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La culpa la tiene Yehuda Ibn Tibbon
Una moción sobre la estatua enfrasca a Girón y García Montero en una discusión marcada por el cruce de acusaciones personales
Cuando los problemas personales se mezclan con las discrepancias políticas el elixir resultante es explosivo. Diríamos que casi venenoso. Juan García Montero y César Girón lo saben y debido a esa combinación ayer protagonizaron unas de las conversaciones más tensas y subidas de tono de los últimos plenos. El culpable de todo: Yehuda Ibn Tibbon Ibn Saul.
Todo comenzó cuando César Girón tomó la palabra para solicitar, bajo una moción, medidas para la conservación de la escultura de Yehuda Ibn. En ese momento se mantenían las formas. "Es una escultura importante y se encuentra en un estado lamentable. Cartones, cubetas... es necesario que se tenga en cuenta y se preserve".
García Montero tomó la palabra: "Considero que el Ayuntamiento ha sido ejemplar en materias de conservación y preservación del patrimonio, razón por la que acepto esta propuesta como ruego, pero no como moción. No tiene el calado suficiente como para un acuerdo plenario ya que da la sensación de una 'dejadez' ante los monumentos que no es real".
En ese momento, comenzaron a saltar chispas. "Desde 1997 el Patrimonio da vergüenza, el estado de esta estatua no es la única sino que esa imagen se repite", dijo Girón, quien añadió que su petición nace "porque me duele mi ciudad y lo he demostrado durante muchos años".
"Por favor, por favor, no me haga usted recordar qué se hacía en la asociación, por favor", inquirió García Montero. "¿En qué asociación, de esa de la que a usted le expulsaron?, contestó el concejal socialista. Y dijo más: ¿Quiere que explique los motivos, quiere que los explique?. La tensión, mezclada con una sutil ironía se apoderaba de ambos políticos. "No tengo miedo, dígalo", señaló García Montero. "Eso lo hablaremos en otros foros", sentenció Girón.
La enemistad entre los dos ediles es conocida, pero pocas veces se ha desvelado de manera tan manifiesta delante de sus compañeros y del público presente en el Salón de Plenos. Les dio igual. Tuvo que intervenir el alcalde, José Torres Hurtado, para decir que los temas personales se aparcaran a un lado y en la sala se debatieran sólo las cuestiones políticas. Eso fue lo que se hizo y ya sea por cuestiones políticas, de forma o de fondo, la moción que pedía la conservación de Yehuda no prosperó (11 votos a favor y 16 en contra). ¿Quizás por cuestiones personales?
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