Si le preguntan ¿le gustaría que las tiendas abrieran durante todos los días de la semana a todas horas? pocos son los que darían un 'no' por respuesta. Tener abiertas de par en par las puertas de los establecimientos durante todos los días del año para muchos puede ser un gran atractivo y un beneficio para el sector; sin embargo, para los propios comerciantes granadinos la idea en sí les parece una locura.

La cuestión es que la propuesta ha ido más allá y en Madrid, la presidenta de la comunidad ya tiene aprobado un anteproyecto de ley para permitir que los locales de hasta 750 metros cuadrados puedan abrir todos los días del año, sin restricción en las horas. Las medidas para intentar frenar esta iniciativa no han tardado en surgir y la Confederación Española de Comercio que aglutina a todas las federaciones entre ellas la granadina, han remitido una carta a la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y también a Mariano Rajo para mostrarles su rechazo.

¿Y por qué el comercio no quiere tal liberalización? El responsable granadino, Enrique Oviedo, lo tiene claro por varios motivos.

En primer lugar, expone que ni el sector ni los consumidores han solicitado tal modificación normativa, algo que siempre se había hecho por consenso y que ahora se ha realizado de manera unilaterial. Y segundo, que lejos de beneficiar a los comercios les hace daño.

Oviedo subraya (y lo refleja en los escritos antes citados) que dar luz verde a esta medida se traducirá en un aumento de la cuota de mercado de las grandes empresas de distribución comercial a costa de la de los pequeños y medianos establecimientos. Los comerciantes insisten en que la crisis afecta a todo el mercado pero que, evidentemente, el mazazo más gordo se lo llevan los más pequeños. "El que tengan que tener abiertos sus comercios tanto tiempo supone poner en riesgo de muchos puestos de trabajo". Para Oviedo lo importante es que el consumidor gane confianza y tenga poder adquisitivo, no que se amplíen los horarios comerciales. Desde la federación explican que para el comercio granadino el expandir esta propuesta sería más que perjudicial. "Se demuestra que la iniciativa se hace sin conocimiento de la realidad que hay", dice.

El pequeño y mediano comercio -que representa al 25% de los autónomos del país y emplea a más de 1,8 millones de personas a nivel nacional, correspondiendo el 60% a empleo femenino- ha luchado durante años para disponer de un marco normativo que garantice el equilibrio comercial. "Una mayor flexibilidad de horarios puede crear disfunciones entre los diferentes formatos comerciales y dificulta la conciliación de la vida laboral, personal y familiar".

Asimismo, la federación considera que con el marco horario actual, los consumidores tienen bien atendidas sus necesidades -un hecho, que constata el último barómetro del CIS, en el que se afirma que el 87% de los españoles se siente poco o nada perjudicado con los horarios comerciales actuales y que la mayoría es partidario del sistema de regulación de horarios y apertura actual.

Por otro lado, si hay algo que los comerciantes critican de la medida es que no haya sido consensuada con ellos. "¿Qué pensarán de esto los sindicatos?", cuestiona Oviedo. En la carta que han remitido a Aguirre lo dejan claramente detallado al apuntar que la iniciativa se ha tomado de "forma sorpresiva y sin diálogo con el sector.

Por último, los responsables comerciales consideran que con este tipo de medidas se perderá el modelo mediterráneo y desertiza los barrios, eliminando una de sus enseñas más características: el comercio de proximidad.

"Las pequeñas tiendas de barrios como La Chana, Albaicín o zona Norte no pueden permitirse el lujo de abrir a todas horas ni todos los días", comenta. La situación que se plantea como el tener que contratar a gente o doblar turnos es una ilusión teniendo en cuenta las ventas que se tienen actualmente.

Desde la Federación granadina al igual que desde el resto de organizaciones, se pide que se reconsidere la medida y que desde las administraciones se establezcan planes que, realmente, ayuden a los comerciantes. "Cosas básicas que en el caso de Granada sería terminar las obras del Metro que tanto están perjudicando a los trabajadores del sector", concluye.