Entrevista a la comisaria jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional en Granada, Esther Martín Bravo

“La ciberdelicuencia está aumentando en Granada y nos tiene preocupados”

  • Esther Martín es la única granadina que ejerce como comisaria jefa de la Policía Nacional en la provincia, cargo que solo ocupan un 10% de mujeres en España

  • Habla sobre su labor, el papel de la mujer dentro del Cuerpo y la situación actual de Granada en materia delictiva

La comisaria jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional en Granada, Esther Martín Bravo.

La comisaria jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional en Granada, Esther Martín Bravo. / Jesús Jiménez / Photographerssports

Hay quien dice que las mejores cosas llegan siempre por casualidad. Pero al capricho del azar se le suma además una constante de trabajo y lucha, el cóctel resultante puede marcar incluso la historia. Hasta el punto de que, de este modo, una enfermera nacida en Granada puede acabar convirtiéndose en la primera granadina que ostenta en su tierra el rango de comisaria jefa de Policía Nacional. "Empecé en la Policía de casualidad. Había un cuerpo sanitario dentro y, como tenía Enfermería, dije de presentarme a la oposición. La preparación era la misma que la del resto: estudiar derecho, las prácticas... Entonces me empezó como el gusanillo y una motivación interior, encontré ámbitos que me gustaban más y me fui apartando del objetivo que tenía de meterme en el cuerpo sanitario policial. Fue una vocación que empecé a sentir cuando empecé a conocer la Policía desde su interior". Así fue cómo Esther Martín Bravo (Granada, 1973), comenzó su andadura en el Cuerpo en el cual ya ha dejado huella. Ella es la primera granadina encargada de dirigir la Brigada Provincial de Policía Judicial de Granada, área en la que recae la labor de investigar desde el narcotráfico hasta los delitos económicos o tecnológicos, entre otros, así como la delincuencia o crimen organizado.

–Es la segunda mujer en dirigir la Policía Judicial en Granada, pero la primera granadina en hacerlo. ¿Cómo es desempeñar esa labor?

–Es mucha responsabilidad. Me puse en contacto con Yolanda Rodríguez [primera mujer que ejerció este puesto], para preguntarle sus impresiones y la verdad es que es un trabajo que da igual que seas hombre o mujer. Esto va en la persona, en el compromiso que tengas como profesional y ser mujer no supone ningún handicap. Yolanda abrió el camino para la visibilidad a las mujeres en estas categorías y me dio muy buenos consejos. Es un puesto que se puede desempeñar porque estamos preparadas para ello.

–¿Cómo es ser mujer en el Cuerpo? ¿Cree que todavía queda mucho camino por recorrer para la equidad, tanto en la Policía Judicial como en el Cuerpo en general?

–El compromiso de la Policía para integrar a las mujeres yo lo he notado mucho. Llevo casi 23 años en el Cuerpo y se ha notado un avance espectacular. Nos subimos al carro en el año 2006-2007 con la creación de un Observatorio para la Igualdad y creo que la Policía ha integrado a la mujer. No he sentido que por ser mujer haya tenido algún problema para desarrollar mi trabajo, ascender o conciliar. Ha habido muy buen trabajo por parte de la Policía. Solo hace 40 años que las mujeres entramos en la Policía y eso se va a seguir reflejando, no a la velocidad que quisiéramos, en los altos cargos. Ya somos un 10% de comisarias y creo que es muy buena cifra porque solo hay 320 comisarios en toda España. Es bastante llamativo porque es un paso muy importante. Hay categorías como las de Inspector que se roza ya el 18%.

"Puede que la sociedad aún no haya asumido que la mujer pueda desempeñar este trabajo como el hombre"

–Aún así, la cifra sigue siendo baja porque no llega ni al 20% en ninguno de los casos. ¿Puede estar ligado a que se siga viendo la Policía como algo masculino?

–A nivel de la sociedad puede ser que esta profesión siga teniendo un sesgo masculino, pero en el momento en el que una empieza a trabajar aquí se le quitan esas ideas de la cabeza. El trabajo para una mujer está totalmente normalizado y no hay ningún tipo de discriminación. Puede ser que la sociedad aún no haya asumido que una mujer pueda desempeñar este trabajo igual que un hombre.

–¿Qué le diría a aquellas mujeres a las que les gustaría ser policía pero que no se atreven a dar el paso?

–Que no se pongan tantas trabas. Esto es como todo en la vida, que llevamos una educación en nuestra cabeza y cuando uno conoce lo que hay se da cuenta de que no era para tanto. Toda esta gente que trabaja aquí, lo que se consigue, da pie a pensar de que uno puede hacer lo que se proponga. Hay que tener mucho sentido común, se necesita iniciativa, gente que le guste el servicio público. Es un trabajo que te sorprende cada día y que nunca aburre. Eso es, desde mi punto de vista, una de sus grandes características. Es un trabajo muy gratificante y te mantiene despierto. Aquí hay un mundo muy desconocido y cuando empiezas a meterte y a interaccionar te das cuenta de que puedes elegir y hacer tantas cosas que hay cabida a multitud de personalidades y características de personas.

–¿Cómo es eso de ascender? Porque por lo comentado es un ámbito aún muy masculinizado.

–Muchas veces te dicen que puedes soñar y en ese momento que empiezas a prepararte para ese sueño, se te abre como un abismo. Cuando empecé a ascender me sentía preparada, pensaba que podía valer y tenía esa motivación y la gente que me rodeaba también me apoyaba. Es cierto que a veces te asusta un poco lo que se te presenta, pero creo que el trabajo diario te hace ver que puedes. Yo me decía mucho a mí "si él ha podido, yo puedo". Simplemente es pensar que no soy ni mejor ni peor que esa persona y que si lo ha conseguido yo también puedo conseguirlo. La responsabilidad pesa, pero eso es parte de la vida. Hay que saber digerirla poco a poco, la responsabilidad no te viene así a mogollón. Tú vas poco a poco y ya llevas tus años y sabes que estás preparada para llevarla.

La comisaria jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional en Granada, Esther Martín Bravo. La comisaria jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional en Granada, Esther Martín Bravo.

La comisaria jefa de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional en Granada, Esther Martín Bravo. / Jesús Jiménez / Photographerssports

–¿Y cómo es ejercerla en Granada que, además, es su tierra?

–En Granada creo que ha habido un cambio bestial desde que yo estoy aquí. Se apostó por traer gente joven y por la formación en las nuevas tipologías delictivas. Veo una plantilla muy motivada y preparada que me facilitan mucho el trabajo. Lo importante es la comunicación, que ellos sepan lo que se requiere de ellos, el trabajo y los objetivos que queremos conseguir, nuestra visión de la Policía en Granada, y ellos responden sin ningún tipo de problema. Ahí no hay diferencia de si eres mujer u hombre. Lo único que hay que tener es comunicación, que es importantísimo. Hay gente muy preparada que conocen muy bien Granada, su idiosincrasia, su problemática y es muy fácil trabajar con ellos.

–Hablando de la problemática de Granada, siempre está el foco en el narcotráfico, aunque también el trabajo de la UDEF ha estado muy a la orden del día por las causas sobre la gestión política. ¿Cómo es esa tarea?

–Es un trabajo que conlleva muchas horas, mucho estudio. Cuando me mandan un informe y tengo que leerlo a lo mejor son 500 páginas. Es una línea estratégica de lo que es la Policía. Queríamos dar más de un paso hacia las organizaciones, porque podemos quitar plantaciones, pero hay que ir a la raíz del problema y donde verdaderamente hacemos daño es yendo hacia lo que es el dinero. Entonces todo eso ha ido evolucionando. Empezó siendo un trabajo muy pequeñito y, para mí, los investigadores que hay son gente que tiene una inteligencia espectacular porque veo los informes y son muy dificultosos. Es un trabajo que está dando muy buen resultado. Cada vez que se informa de una operación, eso lleva muchas horas de trabajo. Estamos intentado llevar ese procedimiento a otros tipos de delitos que pueda llevar otro grupo organizado detrás.

–¿Centraría el narcotráfico la mayor parte del trabajo policial?

–No considero Granada especialmente problemática ni en temas de corrupción, ni de narcotráfico. Me parece que nos han desbancado en el ranking de la marihuana, que estamos la tercera ya. Es un problema generalizado. Las organizaciones que estamos investigando tienen ramificaciones, no solo dentro de España sino también fuera. Es un problema generalizado y tampoco tan importante en Granada, pero se le da mucha publicidad. Es decir, no es una ciudad que tenga una inseguridad excesiva frente a otras de España.

"Las organizaciones que estamos investigando tienen ramificaciones también fuera de España"

–Todo se ha digitalizado más con la pandemia, incluso a la hora de cometer delitos. Se ha visto últimamente redes de trading que trataban de captar jóvenes y eso ha hecho que la Policía también tenga que estar modernizándose continuamente.

–Las nuevas tecnologías han hecho que tengamos que estar muy atentos. En la última reunión que tuve con el jefe de Delitos Tecnológicos vimos que aparecen nuevos tipos delictivos que muchas veces no se pueden reseñar en el Código Penal que tenemos hoy en día. Ahí entramos mucho en la comunicación que tenemos con fiscales y jueces en cómo podemos hacer nuestro trabajo dentro de la Ley y poder adscribir determinadas tipologías delictivas dentro del Código Penal que tenemos, y eso que el último cambio del mismo fue en 2015. En lo que es la ciberdelincuencia, están aumentando las estafas, usurpaciones, el descubrimiento y revelación de secretos, es algo que nos tiene preocupados e intentando estar muy al día para poder hacer el trabajo dentro de lo que la Ley nos permite. Intentamos hacer campañas, por ejemplo, con eso de los mensaje de "tienes un paquete de correos" para que la gente no le de al link; o por Bizum que también había una estafa que se recibía como un código y en vez de recibir dinero lo estabas dando... Hay que estar muy atento. Eso son en su mayoría organizaciones supranacionales, porque cuando uno empieza a tirar del hilo, te pueden salir de cualquier sitio. La última vez nos salió Bulgaria, que era desde donde habían hecho el ciberataque. Necesitamos mucha colaboración a nivel judicial, policial de España y sobre todo Europol. Intentamos que llegue a la ciudadanía que hay que ser muy prudente en la web porque hay un anonimato que, precisamente, los deja desprotegidos.

–Luchar contra eso es todo un reto. ¿Cuál ha sido el mayor reto que ha tenido o el caso que más le haya marcado?

–Cuando empecé a trabajar en la lucha contra la Trata de seres humanos, que trabajaba en el grupo de África, me marcó un caso en el que vi hasta dónde podemos llegar y que me produjo impotencia. Era un grupo de mujeres nigerianas que estaban en un puticlub, se les liberó y se les intentó dar protección. Empezaron a recibir llamadas de sus familias porque estaban siendo amenazadas. Se solicitó colaboración con Interpol para que pudieran proteger a sus familias en sus países de origen y a mí me chocó mucho porque hay países con los que quieres que la colaboración llegue hasta cierto punto y no llega. Esa impotencia de pensar que esas mujeres aquí en España estaban explotadas sexualmente y que su familia pudiera pagar que ellas estuvieran declarando y ayudando a detener a los de la organización dejó bastante huella.

–Ha llegado a comisaria... ¿Y ahora qué?

(Risas) Pues eso... He llegado a comisaria y aún lo estoy digiriendo, pero no me cierro a nada. El haber llegado aquí y ver que con el trabajo y la ilusión puedes llegar donde te propones es un arma peligrosa porque te da alas a seguir soñando y yo lo seguiré haciendo. Eso es lo que me gusta y a ver lo que el futuro puede repararme. Estoy abierta a cualquier cosa.

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