Las declaraciones de Macarena Olona nunca pasan desapercibidas. Ni dentro del Congreso, donde es diputada de Vox por Granada, ni en los actos que organiza a pie de barrio. Es lo que ha ocurrido en su reciente visita a La Chana: la Federación de Asociaciones de Rumanos de Andalucía (FARA) no ha tardado en emitir un comunicado en el que afea a la política que ponga en la picota a la población rumana residente en la capital como responsable de la ocupación ilegal de unas viviendas en este barrio.

En una carta dirigida directamente a Olona, la presidenta de la FARA, Gabriela Stan, le achaca a la diputada de Vox que en sus declaraciones reflejó “datos inciertos, como que las casas donde viven ciudadanos rumanos residentes en la zona son ocupadas” o una “oferta inexistente del Ayuntamiento de Granada de naves”.

En el acto organizado en el populoso barrio granadino, Olona llegó a afirmar este lunes que “al okupa ilegal, patada en el culo desde el instante mismo en que procede a la ocupación”, al tiempo que criticó que el Gobierno “practica un buenismo cada vez más alejado de las necesidades de los españoles. Estos políticos no tienen en sus barrios asentamientos de población rumana, que han ocupado ilegalmente las viviendas y generan graves problemas de convivencia como ocurre en La Chana”.

Unas declaraciones de la representante de Vox que han sido también duramente criticadas en las redes por su marcado tinte xenófobo y aporofóbico. La FARA asegura, además, en la misiva remitida a la diputada de Vox que no responden a la realidad: “más del 95% de las viviendas donde viven ciudadanos rumanos son de alquiler, donde ellos pagan regularmente también los otros gastos como luz y agua”.

Estas familias son de “ciudadanos de la Unión Europea con los derechos y obligaciones que corresponden a esta situación”, y las entidades que trabajan en la zona “no tienen problemas” con ellas.

Trabajan, “aunque muchas con la chatarra”, un “trabajo sucio”, afirma Stan, pero con la que “están reciclando los recursos y, al mismo tiempo, ganándose la vida”. La mayoría de niños rumanos que residen en el barrio “están escolarizados y sin problemas de absentismo, viéndose así el grado de integración” de estas familias en la Chana.

“Me viene difícil creer que su afirmación fue 'darle una patada en el culo' y no la voy a comentar porque es una expresión muy baja por parte de una mujer con estudios y educación”, finaliza, incidiendo en el carácter “multicultural, integradora y tolerante” de la ciudad de Granada.