El comando Vizcaya estaba citado el 15 de agosto en Granada para fijar objetivos
El líder del comando y uno de los miembros "liberados" debían reunirse en la ciudad por orden directa de Txeroki, considerado el jefe militar de los comandos de ETA
Dos de los miembros más activos del comando Vizcaya de ETA tendrían que haberse reunido el próximo 15 de agosto en Granada para recibir órdenes con las que llevar a cabo los atentados de la campaña de verano en Andalucía. Uno de los etarras que debía viajar hasta la ciudad era Arkaitz Goikoetxea, el líder del comando, que fue detenido el pasado lunes y que el sábado prestó declaración ante el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. El segundo de los etarras citados en Granada era Asier Borrero, en paradero desconocido.
Así lo recoge el juez Garzón en el auto que ordena el ingreso en prisión incondicional de siete de los diez detenidos como presuntos componentes del comando terrorista, entre ellos, el del jefe del grupo. En el documento se explica que tanto Goikoetxea como Borrero tenían que desplazarse a Andalucía ya que en junio se lo había ordenado Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki -al que se considera jefe de los comandos de la organización terrorista- "con el fin de iniciar la campaña de verano de atentados en esta comunidad autónoma". Los objetivos serían, como en el resto de estas macabras campañas, "lugares de ocio, tales como centros comerciales, hoteles, etcétera".
El Ministerio Público, de hecho, solicitó al magistrado de la Audiencia Nacional la imputación de los terroristas por un delito de conspiración ante las sospechas de que estuvieran planeando una campaña de atentados en la costa andaluza. En los registros efectuados en diferentes domicilios de los miembros del comando, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se habrían incautado de planos de ciudades andaluzas.
En poder de Goikoetxea, por ejemplo, se hallaron mapas de municipios de la Costa del Sol, Huelva y también de Lisboa, ciudad que el terrorista había visitado recientemente y donde tenía orden de Txeroki de "realizar un estudio de posibles infraestructuras en Portugal, al objeto de establecer allí una base permanente de actuación", según recoge Garzón en el auto. Además, a una de las presuntas integrantes del comando, Libe Agirre, fue detenida el pasado martes en el municipio malagueño de Fuengirola, aunque el juez Garzón decreto ayer su puesta en libertad.
No es la primera vez que Granada entra en los planes de ETA para su campaña de verano. En 1996, la organización terrorista llevó a cabo un extenso trabajo para sembrar el caos en el sector turístico andaluz y atacó dos veces en la provincia. Almuñécar fue la ciudad elegida por los terroristas para colocar tres bombas el 9 de julio. El procedimiento fue similar al que se siguió en el resto de atentados en Andalucía: unos artefactos de poca potencia -unos doscientos gramos de amonal dentro de una fiambrera de plástico- que pretendían dañar intereses turísticos.
Los objetivos elegidos en el municipio sexitano fueron el parque acuático Aquatropic, donde colocaron dos artefactos, y la estación de autobuses. En el primero de los casos, los agentes de Guardia Civil localizaron y explosionaron uno de las dos bombas, mientras que la otra estalló durante el rastro de las instalaciones, sin provocar heridos. En el caso de la estación de autobuses, el artefacto estaba oculta junto al techo del aseo de hombres. Una vez localizada, los artificieros la hicieron explotar de forma controlada.
Sin embargo, el día siguiente -10 de julio-, los terroristas eligieron la Alhambra para aterrorizar al sector turístico. ETA avisó de la colocación de una bomba en el monumento que explotaría a las nueve y media de la mañana, momento en el que las puertas de las taquillas se abrían al público. La Policía Nacional optó por desalojar a los 80 empleados e inició la búsqueda del artefacto, que se localizó diez minutos antes de la ahora que los terroristas habían fijado para el momento de la explosión. La bomba había sido colocada en una abertura de un muro entre la Puerta de la Justicia y el edificio que albergaba las taquillas.
Una visita no consumada de ETA a Granada durante la campaña de verano fue la planificada por Jon Joseba Troitiño y Asier Eceiza -detenido el pasado viernes en Francia- en junio de 2003. Troitiño reservó una habitación en el hotel Montesol de Sierra Nevada con el mismo nombre falso con el que después lo haría en establecimientos hoteleros de Benidorm y Alicante, donde colocaron dos maletas bombas en julio causando trece heridos.
Ese mismo verano, los terroristas también dejaron su rastro en una oficina de Correos de Motril, donde se abonaron mediante giro postal las reservas de los dos etarras en un hotel en Málaga y otro en Torremolinos. Sin embargo, ni Troitiño ni Eceiza aparecieron por los hoteles en los que reservaron en Sierra Nevada ni en la provincia malagueña.
Sin embargo, ETA sí ha dejado también su rastro de sangre, más allá de las campañas de verano, en Granada. La primera víctima mortal de la organización terrorista en la provincia fue Conrada Muñoz, que falleció el 11 de agosto de 1989 al abrir el paquete bomba que había sido enviado a su hijo, funcionario de prisiones. En febrero de 1997, un artefacto explota al paso de un furgón militar de la Base Aérea de Armilla provocando la muerte del peluquero de la Base, Domingo Puente, y heridas a otros ocho ocupantes del vehículo.
Otro funcionario de prisiones encontró en junio de 1993 una bomba bajo su vehículo, que fue explosionada de forma controlada. En septiembre de 1997 se localiza un lanzagranadas con el que ETA pretendía atentar contra la Comandancia de la Guardia Civil de Granada. Y, por último, el 9 de octubre de 2000, Igor Solana y Harriet Iragi mataron de dos tiros en la cabeza al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por el Colegio de Veterinarios de Granada
Contenido ofrecido por Aguasvira
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía