La organización COAG ha alertado deste lunes el impacto de la sequía en la campaña de recogida de la almendra que, en los primeros días de recolección ya apunta que será entre un 30 y un 50 % inferior a las previsiones ofrecidas en junio.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos ha reconocido su preocupación por la mala cosecha que se está registrando en la almendra tras los primeros compases de la recolección, con descensos de entre un 30 y 50% respecto a las cifras previstas en el aforo inicial.

La provincia de Granada es la principal productora de este fruto en Andalucía, concentrado especialmente en las comarcas de Baza y Huéscar, con campañas como la de 2020, en la que se produjeron 62.286 toneladas, pero que han descendido de manera continuada hasta las cerca de 15.000 toneladas del año pasado, cifra que era la mitad que el año anterior.

Los rendimientos que se están obteniendo en kilogramos por árbol son bajos o muy bajos, según COAG, que ha añadido como problema el calibre de las almendras. Esta pérdida productiva afecta directamente a la rentabilidad por hectárea de los productores, que ven cómo sus gastos pueden no quedar cubiertos por la baja cosecha y los "raquíticos" niveles de precios en origen, según la Coordinadora.

La Mesa Estatal de Frutos Secos, de la que COAG forma parte, estimó el pasado mes de junio una cosecha de 120.633 toneladas de almendra grano para esta campaña 2023, un 49% por encima de la media de los últimos tres años. Sin embargo, la sequía ha condicionado el arranque de la campaña, que dará una producción muy inferior.

COAG ha reclamado que se proteja al agricultor y se rediseñen las políticas de protección de las producciones, como es el caso del seguro agrario, para atender al contexto de crisis climática en las producciones de secano como los frutos de cáscara.