Granada

"Estamos un poco perdidos", comerciantes y vecinos molestos con los preparativos del Desfile de las Fuerzas Armadas

La avenida de Fuente Nueva con retenciones de tráfico.

La avenida de Fuente Nueva con retenciones de tráfico. / Moisés Prados / Photographerssports

Como el relámpago que precede al trueno, Granada ya empieza a notar los efectos del Desfile de las Fuerzas Armadas cuando aún faltan varios días para que se celebre. Así, la capital amaneció el martes con retenciones, tanto en el centro como en la Circunvalación, debido a la instalación, en Plaza Einstein y Gonzalo Gallas de las tribunas para el próximo 3 de junio. Unas retenciones, debidas principalmente a la reducción de carriles, que se han hecho extensibles a las correspondientes salidas de la Circunvalación, especialmente notables en las primeras horas del día, cuando se producen los picos de tráfico. 

Poco antes de las 9:00 de la mañana las salidas de la  las entradas de la GR-30, a la entrada de Recogidas y Méndez Núñez, las principales a la hora de conectar con los lugares que albergarán el Desfile, contaban con retenciones kilométricas, lo que provocó la queja de varios usuarios, que incluso dudaban que la ciudad fuese capaz de organizar un evento de las dimensiones que requiere el Día de las Fuerzas Armadas si días antes ya quedaba colapsada por la instalación de las vallas. 

Otro tanto ocurría en el cruce entre Camino de Ronda y Méndez Núñez, precisamente donde se ubica Einstein y que también ofreció retenciones a primeras horas del día. Este punto, cercano a varios colegios y la salida de la Circunvalación, suele provocar problemas de circulación, provocando la intervención de agentes de Policía Local para controlar el tráfico. Unos agentes que, a las 14:00 horas, volvían a situarse en este cruce para seguir regulando la ida y venida de vehículos. 

Y es que, si ya a esa hora el tráfico de la Circunvalación volvía a ser fluido, dicho cruce, debido a la ya mencionada reducción de carriles y el corte de la Plaza, que impedía atravesarla, seguía provocando mayor carga de tráfico y personas, obligando a reforzar la presencia de agentes. "Es un poco molesto, la verdad", decía una joven universitaria que, junto a su amiga, volvía de Gonzalo Gallas hacia su piso, en Camino de Ronda. Ahora, en lugar de atravesar Einstein, se veían obligadas a bajar hasta altura de Mendez Núñez, cruzar y volver a emprender el camino por Ronda. Un recorrido que normalmente ocupa un par de minutos, ahora se hacía más largo, y molesto. Un problema menor, sin duda, pero que ocasionaba más de una queja entre los jóvenes que transitan por la zona, deseosos, quizá de llegar a casa para almorzar, o llegar a Gonzalo Gallas para tomarse una cerveza con los amigos, depende en qué dirección se hiciese la pregunta. 

La misma situación se daba entre los residentes de la zona, que si bien no veían gran problema en la instalación de las vallas (los más cercanos al principio de Pedro Antonio ya están acostumbrados al ruido, como algunos reconocieron a este periódico), sí admitían ciertas molestias. "Esta mañana he llegado tarde a trabajar porque he estado un buen rato parado", explicaba un vecino con residente cerca de la Glorieta Arabial pero que que terminó por encontrarse el atasco pocos metros más adelante. "Mañana tendré que salir antes", concluía, con cierto aire de molestia. 

Y es que, pese a todo, los principales problemas se producían con los picos de tráfico, con la entrada y salida de colegio y trabajo. Pero había otra gente que notaban las molestias de forma más dilatada en el tiempo, los hosteleros de la zona. 

"Los repartidores tienen que dar ahora más vuelta y, claro, tardan más en llegar", explicaba Marta Ramírez, camarera de Salitre, quien, como el resto de comercios de la zona, aún no sabía muy bien cómo afrontar los días siguientes. Como ejemplo, la empleada ponía que, para el 3 de junio, poder ir a trabajar debían pedir una especie de salvoconducto, pero que, según afirmaba, todo dependería de quien estuviese ejerciendo las labores de control, "pueden que te dejen pasar o no", aseguraba. 

Mientras tanto, la jornada seguía con normalidad, con un sol que volvía a dejarse ver después de varios días oculto entre nubes de tormenta y que invitaba a disfrutar en las terrazas, aunque eran varios los clientes que se trasladaron al interior del local por las molestias del ruido, explicaba Ramírez. Un problema que, sin embargo, no tenían en otro negocio a pocos metros, Mahalo Poké.

El negocio ha sido uno de los más perjudicados, pues, con un grada a pocos metros de la entrada, sumado a la perceptiva valla de seguridad, han perdido los metros que tenían disponibles para la terraza. "Desde el 28 de mayo y hasta el 4 [de junio] no podemos poner la terraza", cuentan desde la gerencia a este periódico, al tiempo que aseguraban "estar perdidos" ante cómo afrontar el problema en los próximos días. "En teoría podemos abrir el sábado, pero no sabemos qué pasará", continuaba. 

Otro problema para este negocio, y otros cercanos, es el del delivery. Con la llegada de la pandemia y, especialmente en una zona universitaria, la comida a domicilio se convirtió en la tabla de salvación de muchos de estos negocios, pero ahora, con los cortes de circulación los repartidores tampoco pueden acceder para recoger los pedidos. "Se supone que íbamos a tener un mapa para saber por qué zonas se podía circular o no, pero de momento no sabemos nada". 

Las gradas y las vallas han quitado todo el espacio disponible para algunas terrazas. Las gradas y las vallas han quitado todo el espacio disponible para algunas terrazas.

Las gradas y las vallas han quitado todo el espacio disponible para algunas terrazas. / M. N.

Pero como nunca llueve a gusto de todos hay quien ha hecho su agosto este mayo. Mónica Calvo, administrativa del Hotel Gran Center, en Fuente Nueva, reconoce que, más allá de los problemas  de acceso por el coche (algo de lo que ya han puesto al tanto a los inquilinos de estos días) la llegada del Desfile se está traduciendo en un lleno casi absoluto para estos días, algo lógico teniendo en cuenta el lugar privilegiado con el que cuenta el espacio y la grada de lujo que suponen todas las habitaciones con vistas a la avenida. 

Una avenida cuyas calles paralelas están cortadas al tráfico y al aparcamiento desde hace ya varios días, pero que, según cuentan varios dueños del negocio, no termina de afectar al día a día de sus negocios, más allá de los ya mencionados problemas de suministro.

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