Granada bajará la nueva tasa de basura en 2026 por la reducción de costes del nuevo contrato

El nuevo contrato de recogida de basura de Granada firmado con la empresa FCC va a permitir a la ciudad bajar la nueva tasa de basura que se aplicará a partir del 1 de enero de 2026. Así lo ha anunciado el portavoz municipal, Jorge Saavedra, que ha explicado que el coste del servicio baja un 5,9%, que es lo que bajará de media el recibo a los granadinos, aunque no de forma lineal. Y hay más cambios: el recibo se pasará de forma independiente al del agua y será, en el primer año, por la anualidad completa. La forma de calcular esta nueva tasa también ha sufrido variación para evitar los picos que se generaban con la anterior fórmula, pero sigue teniendo gran peso la 'cuadrícula' donde se viva, los residuos que se generen y lo que se recicle. Este cambio se abordará este jueves en comisión extraordinaria de Economía y se aprobará definitivamente en el pleno de octubre para que pueda estar activo a 2026. Las bonificaciones, que se mantienen, se tendrán que pedir entre enero y febrero del próximo año y el recibo se mandará a mediados de año.

Saavedra, que ha incidido en que pese a la bajada el gobierno del PP está en contra de este "tasazo impuesto por el gobierno de Pedro Sánchez que es injusto e innecesario", ha explicado que con el nuevo contrato el coste del servicio, que según esta normativa hay que repercutir al cien por cien al ciudadano, ha bajado 1,6 millones, por lo que lo que tienen que pagar los granadinos es menos de lo inicialmente calculado en base al contrato anterior y que fue lo estimado cuando se aprobó inicialmente esta tasa allá por la primavera. Entonces se advertía que el nuevo contrato podía cambiar las cuentas y así ha sido. El coste ahora es de 23,8 millones frente a los 25,4 de este año, un 5,9% menos, por lo que la recaudación que irá al proyecto de presupuestos será menor.

"La forma de calcular la tasa ha cambiado en base a la ley 7/2022 y cambia la forma de recaudar pero no podemos decir que la bajada será lineal para todos los ciudadanos. En general bajará pero habrá también casos en los que se quede como está e incluso puntualmente pueda subir", ha dicho.

Un fórmula avanzada para ser más precisos

El gobierno lo que prima es que se pague en función de la generación de residuos y para ello Granada ha utilizado "una de las fórmulas más avanzadas y que llegará a ese objetivo de la forma más precisa de toda España".

En el cálculo de la tasa se mantiene, como se anunció, una parte fija y otra variable, por eso que no sea una bajada lineal. Pero se ha cambiado la fórmula. Ahora, la parte fija se calculará según la superficie construida del inmuble, el uso y el valor catastral, calculando aquí en tramos de 10.000 en 10.000 euros para un reparto más equitativo. En la parte variable la fórmula tendrá en cuenta también la superficie (con tramos de 25 en 25 metros), el uso y las cuadrículas donde está la vivivienda. Para ello se mantiene esa cuadrícula base de 290 celdas de 325 por 325 metros en las que está dividida la ciudad y sobre la que se sabe lo que se genera en cada una. Lo que se mide es la fracción resto. Segun la cuadrícula en la que se esté, se multiplica un coeficiente u otro. Lo que se tendrá en cuenta es la cantidad de basura que se eche en el contenedor gris, en el de resto, que se supone que es lo que no se recicla ya en otras fracciones (plástico, papel, vidrio y orgánica). Así, Medio Ambiente sabe lo que se genera en cada cuadrícula en función de los sistemas que tienen los camiones que pasan por esas rutas y que recogen el pesaje de la basura generada, por lo que se puede establecer si esta cuadrícula recicla más o menos. De ahí que los inmuebles tendrán que multiplicar su valor catastral por un índice establecido para cada cuadrícula en función de esos datos, lo que da variaciones de un sitio a otro. Con el modelo de cuadrícula se obtiene el coste por tonelada y uso y se distribuye entre todos los inmuebles de la misma según el valor catastral de cada uso: vivienda residencial, oficinas, comercial, ocio y hostelería, edificio singular, almacén-estacionamiento uso industral, deportivo, espectáculos, sanidad y beneficiencia, cultural y religioso.

Como ejemplo, una vivienda en Pajaritos con un valor catastral aproximado de 56.000 euros y 121 metros cuadrados ahora paga 134 euros y en 2026 pagará 122. "La tónica general debería ser una bajada en torno al 5,9%", ha explicado Saavedra.

El Ayuntamiento pondrá en su página web cuando se apruebe definitivamente la nueva tasa enlaces a las cuadrículas y a las fórmulas de calcular la tasa para que cada ciudadano conozca su caso. "No queríamos esta tasa pero estamos obligados a adoptarla. Pese a ello, hemos conseguido que Granada tenga un modelo más justo, moderno y con un menor impacto económico para sus vecinos", ha puntualizado el portavoz del equipo de Gobierno, que aclara que "la tasa que se cobra es exclusivamente para pagar el coste del servicio. No se dedica ni un solo euro a ningún otro servicio municipal".

El titular del nuevo recibo será el propitario del inmueble, utilizando el padrón del IBI para una gestión más precisa y actualizada. El primer recibo se pasará con la anualidad completa y será a partir del segundo año cuando se pueda solicitar el pago en hasta seis plazos como IBI siempre que se domicilie.

Se mantienen dos modalidades de tasa: una doméstica para viviendas de uso residencial y otra industrial para inmuebles en los que se desarrollen actividades económicas. Se mantendrán también todas las bonificaciones que prevé la ley, como reducción de hasta el 90% para empresas de alimentación y restauración que colaboren con entidades sociales y reduzcan residuos; del 80% para familias con rentas inferiores a 1,5 veces el IPREM y del 90% para personas o unidades familiares en riesgo de exclusión social. Bonificaciones que habrá que solicitar en enero y febrero.

Saavedra ha destacado el esfuerzo en este trabajo para calcular el cobro de esta tasa de la manera más "individualizada" posible ya que no hay medios actuales para saber lo que genera cada vecino y lo que recicla. Y ha dicho también que el objetivo sería ir al sistema de tarjetas individuales que hay en otros municipios y países europeos, que permiten saber exactamente lo genera cada inmueble y lo que recicla. Pero también ha advertido que esa tecnología incrementaría costes y por tanto habría que pagar más.