Un constructor a la fuga 'congela' la reforma del Palacio de Peñaflor

El Consejo Consultivo dictamina la resolución del contrato de obra con la adjudicataria

Imagen de archivo del patio del Palacio de Peñaflor.
Imagen de archivo del patio del Palacio de Peñaflor. / G. H.
G. Cappa

Granada, 17 de marzo 2017 - 02:35

El programa de televisión Constructor a la fuga busca a los culpables de las chapuzas inmobiliarias más flagrantes del país. El Palacio de Peñaflor de Guadix podría ser protagonista de un monográfico de la serie después de que la empresa que se hizo cargo de la restauración del edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desapareciese de la noche a la mañana después de ejecutar sólo el 20% del proyecto. La consecuencia más inmediata es que el Consistorio ha perdido la subvención de 215.000 euros de la Junta de Andalucía para el edificio que está destinado a ser el Museo de Guadix. De momento, el Consejo Consultivo ha dictaminado la resolución del contrato de obras entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria, Díaz Cubero S. A, por incumplimiento de las obligaciones del contratista.

En la cronología de un desaguisado, la empresa comenzó a bajar el ritmo de obra a comienzos de 2016, después de una prórroga que había dado la Junta de Andalucía para terminar la obra el pasado 3 de julio. Así hasta que llegó el día en el que no apareció ningún obrero por el Palacio de Peñaflor, con el agravante de que el palacete quedó en una situación "preocupante" con elementos al descubierto como el artesonado de la fachada principal, por lo que el Ayuntamiento tuvo que acometer unas obras de emergencia. Así que al perjuicio económico de perder la subvención se le suma el coste de estas actuaciones. El procedimiento de contratación pública exige el dictamen del Consejo Consultivo para resolver el contrato, con lo que el Ayuntamiento puede ahora reclamar la incautación de la fianza aportada por la empresa, aproximadamente un 5% del presupuesto total.

La empresa abandonó la restauración cuando sólo había cumplido el 20% del proyecto

Según fuentes municipales, el proyecto puede quedar parado hasta que la Junta no vuelva a ofertar subvenciones de estas características. "El Ayuntamiento no tiene la capacidad económica para afrontar la restauración. Querríamos asumir la inversión directamente, pero en el presupuesto de 2017 que estamos preparando no tenemos margen", señalan.

En el dictamen del Consejo Consultivo se refleja que el contratista se comprometió a ejecutar las obras en un plazo de seis meses a partir del día siguiente de la firma del contrato, que tuvo lugar el 12 de enero de 2016.

En el mes de mayo la obra es abandonada después de ejecutar el 40,7% del presupuesto según la empresa. Sin embargo, la dirección facultativa señala que lo ejecutado hasta esa fecha representaba en realidad el 26,17% del presupuesto. En este momento se debería haber realizado más del 80% del proyecto y existía obra por un importe equivalente al 36,40% del total (50,9 según las estimaciones de la contrata). "No sólo se ha producido un reiterado incumplimiento de plazos parciales, sino que se ha comprometido el plazo final de forma prácticamente irreversible, más aún cuando se ha cerrado y abandonado la obra", señala el dictamen del Consultivo.

También es un hecho "debidamente acreditado" que el contratista incumplió con la obligación "esencial" de mantener durante la ejecución de las obras al jefe de obras y a un licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Restauración, tal y como se comprometía en la cláusula 21.18 del contrato. Transcurridos dos meses y medio desde el inicio, la obra se fue desarrollando con la asistencia dos días a la semana del jefe de obra y sin restaurador adscrito, por lo que "los escasos trabajos de restauración llevados a cabo hasta entonces resultaron defectuosos y, además, el grueso de este tipo de trabajos no se pudo iniciar". Para más inri, el jefe de obra asistió entre 16 y 18 días laborables a las obras después de cuatro meses.

"En definitiva, por los motivos expuestos, procede a la resolución del contrato", señala el Consultivo.

Un edificio construido tras la conquista castellana

El Palacio de Peñaflor es un edificio muy característico de la ciudad de Guadix, así como del urbanismo del siglo XVI. Perteneció a la Familia Pérez de Barradas, marqueses de Cortes y Graena, familia nobiliaria con ramificaciones de este rango, llegados a Guadix después de la conquista castellana. Se trata de un palacio de grandes dimensiones, hoy ya muy modificado por las actividades de la escuela taller y el uso de materiales inadecuados para su restauración, como el cemento para los arcos del patio. Sus estructuras originales y las primeras transformaciones fueron llevadas a cabo, entre el siglo XVI al XVIII. Destacan sus dos fachadas: una, la principal mirando a la calle Barradas, y la otra a la Plaza de Santiago. La fachada principal es sobria, realizada en ladrillo con aparejo inglés antiguo, algo excepcional ya que este tipo de aparejo no aparece en ningún otro edificio de la ciudad. Además, la fachada está flanqueada por dos grandes torres con galerías de arco sobre pilares ochavados, muy características de las casas nobiliarias, y cubiertas con forjados de par y nudillo. La puerta de estructura adintelada no presenta decoración. Sobre ella hay tres balcones sencillos con rejería carcelera. Los únicos elementos decorativos en esta fachada son los escudos de armas.

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