Los deberes a debate: entre Corea e Ikea
Unos creen que ayudan a reforzar los conocimientos, otros que suponen alargar de forma injusta la jornada 'laboral' de los alumnos Las tareas fuera del aula, en el punto de mira
"Hace más de 30 años una alumna le envió una carta al entonces ministro de Educación, [José María] Maravall para preguntarle por qué le mandaban tantos deberes... y el ministro le contestó que los deberes estaban prohibidos". La anécdota es fiel reflejo de lo "enquistado" que está el debate sobre las tareas escolares desde hace décadas. Quien recuerda aquel episodio, a cuenta de la necesidad o no de hacer deberes escolares en casa, es director de un colegio de Granada. Prefiere quedar al margen de la polémica y no dar su nombre. Pero sí su opinión, que es compartida por parte de la comunidad educativa y que se puede resumir como deberes sí, pero no como hasta ahora. "Se les puede mandar tareas, pero que impliquen trabajar en lo que ya hemos visto en clase" y con ejercicios que supongan avanzar en más de una materia, por ejemplo, un ejercicio matemático que en el enunciado suponga trabajar el léxico. "Tienen que acostumbrarse a que tienen que hacer algo en casa. Si no es así cuando llegue la Secundaria y el Bachillerato... ¿quién le pondrá el cascabel al gato?".
Este director de colegio de la capital señala que en algunos centros, sobre todo en los "concertados", se mandan muchos deberes, lo que choca con el "derecho" de los alumnos a "descansar". "Todos coincidimos en que tienen que hacer algo" para que los estudiantes se "acostumbren" a esa "responsabilidad", pero que no se puede llegar a los "deberes a la carta". "Unos padres sí quieren, otros no, otros un poquito...". En el trasfondo, este director apunta a que los deberes suponen "traspasar" la responsabilidad educativa "del colegio al hogar". Y hay padres que no están de acuerdo con eso.
En el caso de Granada, desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (Fampa Alhambra) se apuesta por secundar la campaña propuesta por Confederación Española de Asociaciones de Padres (Ceapa), aunque se reconoce que no hay una mayoría de familias y de docentes que estén sensibilizados con el tema. Recientemente, la Ceapa lanzó la campaña #noalosdeberes, que incluye pedir a los docentes que no impongan tareas durante los fines de semana del mes de noviembre.
Para Amelia Garrido, presidenta de Fampa Alhambra, "todavía hay que hacer pedagogía" entre las familias, "que siguen apostando por el viejo sistema" de las tareas y el estudio como imposición "por conveniencia o por desconocimiento".
"Las consecuencias de la presión que ejerce la acumulación de deberes sobre nuestros hijos es cada vez más evidente. Hay niñas y niños con síntomas de estrés fruto de esta presión, como ha denunciado la Organización Mundial de la Salud recientemente", argumenta Garrido, que recuerda que "es ilegal" que la jornada escolar exceda el horario docente, tal y como reconoció el ministro Maravall a aquella alumna. Los defensores de los deberes se escudan en la necesidad de fomentar hábitos de estudio, pero "se crean hábitos con ilusión y ganas de aprender, no obligando al estudiante a sentarse dos horas en casa a estudiar", concluye la presidenta de Fampa Alhambra.
Desde la Ceapa se subraya, además, que el requerimiento para realizar tareas llega incluso a Infantil, lo que supone que niños de entre 3 y 5 años tienen deberes escolares para hacer en casa. "Resulta demoledor comprobar cómo muchas personas piensan, y afirman públicamente, que los niños y niñas se tienen que acostumbrar a sufrir", denuncia Ceapa en un comunicado, en el que exponen la necesidad de "cambiar el modelo actual", en el que, según la Confederación, se valora el sufrimiento, lo que algunos pedagogos comparan con el sistema coreano, que exprime buenos resultados académicos a costa de un nivel de exigencia altísimo.
Del otro lado, también hay padres que ven "necesario" trabajar en casa y hacer deberes, como los representados por la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), colectivo que está el contra del boicot y aseguran que los deberes son una "obligación educativa". En determinados foros incluso se compara la aspiración de los padres de que sus hijos tengan más tiempo libre -y menos deberes- con un anuncio publicitario de la firma sueca de mobiliario Ikea, en el que se idealizan las cenas como momento de diálogo y de compartir tiempo juntos, algo que, para estos padres, es pura ficción.
También ha habido pronunciamientos desde el ámbito del profesorado. Así, desde el sindicato ANPE se ha hecho público el "rechazo" al boicot a los deberes, ya que "atenta contra la actividad del profesorado y su autoridad profesional y académica". Desde CSIF se defiende "la existencia de los deberes porque, entre otros motivos, son necesarios para que el niño desarrolle su autonomía personal".
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