"Los cónsules están para atender a los que atraviesan un momento de estrés "
Esta profesora de inglés jubilada ha sido la cónsul honoraria del Reino Unido hasta esta semana y en sus 16 años de ejercicio ha atendido problemas de todo tipo sobre gestiones urgentes de pasaportes por robo
Diana Kelham se ha despedido esta semana del cargo de cónsul honoraria del Reino Unido en Granada, cargo que ha ejercido durante 16 años. En ese tiempo ha ayudado a los 13.000 súbitos británicos que residen en Granada o que visitan la ciudad como turistas, una cifra esta última mucho más difícil de manejar. "La mayoría siempre recurren en un momento de estrés, bien porque les han robado la documentación o tienen un problema urgente de salud, aunque la variedad de problemas es de todo tipo", cuenta desde la tranquilidad de su nueva posición. Su papel, como su currículo, es desconocido para todos aquellos que son ajenos al mundo diplomático pero ha sido un periodo intenso y lleno de anécdotas, aunque la incógnita para ella reside en su salida, porque el consulado honorario de Granada se ha suprimido.
-¿Qué ha sucedido para que se suprima este puesto en esta provincia?
-Lo desconozco. Esperábamos que en el discurso que el embajador del Reino Unido dio el miércoles explicase algo, pero no fue el caso. A mí me lo comunicaron en una reunión en enero con los otros cónsules honorarios de Andalucía en Málaga. Sólo sé que es por un motivo de reordenación consular.
-¿Cuántos cónsules honorarios hay en Andalucía en la actualidad?
-Suprimido el de Granada sólo quedan los consulados honorarios de Almería, Sevilla y Jerez. El consulado está en Málaga.
-Y, ¿qué diferencia hay entre un cónsul y un cónsul honorario?
-El sueldo y las potestades. El sueldo de un cónsul honorario es menor y sus funciones son más reducidas. Yo se supone que ejercía sólo dos horas diarias y tenía capacidad para hacer determinados certificados, pero otros sólo el consulado. En definitiva, nuestro papel es más limitado porque además tenemos que consultar las certificaciones que expedimos con Málaga.
-Y, ¿quién va a asumir ahora el papel que ha estado desarrollando usted en Granada?
-Ahora se está centralizando todo. Ni siquiera hay un teléfono fijo de cada consulado en España: hay uno genérico que es atendido por personas que hablan varios idiomas y cubre España, Portugal, Italia, Andorra y Chipre.
-¿Vino a Granada para ser cónsul honoraria?
-No, yo viene aquí para estudiar en el año 67 y al final me quedé. Iba a marcharme a la oficina de Relaciones Públicas de México y pensé que necesitaba mejorar mi español. En mi clase de Historia conocí a mi marido y ya no me fui a México hasta nuestras bodas de plata, ya con dos hijos en común. Durante estos años he sido también profesora de inglés en el Instituto Ave María.
-Y de profesora de inglés , ¿cómo pasó a entrar en contacto con el mundo de la diplomacia?
-Un ministro de la Embajada de Madrid vino a Granada para hacer un curso de español en la academia de una amiga mía. Me preguntó si podía quedarse en mi casa, pero con la condición de que tanto yo como mi marido y mis hijos hablásemos en español. Yo le presenté a distintas personas y autoridades y pensó que teníamos muchas conexiones y que podría ser útil. Me presentó al cónsul de Málaga y me propuso para el cargo, y así empecé.
-¿Cumplía ese plan de dos horas diarias? porque los problemas con los súbditos ingleses pueden surgir a cualquier hora...
-Al principio sólo tenía mi teléfono particular y cuando salió en internet empezaron a llamar a cualquier hora, claro. Las dos horas es sólo para recibir visitas. Después tenía un móvil del consulado, que entregué el miércoles, pero era para las autoridades: Guardia Civil, Policía, Gobierno Civil, Ayuntamiento, porque surgían problemas de todo tipo.
-¿Qué era lo más habitual en su trabajo?
-Pues sobre todo he atendido a turistas que le habían robado algo, lo más común la documentación. Tenía que hacer una llamada a Málaga pero yo tenía mi propio sello y lo hacía en media hora. En los últimos años también había muchas llamadas para temas de visados, sobre todo para hispanoamericanos y países del Este.
-Y, ¿cómo consiguen ahora ese visado?
-Bueno, como antes. Yo los remitía a una web en la que tenían que rellenar un formulario de cuatro páginas pero luego necesitan hacer una visita a Madrid porque la licencia la da la embajada. Ya he comentado que está todo muy centralizado.
-¿Los españoles también han requerido la ayuda de su consulado?
-Sí, claro, sobre todo en los últimos años porque había muchas llamadas de españoles que buscaban trabajo en Reino Unido. Yo lo que hacía era señalarles los enlaces de la web de la embajada donde hay dos agencias oficiales. Allí hay un listado de temas o profesiones, por ejemplo artistas, enfermeros... y las páginas específicas de las agencias para cada una. Y ha funcionado, porque muchos han llamado después para darme las gracias.
-Otra de sus funciones en este tiempo ha sido acudir a actos como representante de Reino Unido.
-Sí, por circunstancias diversas de los problemas de algunos súbitos ingleses he tenido que entrar en contacto con la Guardia Civil, el Ayuntamiento, la Policía o el Gobierno Civil. Luego, en función de los criterios que han ido aplicando en sus listas de protocolo me han ido invitando a eventos oficiales.
-Y todo ese tiempo que antes dedicaba a esas tareas, ¿a qué lo dedicará ahora que ya se ha suprimido el consulado?
-Bueno, como ser cónsul honorario es un trabajo a tiempo parcial, yo seguiré con mis tareas. Ya estoy jubilada como profesora de inglés del Ave María, que ha sido mi ocupación durante décadas. También hacía traducciones, y ahora dedicaré más tiempo a esta tarea. Además pertenezco a un club de lectura, que es un hobby que me ocupa bastante. Además, tengo otras aficiones como la natación o el pilates, así que creo que me seguirá faltando tiempo.
-Pertenece a un club de lectura y hace traducciones, siempre ha estado muy ligada a la literatura.
-Claro, yo he sido profesora de Inglés en un instituto pero también hice Traductores e Intérpretes de Inglés, Español y Francés, aunque este último idioma lo tengo ya muy olvidado. Durante un lustro fui la presidenta de la Asociación de Profesores de Inglés de Andalucía.
-Como cónsul, ¿cuáles son las tareas de las que se siente más orgullosa?
-Dos exposiciones de pintura que he organizado: una en Gran Capitán sobre 100 años de artistas británicos y otra en el centro de CajaGranada en Puerta Real de pintores románticos en Andalucía en el XIX que tuvo mucho éxito y hubo que prorrogar.
-¿Y alguna anécdota especialmente emotiva de estos años?
-Pues un día se presentó en la puerta de mi casa una chiquilla de 9 años con su hermanastra. Había estado haciendo autoestop desde Cádiz, donde le habían robado el monedero con la documentación. Hubo que llevarla a un centro de menores, donde estuvo un tiempo antes que volviera a Inglaterra, donde estaba su madre también en un centro de acogida. Luego se descubrió que el que le había robado era su propio padre. Ha habido de todo.
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