Granada

Los cortes de luz en la zona Norte de Granada repuntan a niveles de 2019 y uno de cada cinco vecinos no tiene contrato

  • Endesa reconoce que han vuelto a subir las incidencias a pesar de la inversión que ha hecho en nuevos transformadores

  • Inicia otra actuación para aumentar la potencia

Los cortes de luz en la zona Norte de Granada repuntan a niveles de 2019 y uno de cada cinco vecinos no tiene contrato

Los cortes de luz en la zona Norte de Granada repuntan a niveles de 2019 y uno de cada cinco vecinos no tiene contrato / Endesa

La zona Norte tiene un problema grave con los cortes de luz. Después de que el Defensor del Ciudadano anunciara esta semana que va a pedir a la ONU que mande un relator y estudie la situación, Endesa ha anunciado hoy que está llevando a cabo la construcción de una nueva línea de media tensión, de 20 kilovoltios, que duplicará la inyección de energía a la Zona Norte, para poder así minimizar la saturación de la línea actual debido al aumento exponencial de demanda eléctrica en este distrito de la capital.

Para ello, Endesa ha destinado una dotación extraordinaria de 440.000 euros que se suman a los más de 3 millones de inversión realizados en la red de media y baja tensión de la Zona Norte desde diciembre de 2019, aún en momentos de especial dificultad como el estado de alarma.

Los trabajos de instalación de la nueva línea, que hará un recorrido de 2,38 kilómetros desde la Subestación Pulianas hasta la Zona Norte, comenzaron el pasado mes de junio y se prevé que continúen hasta el mes de diciembre. Dos cuadrillas de 6 trabajadores tienen dedicación exclusiva y permanente a esta actuación de mejora y refuerzo de la red de distribución para intentar conseguir poner en servicio la línea antes de final de año, coordinados con la tramitación administrativa de la obra.

Con ello, Endesa reitera una vez más su firme compromiso en intentar paliar los cortes de suministro originados por la saturación y el sabotaje de la red eléctrica que ocasionan los enganches ilegales, principalmente los relacionados con el cultivo de marihuana, que según la auditoría llevada a cabo por la Junta de Andalucía y que hizo pública en el mes de abril suponen el 65% de la energía que se demanda.

Aumento de las incidencias

Tras el Plan de Inversión llevado a cabo por Endesa desde diciembre de 2019, que ha supuesto el refuerzo de toda la red de media y baja tensión existente y la instalación de cuatro nuevos centros de transformación instalados en tiempo récord en las calles Puerto Lumbreras, José Acosta Medina, Pintor Joaquín Capulino Jaúregui y Pedro Machuca, se ha conseguido aumentar la potencia instalada un 200% en la zona.

Todas estas instalaciones puestas en servicio en los barrios de La Paz, Rey Badis y Cartuja, donde hay 2.300 viviendas, cuentan ahora con una potencia como para dar suministro a 11.000 puntos de consumo.

Sin embargo, la red de distribución sigue soportando cargas muy por encima de la potencia contratada que ocasionan daños en las instalaciones nuevas, aun estando sobredimensionadas. Un ejemplo claro, que se puede extrapolar a otros puntos de la red de la Zona Norte, es el Centro de Transformación Tarragona, ubicado en el Barrio de La Paz, que en agosto de 2019 daba suministro a 702 usuarios, de los cuales únicamente el 43% tenía contrato, el resto eran enganches ilegales (394), lo que provocaba cortes de suministro.

En ese momento se duplicó la potencia instalada en el centro de transformación con la instalación de una segunda máquina transformadora, lo que redundó en una disminución considerable de las incidencias, pero no se consiguió la descarga del centro de transformación, a pesar de doblar su potencia. 

En los meses siguientes hasta mayo de 2020 se han llevado a cabo diferentes actuaciones para la redistribución de la red de baja tensión que parte de este centro de transformación hacia a los puntos de consumo. Con ello se disminuyeron los puntos de suministro que dependían de este centro de transformación, pasando de 702 a 324 usuarios. 

De esta manera, se aumentó en un 33% la potencia instalada para alimentar solo a 324 usuarios, de los cuales únicamente el 37% tenía contrato, es decir que había 202 suministros enganchados ilegalmente.

Además, con estos trabajos la potencia media instalada en el centro de transformación por cliente pasó de ser de 5,8 kW/cliente a 22 kW/cliente. 

Sin embargo, a pesar de todas estas obras para intentar paliar las incidencias, desde el pasado mes de agosto han vuelto a repuntar los cortes de suministro, llegando al mismo nivel que en 2019 antes de la ampliación del centro de transformación. Es se debe a que las cargas de los transformadores doblan nuevamente las cargas medidas en mayo de 2020, justo al finalizar las obras de redistribución de la red de baja tensión, lo que se justifica únicamente por un consumo desmedido.

Seguridad de las personas y de las instalaciones 

La defraudación de fluido eléctrico conlleva un elevado riesgo para la salud y la seguridad de las personas al ser instalaciones manipuladas sin ningún tipo de protección. Según la reciente auditoría llevada a cabo por la Delegación del Gobierno de Junta de Andalucía, existen 5.054 viviendas de 20.000 que están conectadas a la red de distribución eléctrica sin contrato de suministro, es decir, uno de cada cinco vecinos de la Zona Norte. 

Estas instalaciones no disponen de los preceptivos elementos de protección, tal y como está recogido en el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión aprobado por Real Decreto 842/2002, del 2 de agosto, para preservar la seguridad de las personas y los bienes. 

Estos enganches irregulares a la red se realizan con materiales no adecuados y sin cumplir las normas de seguridad, generando un enorme peligro para la persona que comete el fraude y para todos sus vecinos, al carecer de protecciones frente a cortocircuitos, electrocuciones o incendios, que se podrían expandir más allá de las viviendas particulares a los bloques de pisos, generando un riesgo real de lesiones graves o incluso de muerte. 

Estas viviendas con conexiones irregulares a la red eléctrica carecen de los sistemas de protección básicos: el de la vivienda (cuadro eléctrico), el del cuarto de contadores que protege al portal y el de la caja general de protecciones que salvaguarda al bloque de pisos. En esta situación la única protección que actúa para evitar un incendio es la del centro de transformación de Endesa. 

Regularización de las instalaciones y Bono Social 

Por todo ello, es fundamental la coordinación entre las diferentes instituciones para regularizar y adecuar los suministros que carecen de contrato y las instalaciones inseguras y poder así empezar a aplicar las ayudas establecidas por el Estado a través del Bono Social para que las familias con pocos recursos económicos puedan beneficiarse de ellas. En algunos casos estas ayudas pueden suponer la exención de hasta el 100% del abono de la factura eléctrica. 

Asimismo, sería necesario acompañar esta acción de regularización de suministros con formación en eficiencia energética que ayuden a los vecinos de la Zona Norte a hacer un consumo responsable. 

Precisamente para revertir esta situación, Endesa ya está trabajando con la Subdelegación de Gobierno, el Ayuntamiento y con AVRA (Agencia de la Vivienda y Rehabilitación de Andalucía) para llevar a cabo la regularización de los suministros ilícitos que provocan la saturación de las redes eléctricas afectando a todos los vecinos y generando un problema para la seguridad de las personas que viven en estos entornos. 

Colaboración público-privada para detección del fraude

Endesa sigue trabajando con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para llevar a cabo de forma conjunta acciones para detectar el fraude eléctrico, principalmente derivado de las plantaciones de marihuana. 

En lo que va de año se han llevado a cabo 9 intervenciones contra el fraude masivo en la Zona Norte de Granada, efectuando 461 cortes de suministro por enganches ilegales. Estas actuaciones se llevan a cabo de la mano de Policía Nacional, con el fin de preservar la seguridad de los técnicos de Endesa que tienen que desempeñar su trabajo con el rostro cubierto y protegidos por las fuerzas del orden.

 

 

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