Granada

La confluencia de polen de olivo y de gramínea reactiva el pico de alergias

  • Las lluvias han provocado que los síntomas perduren hasta la tercera semana de junio

Más del 20% de la población sufre algún tipo de alergia.

Más del 20% de la población sufre algún tipo de alergia. / g. h.

Tal y como predijeron los alergólogos, Granada atravesaría una primavera tardía pero potente en lo que a brotes de alergia se refiere. Desde el pasado sábado esta ciudad vive el mayor pico de la temporada, una situación que padecen con mayor gravedad los alérgicos al olivo, que por culpa de las copiosas lluvias sufren un periodo de floración intenso. Aunque este calvario de rinitis, conjuntivitis (estornudos y picor de ojos) y asma que padece el 20% de la población, cesará en la tercera de este mes.

Fernando Florido, alergólogo del Hospital Nuevo San Cecilio (Campus) y vocal por Andalucía Oriental en la Junta directiva de la Sociedad Andaluza de Alergología advierte de que un factor clave en este caso es la meteorología. "Dependiendo de los días de sol, de las lluvias intercurrentes o del viento, puede que las concentraciones de polen sean más o menos elevadas e incluso la calidad del polen puede variar de una temporada a otra". Hay cosechas buenas y malas y este año el panorama del polen es especialmente complejo: se han mezclado el del olivo con el de la gramínea que llega con una polinización bastante impetuosa, lo que está haciendo que hasta la fecha en la consulta de Florido lleguen pacientes con bastantes síntomas, aunque se considera una temporada de intensidad media.

Este pico no se nota especialmente en las visitas al hospital del PTS sino en la atención primaria, desde donde se derivan a los especialistas. "El número de pacientes que recibimos es constante a lo largo del año aunque lo que sí hemos notado en estos días es que nuestros pacientes vienen reactivados, sobre todo aquellos que consultan por primera vez, más que los pacientes que ya reciben tratamiento". La diferencia, explica, es importante entre aquellos que ya se tratan con las vacunas y los que han comenzado a sentir los síntomas.

El tratamiento que reciben los primerizos son antiestamínicos, corticoides tópicos y bronco dilatadores, normalmente de aplicación local (nariz y bronquios) para rescatarles de los síntomas.

"Cuando los enfermos llegan con síntomas más intensos (dificultad para dormir o hacer ejercicio físico) a veces tenemos que asociar también alguna pauta de corticoides sistémicos", explica Florido. Estos pacientes solamente se suelen tratar durante la época de reactivación de la alergia, es decir, semanas como esta en la que se producen los picos de sintomatología.

Una vez que se diagnostica y se confirma su alergia al polen, en la mayoría de casos se comienza a aplicar un tratamiento específico con vacunas. Pretendemos que los síntomas desaparezcan o que al menos disminuyan en intensidad. "La mayoría de gente debería consultar con su médico igual que lo hacen al cardiólogo si les duele el pecho, las consecuencias de ser alérgico al polen o a cualquier sustancia puede ser también una enfermedad que en su forma más grave puede ser un asma bronquial que en su fase más crítica puede suponer una situación de insuficiencia respiratoria y que conlleve incluso un ingreso hospitalario", abunda.

Esperar a que pase la primavera y aguantar los síntomas es una táctica que, aunque poco recomendable suele seguir mucha gente, pero según apunta Florido, se puede correr el riesgo de que los síntomas empeoren o deriven en problemas respiratorios asociados como una bronquitis. "Estos problemas se les van a repetir todos los años, no va y viene, por eso recomendamos que se atajen con medidas específicas".

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