Granada

Más controles en la UGR

  • El sistema universitario andaluz aspira a acreditar todos sus centros en el plazo de tres años

  • En los estudios de másteres, todo pasa por el control de la Escuela de Posgrado

Patio del Hospital Real, sede del Rectorado de la Universidad de Granada.

Patio del Hospital Real, sede del Rectorado de la Universidad de Granada. / Carlos gil

El sistema universitario andaluz tiene un objetivo. En el plazo de tres años tiene previsto que todos sus centros estén certificados. La Escuela Internacional de Posgrado (EIP) de la Universidad de Granada participa en esta meta dentro del programa piloto, puesto en marcha en el primer semestre de este mismo 2018. Ya se acreditan los títulos y el profesorado pasa por el mismo control, que ahora se plantea extender a los centros. Un nuevo filtro para certificar que la excelencia que se presupone a la Universidad como institución académica se corresponda con la realidad. Los "casos aislados", como los definieron los rectores en la nota de prensa emitida tras la reunión del Consejo de Universidades, el pasado lunes -el caso Cifuentes y la dimisión de Carmen Montón como ministra de Sanidad marcan la actualidad- han propiciado que los procedimientos de control e inspección universitaria sean objeto de una nueva revisión. Existen y, además, se emplean en la gestión de la vida académica. Un dato. Desde que se pone sobre la mesa la necesidad de un nuevo título de máster hasta que se da la primera clase pueden pasar entre dos o tres años de trabajo, indica la directora de la Escuela Internacional de Posgrado de la Universidad de Granada, Teresa Bajo. Ese trabajo, además, no es lineal. Puede implicar volver a la casilla anterior si se detecta que no se cumplen los requisitos. Una vez en marcha, la normativa especifica que "el incumplimiento de los niveles de calidad que la UGR ha establecido en cuando a profesorado, al personal de apoyo, a los recursos y a los servicios" puede esgrimirse como criterio para la suspensión "temporal o definitiva" de un máster oficial de la Universidad. Así se recoge en el enunciado que da forma al Sistema de Garantía Interna de la Calidad del Máster en la UGR.

¿Cómo se controlan esos estándares de calidad? Los rectores argumentan que "cumplimos con todos aquellos requisitos que nos solicita el Estado respecto a nuestras titulaciones". Es decir, ponen sobre la mesa el resultado final del examen. En el caso de la Universidad de Granada, se realiza una tarea de supervisión interna y también externa. De puertas para afuera la pauta la marca la European Network for Quality Assurance (ENQA). De ahí hacia abajo se desarrolla normativa tanto nacional como regional. Y luego están los controles propios.

La implantación de las nuevas enseñanzas universitarias -que conllevó la sustitución de las licenciaturas y diplomaturas por el actual sistema de grados y másteres- implicó poner al sistema universitario español -y a la UGR también- frente al espejo de la realidad europea. En los años previos a la implantación del modelo del Espacio Europeo de Educación Superior se verificaron y acreditaron las nuevas enseñanzas. Supuso diseñar su estructura, ver qué se necesitaba, su idoneidad en el mapa de titulaciones. Se creó la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), gestada a partir de la Ley Orgánica de Universidades 6/2001. Esta agencia actúa de forma externa e interviene en la acreditación tanto de títulos como del profesorado. Las tres partes implicadas en aquel cambio sustancial -las propias universidades, la Administración educativa y las agencias de calidad- decidieron que el siguiente paso a dar era evolucionar hacia la auto evaluación. Se desplazó el "foco desde la certificación externa" hacia "procesos internos", gestionados por cada universidad en función de sus características propias. Así se especifica en el Proyecto de trabajo para la certificación de sistemas de gestión de la calidad, documento elaborado por la Unidad de Calidad, Innovación y Prospectiva y la Escuela Internacional de Posgrado de la UGR.

Por otra parte, en Andalucía se creó la Dirección de Evaluación y Acreditación (DEVA) de la Agencia Andaluza del Conocimiento (AAC). Su misión, verificar, realizar el seguimiento y renovar la acreditación de los títulos que se ofertan en las universidades públicas andaluzas. Tanto la DEVA como la Aneca son "un primer filtro de control", explica el secretario general de la Universidad de Granada, Pedro Mercado. ¿Es fácil superar ese filtro? Según el último informe de resultados de evaluación de la DEVA, en el año 2017, hubo 81 informes favorables, trece informes desfavorables, dos solicitudes retiradas y una pendiente de resolver. Además, la UGR necesita informar al Consejo Social, que elabora un informe previo sobre la idoneidad de ese título.

Esos filtros externos -según los propios rectores algunos de los requisitos impuestos "constituyen una innecesaria burocracia- se completan con el desarrollo de controles internos. De un modo especial, la Inspección de Servicios es un elemento clave en este engranaje. En el caso de la UGR se creó en el año 1987, después de que la normativa estatal -el Real Decreto 898/1985- dispusiera que cada universidad debía contar con su propio servicio de inspección. La Inspección de Servicios en la UGR cuenta con una dotación de tres funcionarios que se ocupan de "velar por el correcto funcionamiento de los servicios y colaborar con las tareas de instrucción de los expedientes disciplinarios". Luis Megías, desde 2008, ocupa el puesto de inspector. El servicio se dotó con una inspectora, Eva María Sánchez Cobos, en 2015 tras el compromiso de la rectora, Pilar Aranda. ¿Son suficientes dos funcionarios para controlar el día a día de toda la Universidad de Granada? Para el presidente del Consejo Social de la Universidad de Granada, Gregorio Jiménez, sí. Su trabajo se completa con auditorías, encuestas a alumnos e informes. arguye Jiménez.

La Inspección actúa de oficio o tras una denuncia. Este año, por primera vez, ha asumido el seguimiento de los estudios de máster, según apunta Mercado. Los estudios de posgrado, a su vez, cuentan con otro elemento de control, las comisiones. Cada una de ellas cuenta con equipo directivo y un coordinador. "Y ellos, dentro de las comisiones, tienen mucho control", indice la directora de la Escuela Internacional de Posgrado, Teresa Bajo. Y, además, cada elemento de los estudios de máster -incluso la sustitución de un docente- debe ser aprobado por el Consejo Asesor de Enseñanzas de Posgrado (CAEP). Esta figura también existe en los estudios de doctorado (CAED). En el seguimiento de los títulos también trabaja la Unidad de Calidad.

Anualmente se realiza un "autoinforme de seguimiento", explica Bajo. El Consejo Social de la Universidad de Granada también puede solicitar informes sobre el funcionamiento de los títulos. Por la Dirección de Evaluación y Acreditación deben pasar los títulos para renovar su acreditación de forma periódica, aunque no anualmente. "En octubre presentamos a la DEVA 22 títulos de posgrado", adelanta Bajo. Además, la Inspección realiza visitas y controles -que no sólo se ciñen al trabajo docente, sino que también se extiende al de administración- y, por último, los propios estudiantes tienen cauces para hacer llegar sus quejas. Uno es la puesta de una queja en el Defensor Universitario. Otro es cumplimentar una denuncia en la propia Inspección. Además, de forma periódica se le pregunta al alumnado por su opinión. "La apuesta de la UGR por una docencia de calidad obliga a la puesta en marcha de mecanismos de evaluación rigurosos que permitan identificar al buen docente", se indica en el documento que da forma al Proceso general para la evaluación de la actuación docente del profesorado en opinión de los estudiantes. El informe global se pone a disposición de la rectora, mientras que los directores de departamento y decanos pueden acceder a la información nominal, siempre que esté justificado. En octubre se remite a cada docente evaluado un informe personalizado con los resultados de esta encuesta.

¿Son todos estos trámites efectivos y suficientes? Para el presidente del Consejo Social de la Universidad de Granada, lo conocido sobre la Universidad Rey Juan Carlos "es una isla". Sobre la eficiencia de los filtros, asegura que la UGR "destaca por el control", y añade que "las universidades más modernas han tenido la necesidad de atraer más gente", por lo que "posiblemente, son más laxas".

¿Se puede mejorar el sistema? Para Pedro Mercado, "como todo, es mejorable". De hecho, la UGR trabaja en "establecer la trazabilidad" de sus archivos informáticos. Se quiere mejorar el control de esos documentos ya que la UGR -como el resto de las Administraciones- se sustenta cada vez más en soporte digital y se aspira garantizar la total seguridad en esos archivos telemáticos. ¿Sería posible un caso máster en la Universidad de Granada? Para Bajo, el sistema de funcionamiento de la Escuela Internacional de Posgrado es sustancialmente diferente al Instituto de Derecho Público (IDP) de la Universidad Rey Juan Carlos. El modelo de la Escuela implica que todos los estudios se gestan, coordinan y supervisan desde la Escuela. "Eso nos permite tener una visión global", ya que todo está centralizado. "Eso nos ayuda mucho" a controlar los 107 másteres que este curso oferta la Universidad de Granada. Además, significa que los másteres no dependen de departamentos. En cuanto a los procesos de control, "podemos defender que los títulos son de calidad", insiste Bajo.

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