando empieza el buen tiempo", aclara Nieves. ¿Pero en qué consiste el también conocido como barranquismo? Pues en descender el curso del río inmersos por angostos desfiladeros. Tendrán que saltar cascadas de agua o descolgarse por la montaña. Para hacerse una imagen mental, es como pasar un día en un parque acuático."Cuando alguien se enfrenta a este tipo de retos en los que hay que lanzarse desde alturas de cinco metros, se ponen un poco nervisosos", comenta el coordinador de las actividades,Kei Fung to Fdez.

Él lleva siete años con Makalu practicando este tipo de derportes "pero desde pequeño he tenido esta afición". El alpinismo también es otro de sus hobbies. "Sería un deporte muy interesante para realizar aquí pero no forma parte del perfil de los clientes"afirma Kei. De hecho, para la mayoría de las actividades, no es necesaria preparación física y el alpinismo requiere de un gran esfuerzo porque, además "hay que habituarse a respirar con mucho menos oxígeno a una altura de 2.000 o 3.000 metros".

Cuenta que aunque la tónica habitual de Makalu Aventuras es ofrecer niveles adaptados a principiantes, la actividad via ferrata si requiere de un entrenamiento. La via ferrata consiste en ascender por una pared de setenta metros de altura apoyando los pies y las manos en ganchos." Todo es fuerza física. No tiene nada que ver con la escalada donde lo máximo que subes es diez o quince metros", añade Nieves.

De todas formas Kei confiesa que tiene debilidad por los deportes raros. Mientras sus amigos jugaban al fútbol en un recinto cerrado, él prefería la naturaleza y el aire libre. Además, reconoce que dentro de la oferta de Makalu, el descenso de cañones es la actividad que entraña más riesgo para principiantes. "Cuando sacas a alguien del cemento y le haces caminar por un terreno escabroso, con piedras deslizantes, todos nos volvemos más torpes. Me incluyo", comenta entre risas. Pero a pesar de ello, nunca han tenido que presenciar una escena complicada en la que alguien haya corrido peligro. "Como mucho un tobillo torcido o un arañazo con una rama. He tenido mucha suerte", afirma Kei. Por lo que suelen realizarla muchos padres con sus hijos pequeños. "Hay dos vías para hacer el descenso de Río Verde. Nosotros, para los principiantes, preferimos por abajo porque hay menos saltos" arguye Nieves. De todas formas, si que hay tres requisitos fundamentales para enfrentarse a este deporte: saber nadar, no padecer ninguna enfermedad del corazón e imitar lo que hace el guía (profesor). "Para mí el descenso de cañones es lo más divertido porque tú participas con el cliente. En el resto, sólo eres el encargado de coordinar la actividad y controlar la seguridad" añade Kei.

Además de tener a alguien supervisando constantemente el ejercicio, los precios son "muy asequibles". "Hay que tener en cuenta que es rentable realizar las actividades aquí ya que por ejemplo, un equipo para descender barrancos puede costar entre unos 600 o 900 euros. Sin embargo nosotros lo facilitamos y además aportamos las técnicas para hacerlo con seguridad", aclara Kei.

También es posible deleitar la vista sin poner a prueba los cinco sentidos. Para ello se puede optar por una actividad más relajada como el piragüismo en el pantano de Colomera, al norte de la provincia o montar a caballo por el Parque Natural de Sierra Nevada. Además, con el deporte multiaventura, se combinan varias sensaciones.

Ésta es la actividad más completa y variada que oferta Makalu. En ella se practica la escalada, rapel (descenso por superficies verticales), tirolina (deslizarse con una cuerda por la montaña), senderismo y paso de puente colgante. Así que hay que ponerse el equipo antes de meterse en el papel de Harrison Ford en la película de La última cruzada, porque aquí no hay dobles.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último