El colmo del invierno: la alergia al frío

Se trata de una reacción cutánea a las bajas temperaturas que genera hinchazón y picor en la piel

El frío afecta a la piel cuando hay viento, bajas temperaturas, se toca agua fría o se tocan objetos helados.
R. G.

27 de enero 2013 - 01:00

Las alergias más conocidas son al polen, a los ácaros, al polvo, a ciertos alimentos, a determinados animales, ... pero hay muchas personas que no saben que existe la alergia al frío, algo muy engorroso en el invierno y sobre todo en semanas como la que acaba de vivir Granada con un temporal de fío y nieve.

La alergia al frío es una reacción de la piel ante las bajas temperaturas que genera enrojecimiento y picor. "En estos días queremos hacer una recomendación especial a los pacientes que padecen urticaria por frío", explica la doctora María José Giménez, presidenta de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (AlergoSur).

Para evitarla, "hay que prevenir la exposición al frío con ropa de abrigo y protección adecuada, así como seguir la medicación prescrita por los médicos. Y para aquellas personas que sospechen que puedan tenerla, acudir al especialista", recomienda la experta.

Se denomina urticaria a frigore y en realidad se trata de una reacción cutánea ante el contacto con el frío a través del viento, las bajas temperaturas, el lavado o inmersión en el agua, el contacto con objetos fríos o la ingestión de bebidas o alimentos a bajas temperaturas.

Desde AlergoSur recuerdan que hay que advertir siempre al médico si se padece esta enfermedad, ya que existen algunos tipos de intervenciones en Medicina que se emplean bajas temperaturas y hay que conocerlo porque estarían contraindicadas o necesitarían de una protección y control especial.

"La urticaria a frigore es un tipo de urticaria física que se define porque en la zona de contacto con temperaturas bajas aparece picor, ronchas e hinchazón de forma inmediata. Los síntomas desaparecen entre los 30 minutos y las dos horas siguientes a la reacción, cuando la piel se calienta de nuevo", explica Giménez.

La incidencia no es muy elevada, pero es está época o cuando hay exposición a cualquier situación de frío, cuando los pacientes presentan los brotes, según explican desde esta sociedad científica.

En cuanto al diagnóstico, la prueba más utilizada es el "test del cubito de hielo", que consiste en aplicar hielo, de manera controlada, en el antebrazo del paciente durante 5 minutos y pasados 10 minutos observar si se produce reacción.

"Pero no es el único factor a tener en cuenta por lo que se debe consultar al alergólogo. Él es quien puede establecer un diagnóstico y tratamiento adecuado, para los pacientes afectados", recuerda la experta.

Respecto al tratamiento, como siempre en alergología es individualizado y se emplean medidas de protección como antihistamínicos.

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