El contrabando de tabaco se ha convertido en un problema muy serio para los estanqueros españoles y aún más para los andaluces que sufren en sus bolsillos las consecuencias de las operaciones clandestinas que tienen su origen en Gibraltar. Dentro de ese vergel para el movimiento de 'matute' en el que se ha convertido Andalucía, una de la provincias que menos padece los efectos de la venta ilegal de cigarrillos es Granada en comparación con los estragos que provoca en Cádiz o Sevilla, aunque la situación no deja de ser alarmante. De hecho, en el territorio granadino descendieron un 2% las ventas en 2014, una bajada continuada desde hace ya más de un lustro que es el resultado de la combinación de la crisis, la Ley Antitabaco y el aumento del contrabando.

Y es que precisamente ni la recesión económica ni la caída del número de fumadores han sido motivos suficientes para minar el contrabando. Esta práctica delictiva ha evolucionado hasta ser un negocio cada vez más lucrativo para quienes viven de él pese al férreo combate de la Guardia Civil, que en los últimos cinco años ha aprehendido 32 millones de cajetillas en toda España, lo que supone multiplicar por quince las cajetillas legales que se consumen anualmente. "Los estanqueros llevamos años viendo cómo caen nuestras cifras de forma vertiginosa: en el último lustro las ventas de cigarrillos se han reducido a la mitad", detalla la presidenta de la Asociación de Estanqueros de Granada, María José Ruiz. Un descenso que la patronal achaca al negocio ilegal más que a la propia Ley Antitabaco. "En el mismo período han caído las ventas de los estancos y el contrabando se ha triplicado".

El consumo de tabaco de contrabando es del 12% en España, mientras que en Andalucía roza el 40% con provincias especialmente afectadas como Cádiz y Sevilla que se acercan al 50%. En Granada, por el momento, no está tan desarrollado y se podría cifrar entre un 10 y un 12%, aunque la patronal cree que es incluso mayor el número de venta de tabaco ilegal. "Hay zonas como Motril o el Poniente con Loja y Huétor Tájar en las que el consumo es bastante más alto" indica Ruiz. Unos cigarillos que pueden venir o bien por la zona del Levante desde Andorra o, principalmente, desde Gibraltar, por lo que la presidenta advierte de que no hay que relajarse en la lucha. "Estamos a poco más de dos horas en coche del Estrecho y esto es una mancha de aceite que se va expandiendo más y más", relata la presidenta quien añade el ejemplo de que "Cádiz en 2010 tenía niveles inferiores al 4% y hoy supera ampliamente el 40% de contrabando".

Así, en los últimos tiempos se ha estrechado la colaboración entre la Asociación de Estanqueros de Granada y las fuerzas de seguridad del Estado. El pasado mes de noviembre se celebró un encuentro provincial para establecer un marco con el que proteger a los más de 300 estancos de la provincia a través de la vigilancia y un contacto permanente entre las dos partes.

Aunque la economía de los estanqueros no es el único motivo por el que la Administración ha puesto más hincapié en hacer frente al contrabando. "El problema grave es que ha estado muy consentido, pero perdemos todos", manifiesta Ruiz, que enumera todos los efectos negativos que tiene el mercadeo de tabaco al margen de la ley. Entre ellos, que los menores accedan a cajetillas cuando en los estancos existe la obligación de pedirles el DNI y ser inflexibles o que ese tabaco no sea más perjudicial para la salud porque se le añaden componentes no permitidos. "Se dice que el contrabando es la salida del paro para mucha gente, pero es mentira porque lo que hay en realidad es un 'matuteo' que le da cuatro perras al que lo hace", resume la presidenta, ya que detrás de la mano de obra de barata hay constancia de que se esconden bandas criminales: "Es un tema muy serio, porque se financia a organizaciones criminales como el IRA y es cómplice de otras operaciones delictivas como la trata de mujeres, de arma y de droga". Incluso en los últimos tiempos existen indicios de que los grupos terroristas islámicos también están relacionadas con el tema. Razones de sobra para que las autoridades hayan incrementado su atención en el contrabando.

Sin contar "los puestos de trabajo que se destruyen". El contrabando de tabaco, unido a la crisis económica, ha provocado que las ventas se hayan desplomado un 53% entre 2009 y 2014 en toda España, lo que ha conllevado reestructuraciones de empleo de grandes entidades tabacaleras y el cierre de estancos en las provincias del sur de España más afectadas. Uno de los temores, más allá de las dificultades que podría suponer una subida de impuestos en periodo electoral, radica en que la imposición de un impuesto mínimo puede provocar un nuevo hundimiento de las ventas y de la recaudación.

En la lucha contra este ancestral delito, con escaso reproche penal y social, el Grupo de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha contribuido con la desarticulación desde 2007 de cinco grandes organizaciones criminales dedicadas a la introducción ilegal de cuantiosas partidas de tabaco. Operaciones que han permitido a sus agentes aprehender unos 12 millones de cajetillas. En los últimos cinco años la Guardia Civil se ha incautado de 32 millones de cajetillas, que hubieran supuesto un valor en el mercado de 122 millones de euros, de los que 97 millones serían los que hubieran ingresado las arcas públicas por los impuestos.

Hay pueblos de Córdoba y Sevilla, viven del contrabando. Territorios impenetrables en los que se impone la ley del silencio. Gibraltar, al sur, y Andorra, al norte, son los principales "clientes" de esta actividad delictiva, que ha hecho de la Península Ibérica un lugar obligado de paso de una mercancía que empieza su periplo en las fábricas de tabaco ubicadas en países del Este como Rumanía, Letonia o Bulgaria y en otros como Emiratos Árabes.